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“¿Queréis salvar a la música clásica? Bailad más y vestíos de otra manera”
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LAS ORQUESTAS SINFÓNICAS, ACUSADAS DE ELITISTAS

“¿Queréis salvar a la música clásica? Bailad más y vestíos de otra manera”

“Sois unos elitistas. Si queréis que la gente vaya a veros, tenéis que ser mucho menos engolados y más cercanos”. En resumen, ese es el mensaje

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“¿Queréis salvar a la música clásica? Bailad más y vestíos de otra manera”

“Sois unos elitistas. Si queréis que la gente vaya a veros, tenéis que ser mucho menos engolados y más cercanos”. En resumen, ese es el mensaje que Max Hole, uno de los grandes directivos de Universal Music, ha trasladado a las orquestas del Reino Unido. Según ha contado el diario The Independent, Hole asegura que la música clásica se enfrenta a un grave peligro y debe afrontar un cambio inminente. 

La solución a la crisis no es otra, según el directivo de Universal, que acercase más al público. Los músicos deben cambiar su forma de vestir, deben perder la rigidez, emocionarse, alentar a que el público aplauda cuando quiera (no sólo al finalizar cada interpretación) e, incluso, levantarse y bailar. Sólo así la música clásica podrá ganar nuevas audiencias. En definitiva, tal como aseguró en un discurso ante la Asociación de Orquestas Británicas en Leeds, los músicos deben “subirse a la ola del cambio”.

Hasta que le nombraron presidente y director ejecutivo de operaciones internacionales de Universal Music, hace sólo unas semanas, Hole era responsable de promoción y marketing de bandas como U2 o Bon Jovi y solistas como Amy Winehouse, Juanes, Eminem o Bryan Adams. Esto sin duda ha influido en su decisión de dar un aire renovado al catálogo clásico de Universal, que incluye las grabaciones de Decca y Deutsche Grammophon, los dos sellos más importantes del género.

Un necesario cambio de rumbo

En opinión de Hole, la música clásica tiene que ampliar su audiencia, no sólo acercándose a los jóvenes, sino también a gente como él, que se acercaría a este tipo de música “si no pareciera elitista e imponente”. Para ello, asegura, los promotores de música clásica deben usar estrategias de la música pop. El sector debe alejarse de las prácticas tradicionales, para abrazar el mundo de la revolución digital, de las descargas, el streaming y los medios sociales. “Vivimos en una época de grandes peligros, pero también de grandes oportunidades”, explicó Hole en su discurso. “Si aprovechamos nuestras bazas, la música clásica podrá consumirse a una escala inimaginable pocos años atrás”. Según el directivo de Universal, la clave está en dejar de centrarse en el público ya existente para ampliar horizontes.

La culpa del elitismo en que está envuelto el mundo de la música clásica es de las instituciones que tratan de preservar esta como si fuera una pieza de museoHasta la fecha, la importancia de las orquestas giraba en torno a la calidad de sus interpretaciones y la personalidad más o menos mediática de quienes las dirigían. Ahora deben incorporar más espectáculo, más energía y más vitalidad. En su opinión, la culpa del elitismo en que está envuelto el mundo de la música clásica no es de las orquestas, y mucho menos de la propia música, es de las instituciones que tratan de preservar esta como si fuera una pieza de museo. En su opinión, estos promotores están haciendo un gran daño al género, impidiendo su crecimiento. Incluso el término “clásico”, dijo Hole en su discurso, corre el riesgo de alienar a la audiencia.

En su opinión, los directores deberían tener más protagonismo, asumiendo el papel del frontman en una banda de rock, algo que podría crear una mayor retroalimentación con la audiencia. Además, propone incorporar a los conciertos un juego de luces más animado y teatral y pantallas en las que se pueda ver de cerca la interpretación de los distintos músicos. Así las orquestas podrían atraer a gente como el propio Hole, al que le gustaría poder bailar y aplaudir, o al menos levantarse,  cuando escucha la Novena Sinfonía de Beethoven. En su opinión, no tiene sentido que el público sólo pueda aplaudir en determinados momentos, y todo el ambiente sea un silencio acongojante sólo alterado por las toses de las personas resfriadas. 

Por suerte, no todo huele a podrido en el mundo de la música clásica. Hole pone como ejemplo a la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, dirigida por Gustavo Dudamel, un conjunto que arrastra seguidores por todo el mundo dado el entusiasmo con el que interpretan sus piezas. Sus integrantes, incluido el director, no superan los 30 años, y hay algún músico que ni siquiera llega a los 15. En opinión del directivo de Universal este es el modelo a seguir, una orquesta exuberante, joven y atrevida.

“Tenemos que ser audaces y romper con las convenciones”, explicó Hole en su discurso, “si queremos mostrar al mundo que la música clásica no es un género dormido y apolillado, sino una mundo lleno fuerza, que todos podemos disfrutar”.

Las opiniones de Hole no son un predicamento aislado en el mundo de la música clásica. El próximo fin de semana se celebra en Valladolid el II Simpósium de la Asociación Española de Directores de Orquesta (AESDO), al que acudirán unos treinta profesionales del sector. El objetivo de la asociación, según ha explicado su secretario José Sanchís a Efe, radica en romper los “tópicos” que rodean a la figura del director de orquesta, funcionar como “foro de interacción” y “dar cobertura a los jóvenes directores”, que suelen encontrar “problemas” en el momento de dar el salto de sus estudios al mundo profesional. Todo ello para enfrentar un futuro que la asociación califica de “incierto”. 

“Sois unos elitistas. Si queréis que la gente vaya a veros, tenéis que ser mucho menos engolados y más cercanos”. En resumen, ese es el mensaje que Max Hole, uno de los grandes directivos de Universal Music, ha trasladado a las orquestas del Reino Unido. Según ha contado el diario The Independent, Hole asegura que la música clásica se enfrenta a un grave peligro y debe afrontar un cambio inminente.