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Nacho Vegas, Mike Leigh y el tsunami liberal
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NACHO VEGAS LE PONE BANDA SONORA AL CINE DE MIKE LEIGH

Nacho Vegas, Mike Leigh y el tsunami liberal

El calcetín de la mano izquierda de Nacho Vegas ataca de nuevo. La carrera del músico se ha ido cociendo a fuego lento hasta convertirse en

Foto: Nacho Vegas, Mike Leigh y el tsunami liberal
Nacho Vegas, Mike Leigh y el tsunami liberal

El calcetín de la mano izquierda de Nacho Vegas ataca de nuevo. La carrera del músico se ha ido cociendo a fuego lento hasta convertirse en un cantautor de culto que llena salas sin salirse de los márgenes de la industria. Una lentitud, fruto de hacer las cosas a su manera, que contrasta con su histórico frenesí creativo. Sus proyectos paralelos se multiplican (discos y giras con Enrique Bunbury y Christina Rosenvigne, reinvención del folclore asturiano de la mano de Lucas 15, agitación político/cultural vía Fundación Robo) y disputan espacio y repercusión a su discografía oficial. Todos alerta pues cada vez que el otro Vegas (o su calcetín viviente, vaya) anuncia nuevo proyecto. Mañana arranca en el madrileño Teatro Lara la gira La vida es dulce, homenaje musical al cine de Mike Leigh donde Vegas enlaza escenas y diálogos del director británico con temas inéditos o arreglados especialmente para el evento. Se trata de buscar las conexiones entre dos maneras de ver el mundo que comparten crudeza, ambigüedad y eco social.

“Para el espectáculo escogí media docena de escenas que se verán integradas. Son algunas de mis favoritas, pero podría haber escogido otras tantas. En realidad, si tengo que destacar algo serían sus personajes. Me gustan especialmente los que interpretaban Katrin Carlitge (NakedDos chicas de hoyTopsy-Turvy) y Lesley Manville (Another Year). Tengo debilidad por sus roles femeninos, que son muy complejos y variados y casi siempre más importantes que los masculinos. Creo que la perspectiva feminista es muy importante en Mike Leigh”, cuenta Vegas a El Confidencial.

Todo empezó el día que vio Secretos y mentiras (1996) tras llevarse la Palma de Oro en Cannes. Hallazgo con casualidad cinematográfica incluida. La vio justo antes que el presunto gran melodrama de la época, la irritante Rompiendo las olas, que canonizó al cineasta danés Lars von Trier. “Son dos dramas que me produjeron sensaciones muy diferentes. La de Mike Leigh me llegó mucho más, con esos toques de humor negro pero siendo a la vez una película muy tierna”, aclara. Desde entonces se convirtió en un consumidor compulsivo del autor de Grandes ambiciones (1988), El secreto de Vera Drake (2004) o Happy (2008).

Leigh en la cuenca minera

El factor autobiográfico juega un papel decisivo y contradictorio en las canciones de Nacho Vegas (Gijón, 1974). Bien como catarsis musical (llegar hasta el fondo para sacar la mierda para afuera) bien como juego (parodiar su imagen de músico maldito y al límite). Dado que el cine de Leigh conecta como pocos con lo personal y lo afectivo, cabría preguntar si ha jugado algún rol en la vida del músico asturiano. “No relaciono de una manera directa las películas de Mike Leigh con mi vida, pero sí es cierto que algunos de sus personajes me recuerdan de alguna manera a gente que conozco, sobre todo de las cuencas [mineras] o de barrios como El Llano (Gijón), y tampoco es difícil reconocer en sus filmes algo del paisaje urbano que te es familiar viviendo aquí”, cuenta.

Vegas se refiere sin mencionarlo al conflictivo pasado obrero asturiano y a las consecuencias de la reconversión industrial. Un paisaje humano después de una batalla que Leigh tampoco menciona directamente en sus películas, pero cuyas consecuencias marcan indirectamente a sus personajes. Leigh es un director más ambiguo que militante; sin embargo, su cine resulta político de un modo muy complejo y profundo. “Lo que me gusta de él es esa mezcla de drama, cine social y poesía que no encuentro en otros directores que inclinan más la balanza en uno de esos aspectos. Otros de su generación, como Ken Loach, son más explícitamente políticos y sin embargo a mí me resultan menos efectivos, porque lo que no busca Mike Leigh es una empatía fácil con el espectador, sabiendo que sus personajes están llenos de contradicciones éticas y claroscuros de todo tipo. Mike Leigh trata en un última instancia un tema que es incómodo también para la izquierda, o especialmente para ella, que es el triunfo del neoliberalismo en su afán por desmovilizar a la clase trabajadora, imponiendo el individualismo como principio vital inapelable y dejando que la gente se sintiera clase media en ese sentido, en el de que todo lo que te suceda, bueno o malo, tiene que ver exclusivamente con tus méritos. Esa desmovilización la vivimos también aquí, y en Gijón en concreto se sintió mucho a lo largo de los años noventa. Los personajes de Leigh están muchas veces sacados de ese lumpen y son grandes egoístas, y también grandes desgraciados. Eso es lo interesante”, razona.

El calcetín de la mano izquierda de Nacho Vegas ataca de nuevo. La carrera del músico se ha ido cociendo a fuego lento hasta convertirse en un cantautor de culto que llena salas sin salirse de los márgenes de la industria. Una lentitud, fruto de hacer las cosas a su manera, que contrasta con su histórico frenesí creativo. Sus proyectos paralelos se multiplican (discos y giras con Enrique Bunbury y Christina Rosenvigne, reinvención del folclore asturiano de la mano de Lucas 15, agitación político/cultural vía Fundación Robo) y disputan espacio y repercusión a su discografía oficial. Todos alerta pues cada vez que el otro Vegas (o su calcetín viviente, vaya) anuncia nuevo proyecto. Mañana arranca en el madrileño Teatro Lara la gira La vida es dulce, homenaje musical al cine de Mike Leigh donde Vegas enlaza escenas y diálogos del director británico con temas inéditos o arreglados especialmente para el evento. Se trata de buscar las conexiones entre dos maneras de ver el mundo que comparten crudeza, ambigüedad y eco social.