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Bigas Luna: “Yo pondría una alfombra roja a todos los que se descargan mis películas”
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“DOBLAR A PACO RABAL AL CATALÁN ES UNA ABERRACIÓN CREATIVA”

Bigas Luna: “Yo pondría una alfombra roja a todos los que se descargan mis películas”

A Bigas Luna no le importa que los internautas se descarguen gratis sus películas. Al revés, le encanta. En medio de la controversia en torno a

Foto: Bigas Luna: “Yo pondría una alfombra roja a todos los que se descargan mis películas”
Bigas Luna: “Yo pondría una alfombra roja a todos los que se descargan mis películas”

En el transcurso de una entrevista que mantuvo con El Confidencial, el maestro del celuloide, que acaba de recibir el Premio Hércules en el Festival de Cine de Tánger, precisa no estar en contra de los usuarios, sino contra los operadores de telefonía: “Ningún Gobierno se atreve con ellos. Éstos son los que se están forrando. Cobran a la gente por bajarse mis películas, pero a mí no me pagan nada. Ahí radica el problema".

Bigas Luna tampoco se muerde la lengua a la hora de hablar de la futura ley del cine catalán, que obligará a que el 50% de las copias de las películas que se estrenen en Cataluña estén dobladas o subtituladas en este idioma. “Si un señor hace una película en catalán hay que ayudarle. Otra cosa es, por ley, tener que doblar a Paco Rabal al catalán. Eso es una aberración creativa. Es una locura. El doblaje es el cáncer del cine”.

Su nueva andadura cinematográfica se llama D. D. Hollywood, una historia sobre las andanzas y desventuras de una joven que quiere dar el salto a la meca del cine. La irresistible ascensión de Diana Díaz, “mi protagonista", añade Bigas Luna, "se inspira en todas las actrices latinas que han triunfado en Hollywood, desde Sara Montiel o Carmen Sevilla hasta Penélope Cruz, Salma Hayek o Jennifer López. Todas ellas han vivido un proceso muy interesante que conozco muy bien".

A fin de dar contenido a Diana Díaz, Bigas Luna asegura haber llevado a cabo "un amplio trabajo de documentación en el que ha visto cómo siempre se repiten los mismos parámetros que utilizan unas y otras para triunfar". La historia de esta actriz española la personifica Elsa Pataky “que, al fin y al cabo, se encuentra en este mismo proceso. En el fondo estoy contando un poco de su vida”.

La actriz asegura que, desde que Bigas le mandó un email en el que le decía que quería hablar con ella, no ha podido dormir. Estaba tan emocionada que no se lo creía. “Ella tenía ilusión de trabajar conmigo y vino a verme. Yo le doy las gracias por haberse a atrevido a hacer esta película conmigo. Lo cierto es que hay que ser muy valiente para rodar escenas de cosas que están muy cercanas a tu vida, y en la que yo descubro ese Hollywood negro que hasta ahora nunca se ha contado con la crudeza que yo lo cuento. Elsa necesitaba hacer una película donde pudiese demostrar que es una gran actriz”.

Trabajo para que en mi casa me quieran

La historia de D. D. es una ficción que se aproxima a la realidad. “Hay todo un proceso en la película que he ido construyendo de la forma más perversa que he podido. Elsa es Elsa y lo único que he hecho es potenciar lo que Elsa ya es. Ella, desde el punto de vista estético, tiene todo lo que tiene que tener una estrella. Es la cuasi perfección que gusta de un niño a un viejecito”.

“Se cuenta ese lado negro de las niñas que tienen que salir con señores ricos y que los agentes manipulan. Yo lo cuento de una manera pura y dura… haciendo sangre en el lado más puritano de Hollywood. Así llegamos a la asignatura pendiente del cine americano: el tema del sexo, que nunca lo han sabido tratar y al que siempre le han tenido mucho miedo. A mí me censuraron el cartel de Huevos de Oro por tener Bardem las manos en los testículos, pero no censuran a Stallone por tener una metralleta en un póster”.

El film acaba de finalizar hace dos semanas en Valencia y empieza a tomar forma en la sala de postproducción para estrenarse en el próximo 2010. Bigas tiene claro que aunque sus películas se vean en la meca del cine el no tiene nada que ver con aquello. “Yo no quiero ninguna inserción en el mercado americano y no tengo especial interés en lo relativo a sus nominaciones. ¿Un Oscar? Cualquier premio que me dan es bienvenido pero no es mi objetivo. Tengo una estantería en un almacén donde los voy coleccionando, pero desde luego el Oscar no es mi meta. Yo no trabajo para el cine americano, trabajo para el público español. En definitiva, trabajo para que en mi casa me quieran”.

A pesar de lo que está cayendo, Bigas vive en su propio mundo, un Universo donde “el huerto es la base ¿ya sabes? ¿no?”, sonríe socarrón. “Sigo los proverbios chinos: si quieres ser feliz unas horas, emborráchate. Si quieres ser feliz un día, mata un cerdo. Si quieres ser feliz unos meses, busca una buena pareja. Si quieres ser feliz toda la vida, cuida bien tu huerto". Y esta es la vida que intenta seguir este hombre de negro con aspecto de monje de sivana, pero de los instintos primarios más transgresores. Planta árboles en recuerdo de sus amigos, y recoge burros igual que cosechas de calabazas. “Y si me los dan también recojo premios, como este tan original del Hércules que me han otorgado en el Festival Internacional de Tánger”.

