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A París tras la pista de Amélie
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PELÍCULAS Y SERIES DE FICCIÓN: LOS NUEVOS CICERONES DEL TURISMO

A París tras la pista de Amélie

Desde hace diez años París se ve con otros ojos. El distrito 18 de la capital francesa ha dejado de ser una zona cualquiera para ser

Foto: A París tras la pista de Amélie
A París tras la pista de Amélie

Desde hace diez años París se ve con otros ojos. El distrito 18 de la capital francesa ha dejado de ser una zona cualquiera para ser uno de los barrios más visitados por los turistas gracias al fenómeno Amélie. La entrañable francesita se ha convertido en la mejor embajadora de Montmartre, en su vecina más ilustre. El éxito que tuvo la película ha revolucionado el barrio donde se rodó. Así, Montmartre ha pasado a tener un segundo Sagrado Corazón, el de la protagonista. La música del filme se escucha hoy por todo el distrito y el café donde se filmaron las escenas de Amélie trabajando de camarera es uno de los sitios más buscados por los fans. Los turistas le hacen una foto al local cada cuatro minUtos. Esta cafetería se está haciendo tan famosa como la propia torre Eiffel.

Antes de que el director Jean-Pierret se fijara en el café Tabac des Deux Moulins para utilizarlo como escenario en su trabajo, su dueño quería venderlo y jubilarse porque estaba harto. Ahora, diez años después, está encantado gracias al incesante goteo de turistas de todo el mundo que se acercan para inmortalizarse junto a su reconocible fachaza. El local, situado en el número 15 de la rue Lepic, conserva los neones del techo y la característica puerta del baño, aunque del atrezzo ha desaparecido el célebre cristal en el que Amélie escribía el menú diario.

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En el largometraje, el dueño de la frutería en la que compraba Amélie era el malhumorado Collignon. En la vida real es un hombre llamado Alí Mdoughy que vivió el rodaje como una oportunidad para reflotar su negocio, el Marché de la Butte. Alí decidió conservar el decorado de la película, puso flores, figuritas de animales, gnomos de jardín... hasta mantiene la placa Maison Collignon. Y para los más despistados ha empapelado la entrada con el rostro de la actriz. Gracias a ello, su vida ha cambiado. Además de comprar fruta, cualquiera que pase por el número 56 de la rue Trois Frèves podrá ver las polaroids del enanito viajero de Amélie y adquirir posters y postales. "Los carteles atraen a la gente, que al principio no identifican a la tienda con la película. Pero cuando se percatan de que es la misma entran a comprar", ha asegurado el dueño en la prensa francesa.

El Canal Saint-Martin, antes un paraje que pasaba desapercibido al ojo de la cámara, se ha convertido en parada obligada  para los que, emulando al personaje, quieren hacer rebotar piedras en el agua. La ya oficial 'Ruta Amélie' incluye la estación de metro Abesses, el carrusel de la Place St. Pierre o las escalinatas del Sagrado Corazón, entre otros escenarios reales. Y es que cada escena es una sucesión de postales donde el director del filme bien podría confundirse con el responsable de la Oficina de Turismo de la ciudad.

Con el propósito de atraer a los nuevos perfiles de viajeros, ávidos consumidores de la industria del entretenimiento, las ciudades y las agencias de viajes idean formas novedosas de explotar sus recursos turísticos. Así, una película puede acabar convertida en una guía de viaje, que cual cicerone descubre no sólo los entresijos y monumentos de una ciudad, sino que además permite que los viajeros se sientan protagonistas o parte del filme de sus sueños. Es un nuevo turismo que ha llegado para quedarse y que ya cuenta con legiones de seguidores.

El taquillazo convertido en excursión

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París no sólo vive de Amélie. Los operadores turísticos ofrecen al visitante recorridos guiados por los lugares claves en los que se desarrolla la exitosa y controvertida novela de Dan Brown, El código da Vinci. Así ha nacido un tour que no sólo se reduce a la mera visita de los distintos escenarios -el Louvre, la iglesia de Saint-Sulpice, el Obelisco...- sino que, además, anima al visitante-espectador a exponer sus propias hipótesis sobre la trama de la novela-película. La agencia Paris Muse propone una excursión de dos horas y media por los alrededores y el interior de la pinacoteca por 95 euros con el 'Código' en mano.

La fiebre por Harry Potter ya ha dejado cifras astronómicas en las industrias del libro y del cine. Y el turismo no quiere perderse su parte del paste. Las ciudades inglesas de Oxford y Gloucester son los lugares elegidos por los fieles del joven mago. La abadía de Lacock, la ciudad de Bath o el castillo de Alnwick, al norte de Inglaterra, también son centros de peregrinaje para la 'pottermanía'.

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Y si se habla de un taquillazo que sigue haciendo sonar la caja registradora más allá de su pase por la gran pantalla ese es la saga de El Señor de los Anillos. Nueva Zelanda ha visto crecer su turismo en un 30% desde que se rodara la primera parte. Desde entonces, las agencias de viajes locales ofrecen recorridos por los escenarios de grabación. Rutas turísticas que incluyen Matamala -donde permanece el poblado de Hobbiton-, el parque nacional de Tongarino -convertido en Mordor y donde los orcos atacaron a los hombres y elfos-, el río Rangitikei -más conocido entre los fans como río Anduin- o los estudios de Peter Jackson.

