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Lori Meyers se quita de encima su tristeza con toques electrónicos
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LA BANDA GRANADINA PRESENTA 'IMPRONTA', SU ÚLTIMO ÁLBUM

Lori Meyers se quita de encima su tristeza con toques electrónicos

Encerrarse en el campo suena contradictorio, pero así han hecho los chicos de Lori Meyers para grabar su quinto trabajo. El grupo de indie español ha

Foto: Lori Meyers se quita de encima su tristeza con toques electrónicos
Lori Meyers se quita de encima su tristeza con toques electrónicos

Encerrarse en el campo suena contradictorio, pero así han hecho los chicos de Lori Meyers para grabar su quinto trabajo. El grupo de indie español ha escogido practicar un Gran Hermano en toda regla en un hotel rural de la localidad granadina de Alomartes para expulsar, en Impronta, los “sentimientos de pérdida” vividos en los últimos tres años. Los 12 temas del último álbum del grupo reflejan esa tristeza en sus letras recuperando musicalmente la frescura de los primeros discos junto con sonidos sintéticos. 

El disco empieza en Planilandia con un golpe de guitarras seguido de unas letras que analizan sus complejos, defectos y recuerdos. Esa es, en resumen, la esencia de Impronta, una tristeza vitalista surgida de forma inconsciente”, según el batería de Lori Meyers. Alfredo Núñez asegura que no han pretendido hacer unos sonidos alegres para acompañar unos temas tristes, al menos intencionadamente. Lo que buscaban en realidad eran sonidos atemporales para plasmar en un disco que “se pueda escuchar de aquí a veinte años”.

Impronta es un trabajo muy personal que ahonda en las vivencias de sus tres últimos años de gira: “Los tres hemos pasado rupturas amorosas y pérdidas familiares y teníamos que hablar de eso”, afirma Núñez. El batería asegura con convicción que la grabación de este disco ha servido de terapia al grupo y que han vivido toda una “catarsis natural” producto de unir las letras que expresaban sus sentimientos con su música.

Se trataba de cerrar una etapa, dice, y para lograrlo han vuelto a sus orígenes. Nunca les ha gustado grabar en estudios urbanos o en las grandes ciudades y esta vez han creado un estudio “desde cero” encerrándose durante un mes (saliendo en dos ocasiones) en un hotel rural de su Granada natal reservado para ellos. Junto con el grupo, su técnico de sonido David Sutill, su productor Sebastian Krys y la última incorporación en producción, Ricky Falkner. Quisieron vivir en un contexto bucólico, que puede apreciarse en el último tema del disco, Despedirse, donde Lori Meyers abrió las ventanas del estudio para dejar que calaran los sonidos del exterior. Este acústico lo componen dos guitarras españolas y dos voces que logran despedirse con un tema que va creciendo con motivos sintéticos y matices emocionales.

Buscando el anticiclón

El Huracán pasó por aquel estudio improvisado con una base más roquera y un final “potente” y “bailable”, tal y como describen los componente de Lori Meyers. Sin olvidar los toques emotivos, nexo de todo el trabajo, el tercer tema de Impronta ofrece la intensidad propia de los tiempos que corren, según explica Núñez: “Es la letra más abierta a la interpretación de todo el disco”. Vivimos en un tiempo “de huracán, de crispación, nos estamos desengañando a diario”, afirma el baterista, que recuerda con optimismo que el anticiclón llegará, como dice la canción, pero que “tenemos que empezar a buscarlo para salir del paso en algo que hemos generado nosotros”.

Se cuela entre medias de los doce temas una canción “dedicada”. A-sinte-odio es una repuesta socarrona, “bailable y divertida” a las críticas que tuvieron en su anterior trabajo ‘Cuando El Destino Nos Alcance’ (2010) por el uso de sonidos sintéticos. En Impronta, su trabajo más maduro según explican los mismos componentes, los ‘sintes’ están presentes hasta en Despedirse, y A-sinte-odio es probablemente el tema más electrónico del disco. En Granada han vivido apartados de las críticas, pero aun así Núñez defiende la base musical de sus canciones: “Quitando todos los elementos técnicos, las canciones de Lori Meyers se pueden defender con una guitarra y una voz”.

Es raro encontrar un cartel de festival veraniego que no contenga el nombre del grupo del que forman parte Alfredo, Noni (voz y guitarra) y Alejandro Méndez (voz y guitarra). La columna vertebral de Lori Meyers son ellos tres, amigos de la infancia, fundadores de la banda cuando tenían unos quince años y a los que se les han unido otros músicos a lo largo de la historia del grupo. El sexteto lo componen hoy, además, Miguel Martín (guitarra, teclados), Antonio Lomas (percusión) y Miguel López (bajo y coros). Impronta (Universal Music) salió a la venta el pasado 19 de marzo y Lori Meyers ya tiene programado todo un verano repleto de festivales y un otoño-invierno en salas de conciertos. Los más inmediatos, en plena primavera, serán el 7 de abril en la Casa Encendida de Madrid, el 19 en la sala Apolo de Barcelona y el 27 en el Laboratorio de las Artes de Valladolid.

Encerrarse en el campo suena contradictorio, pero así han hecho los chicos de Lori Meyers para grabar su quinto trabajo. El grupo de indie español ha escogido practicar un Gran Hermano en toda regla en un hotel rural de la localidad granadina de Alomartes para expulsar, en Impronta, los “sentimientos de pérdida” vividos en los últimos tres años. Los 12 temas del último álbum del grupo reflejan esa tristeza en sus letras recuperando musicalmente la frescura de los primeros discos junto con sonidos sintéticos.