En el transcurso de una entrevista que mantuvo con El Confidencial, el maestro del celuloide, que acaba de recibir el Premio Hércules en el Festival de Cine de Tánger, precisa no estar en contra de los usuarios, sino contra los operadores de telefonía: “Ningún Gobierno se atreve con ellos. Éstos son los que se están forrando. Cobran a la gente por bajarse mis películas, pero a mí no me pagan nada. Ahí radica el problema".

Bigas Luna tampoco se muerde la lengua a la hora de hablar de la futura ley del cine catalán, que obligará a que el 50% de las copias de las películas que se estrenen en Cataluña estén dobladas o subtituladas en este idioma. “Si un señor hace una película en catalán hay que ayudarle. Otra cosa es, por ley, tener que doblar a Paco Rabal al catalán. Eso es una aberración creativa. Es una locura. El doblaje es el cáncer del cine”.

Su nueva andadura cinematográfica se llama D. D. Hollywood, una historia sobre las andanzas y desventuras de una joven que quiere dar el salto a la meca del cine. La irresistible ascensión de Diana Díaz, “mi protagonista", añade Bigas Luna, "se inspira en todas las actrices latinas que han triunfado en Hollywood, desde Sara Montiel o Carmen Sevilla hasta Penélope Cruz, Salma Hayek o Jennifer López. Todas ellas han vivido un proceso muy interesante que conozco muy bien".

A fin de dar contenido a Diana Díaz, Bigas Luna asegura haber llevado a cabo "un amplio trabajo de documentación en el que ha visto cómo siempre se repiten los mismos parámetros que utilizan unas y otras para triunfar". La historia de esta actriz española la personifica Elsa Pataky “que, al fin y al cabo, se encuentra en este mismo proceso. En el fondo estoy contando un poco de su vida”.

La actriz asegura que, desde que Bigas le mandó un email en el que le decía que quería hablar con ella, no ha podido dormir. Estaba tan emocionada que no se lo creía. “Ella tenía ilusión de trabajar conmigo y vino a verme. Yo le doy las gracias por haberse a atrevido a hacer esta película conmigo. Lo cierto es que hay que ser muy valiente para rodar escenas de cosas que están muy cercanas a tu vida, y en la que yo descubro ese Hollywood negro que hasta ahora nunca se ha contado con la crudeza que yo lo cuento. Elsa necesitaba hacer una película donde pudiese demostrar que es una gran actriz”.

Trabajo para que en mi casa me quieran

La historia de D. D. es una ficción que se aproxima a la realidad. “Hay todo un proceso en la película que he ido construyendo de la forma más perversa que he podido. Elsa es Elsa y lo único que he hecho es potenciar lo que Elsa ya es. Ella, desde el punto de vista estético, tiene todo lo que tiene que tener una estrella. Es la cuasi perfección que gusta de un niño a un viejecito”.

“Se cuenta ese lado negro de las niñas que tienen que salir con señores ricos y que los agentes manipulan. Yo lo cuento de una manera pura y dura… haciendo sangre en el lado más puritano de Hollywood. Así llegamos a la asignatura pendiente del cine americano: el tema del sexo, que nunca lo han sabido tratar y al que siempre le han tenido mucho miedo. A mí me censuraron el cartel de Huevos de Oro por tener Bardem las manos en los testículos, pero no censuran a Stallone por tener una metralleta en un póster”.

El film acaba de finalizar hace dos semanas en Valencia y empieza a tomar forma en la sala de postproducción para estrenarse en el próximo 2010. Bigas tiene claro que aunque sus películas se vean en la meca del cine el no tiene nada que ver con aquello. “Yo no quiero ninguna inserción en el mercado americano y no tengo especial interés en lo relativo a sus nominaciones. ¿Un Oscar? Cualquier premio que me dan es bienvenido pero no es mi objetivo. Tengo una estantería en un almacén donde los voy coleccionando, pero desde luego el Oscar no es mi meta. Yo no trabajo para el cine americano, trabajo para el público español. En definitiva, trabajo para que en mi casa me quieran”.

A pesar de lo que está cayendo, Bigas vive en su propio mundo, un Universo donde “el huerto es la base ¿ya sabes? ¿no?”, sonríe socarrón. “Sigo los proverbios chinos: si quieres ser feliz unas horas, emborráchate. Si quieres ser feliz un día, mata un cerdo. Si quieres ser feliz unos meses, busca una buena pareja. Si quieres ser feliz toda la vida, cuida bien tu huerto". Y esta es la vida que intenta seguir este hombre de negro con aspecto de monje de sivana, pero de los instintos primarios más transgresores. Planta árboles en recuerdo de sus amigos, y recoge burros igual que cosechas de calabazas. “Y si me los dan también recojo premios, como este tan original del Hércules que me han otorgado en el Festival Internacional de Tánger”.