Estocolmo se ha convertido en destino de moda gracias a la trilogía Millennium. La capital sueca ve como por sus calles deambulan ávidos admiradores de Stieg Larsson y su versión cinematográfica tras las huellas del periodista Mikael Blomkvist y la hacker Lisbeth Salander. La Ruta Millennium es una caminata de 90 minutos cuyos puntos claves son Götgatan, donde está el despacho del protagonista, la vista de Riddarfjärden desde su piso y Kvarnen, un legendario sitio de bebidas en Södermalm.

El día perfecto para los turistas más fashion

El nuevo modelo de turismo está íntimamente ligado no sólo a las películas, sino también a la ficción televisiva. Las apasionadas de Sexo en Nueva York pueden sentirse protagonistas de la serie que capitanea Sarah Jessica Parker durante cuatro días gracias a la agencia de viajes de lujo Destination on Location, que ofrece una escapada en la que sólo ocho privilegiadas viajan a la ciudad de los rascacielos para hacer "todo lo que Samantha, Charlotte, Miranda y Carrie -los personajes protagonistas- harían". Podrán derrochar dinero en zapatos y bolsos de las tiendas más lujosas de Manhattan, darse masajes en sofisticados 'spas', moverse en limusina por la ciudad o comer y tomar cócteles en los locales de moda. Todo ello por unos 15.000 dólares. Además de alojarse en el hotel Plaza Athenee, que aparece en la última temporada de la serie, las clientas de esta agencia visitarán el restaurante Balthazar o la tienda de Patricia Field, diseñadora de la serie. 

Pero si el bolsillo no da para tanto siempre se podrá recurrir a la 'Ruta Sexo en Nueva York' que ofertan las guías de viajes. La excursión dura aproximadamente tres horas y media y cuesta unos 40 dólares por un total de 39 paradas, entre las que se incluyen las escaleras que acceden a la casa de Carrie Bradshaw -número 66 de Perry, en Greenwich Village-, el Aiden's Bar, la tienda de Manolo Blahnik o la galería del Soho donde trabaja Charlotte. Las cuatro amigas más glamurosas de la pequeña pantalla han hecho de las calles de esta urbe un hervidero de 'turistas televisivos'.

No son las únicas. En Miami, a los turistas les gusta ver esas mansiones que han popularizado series como Miami Vice o la más reciente C.S.I. Miami. Lo mismo sucede en Los Ángeles, donde las localizaciones de formatos de éxito compiten en atracción turista con las casas de las estrellas.

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Las series de televisión son una parte de la pequeña pantalla que mueve a una gran audiencia y 'engancha' a un buen número de fieles seguidores. Perdidos, Héroes o Los Soprano son sólo algunos de los formatos cuyo éxito genera un movimiento masivo por Internet. Innumerables páginas web hacen referencia a cada capítulo, a sus personajes, a curiosidades del rodaje... Pero eso no es todo. La Red también ofrece la posibilidad de hallar la localización exacta de estos lugares representativos de la ficción. Y aunque para los menos 'frikis' visitar un lugar emblemático televisivo suponga una visita prescindible, cada día son más un punto de interés turístico incluso con aglomeraciones. Hawai vive ahora de su sol, sus playas y de los restos de la Iniciativa Dharma.

De factoría nacional

España tampoco se queda atrás en seguir las rutas de la ficción como opción turística. Gran parte de los exteriores de Cuéntame cómo pasó están localizados en el municipio madrileño de Alcalá de Henares. Allí hay calles y comercios que marcan los pasos de la familia Alcántara. En el canal autonómico catalán TV3 hay otro caso inédito, el que protagoniza la serie Ventdelplà, filmada en el pueblo gerundense de Breda. Pero el fenómeno no es nuevo. Los habitante de Nerja, en Málaga, vivieron en los ochenta el auge de su villa a raíz del boom de Verano Azul.

La Andalucía Film Commission editó, en colaboración con la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía, un mapa turístico de la película Manolete, para promocionar una ruta con los lugares en los que se desarrolla la acción real de la historia del torero, así como los escenarios que la productora empleó para recrearlos. Esta publicación pretendía servir de herramienta de promoción a los municipios que están incluidos en el largometraje, a fin de convertir a los espectadores de la película en turistas y a los visitantes de estos enclaves en espectadores. El capitán Alatriste y El camino de los ingleses abrieron la senda de estas rutas en Andalucía.

Desde hace diez años París se ve con otros ojos. El distrito 18 de la capital francesa ha dejado de ser una zona cualquiera para ser uno de los barrios más visitados por los turistas gracias al fenómeno Amélie. La entrañable francesita se ha convertido en la mejor embajadora de Montmartre, en su vecina más ilustre. El éxito que tuvo la película ha revolucionado el barrio donde se rodó. Así, Montmartre ha pasado a tener un segundo Sagrado Corazón, el de la protagonista. La música del filme se escucha hoy por todo el distrito y el café donde se filmaron las escenas de Amélie trabajando de camarera es uno de los sitios más buscados por los fans. Los turistas le hacen una foto al local cada cuatro minUtos. Esta cafetería se está haciendo tan famosa como la propia torre Eiffel.