El misterio de las gafas de Bono: se está quedando ciego

El líder de U2 vive un auténtico drama. Sus omnipresentes gafas de sol no responden a una pose de estrella del rock caprichosa o megalómana. A sus 52 años, Bono se está quedando ciego, y su amigo Julian Lennon ya no podía callárselo más. El hijo del mítico autor de Imagine acaba de poner el dedo en la llaga: “No sé exactamente qué es, pero el brillo de la luz del sol le causa dolor, y eso está empeorando”.

El cantante irlandés ya dio algunas pistas en el pasado, pero ni él mismo sospechaba la verdadera dimensión de la enfermedad que están incubando sus ojos y que podría llevarle a perder la vista, al menos parcialmente. Recibe la luz con una intensidad excesiva y, como consecuencia, se ve obligado a no quitarse apenas las gafas, que se han convertido en una de sus inequívocas señas de identidad. Una medida de protección que puede revelarse insuficiente, si la situación continúa deteriorándose.

“Tengo mucho cuidado con las fotografías porque, si alguien me apunta directamente con un flash, puedo estar viendo esa luz durante el resto del día”, confesó cuando ni imaginaba lo que el destino le tenía preparado. En esos casos, el ojo derecho se le inflama e incluso la vista se le bloquea.

La prueba de que Paul David Hewson (que así se llama en realidad) desconocía la gravedad del asunto reside en las bromas que era capaz de soltar. “Soy la Imelda Marcos de las gafas de sol”, llegó a decir. Hoy no le quedan ganas de mostrarse jocoso al respecto.

¿Y por qué se erige Julian Lennon en portavoz de Bono? Su estrecha relación viene fraguándose especialmente desde que son vecinos en la Riviera francesa. Sus fastuosas mansiones compiten en lujo, al tiempo que se incrementa la confianza mutua.

Tanto es así que el hijo de John y Cynthia (primera mujer de John antes de Yoko Ono) fue el encargado de retratar entre bastidores a U2 en 2010. Una serie de fotografías que pueden verse en su propia web desde hace un mes.

Julian invitó a Bono y a The Edge a la megafiesta de su 49 cumpleaños, celebrada en Sao Paulo. Y allí sus amigos le dedicaron la canción Stuck in a moment you can’t get out of, escrita originalmente como tributo a Michael Hutchence, el fallecido cantante del grupo australiano INXS.

La tragedia ya había asomado a la vida del frontman de la banda irlandesa más grande de todos los tiempos. Su madre murió de un aneurisma cerebral tras el funeral del abuelo de Bono, lo que dejó un profundo trauma en el artista que, por aquel entonces, solo contaba con 14 años.

Los miembros de U2 ultiman actualmente la grabación del que será su trece álbum de estudio, previsto para el próximo mes de mayo (aunque sus dos últimos discos se retrasaron de forma considerable). Ejerce de productor Danger Mouse, rey Midas de la mesa de mezclas en ascenso y responsable de la extraordinaria reinvención de Norah Jones.

Sus millones de fans esperan que sus nuevas canciones superen el inusualmente bajo listón de su anterior criatura, No line on the horizon (2009), que constituyó una sorpresa negativa viniendo de los artífices de himnos como I will follow, Pride (in the name of love), Sunday, bloody Sunday, I still haven’t found (what I’m looking for) o Mysterious ways.

Su imparable carrera comenzó a ser discutida hasta por sus más acérrimos devotos en el instante en que salieron a la luz sus oscuras maniobras fiscales para evitar los altos porcentajes que les exigía el fisco irlandés. La imagen de Bono ha quedado empañada desde entonces.

Mientras tanto, ha ido desarrollando una faceta sociopolítica que le ha llevado a pronunciar un discurso ante la ONU, a participar en debates en el foro económico de Davos, a fotografiarse con Bill Clinton, Míjail Gorbachov, Vaclav Havel o Nelson Mandela. Siempre clamando por un aumento de los fondos de los países occidentales para África. De hecho, se asoció en semejante tarea humanitaria con el también irlandés Bob Geldof, organizador de los macroconciertos ‘Live aid’ y ‘Live 8’.