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Magia más allá de varitas y anillos
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Magia más allá de varitas y anillos

Un fantástico bestseller. El nombre del viento. Patrick Rothfuss. Lo normal, cuando a un libro de fantasía le llueven los elogios, es volverse suspicaz. Si leemos la

Un fantástico bestseller. El nombre del viento. Patrick Rothfuss.

 

Lo normal, cuando a un libro de fantasía le llueven los elogios, es volverse suspicaz. Si leemos la contracubierta y encontramos un texto extraordinariamente semejante al discurso del replicante Roy Batty en Blade Runner, las dudas aumentan. Pero nos ha dicho algún amigo en el que confiamos que merece la pena. Así que lo abrimos. Aparece un mapa casi calcado del de la Tierra Media, en el que sospechosamente el territorio donde viven los protagonistas se llama “la Mancomunidad”, un lugar alejado de los peligros del mundo donde viven gentes sencillas. Ése amigo ya no nos cae tan bien, pero leemos algunas páginas. Al parecer, al autor le ha llevado trece años escribir la novela, buscando la perfección, porque “si quieres hacer algo, mejor que lo hagas bien”. Encontramos un estilo ampuloso, elegíaco: “era un sonido paciente e impasible como el de las flores cortadas; el silencio de un hombre que espera la muerte”. Mas, ¡quién dijo miedo! Son sólo ochocientas páginas, que me han costado veintitrés euros, que en tiempos de crisis no es poca cosa.

Si son tan pacientes como el protagonista del párrafo precedente, quizá estén de enhorabuena. Porque, a partir de ahí, El nombre del viento mejora mucho, se vuelve atractiva y original, aunque por supuesto las reseñas eran exageradas, como se espera de cualquiera que elijan los editores para ornar su libro. Lo cierto es que, para lo que cuenta esta primera parte de esta –¡cómo no!– trilogía, ocho centenares largos de páginas es demasiado. Pero Patrick Rothfuss, al menos, se ha tomado su tiempo para pulir –casi siempre– eso que se llama el “sueño de la ficción”, esa manera de narrar que obliga al lector a agachar la cerviz durante horas sobre las páginas del libro sin notar la sed ni el hambre, sin que una palabra inadecuada, un comentario extemporáneo o una construcción errónea le devuelvan a la materialidad del mundo real. Esto, junto con el pulso o ritmo, es lo fundamental en toda narración clásica, y aquí está muy bien conseguida, y eso a pesar de que nos habla de “escrales” –arañas demoníacas de piedra– o de dragones –aquí xilófagos–.

Rothfuss cuenta una historia de magia, pero que no tiene nada que ver con varitas mágicas ni rayos que salen de los dedos. Tiene que ver con las palabras, con los nombres de las cosas. Es una magia creíble, porque a pesar de todo Kvothe, el protagonista, vive en un mundo racional. Su universo está muy bien construido, con gran verosimilitud. Algo que, desgraciadamente, no ocurre con los personajes, bastante menos creíbles, criaturas de ficción. El propio Kvothe va un poco sobrao, con ese tipo de oscuridad de héroe de novela que ni el dickensiano relato de su infancia logra consolidar. Esta es la mejor parte de la novela, aunque nos hace olvidar que estamos ante literatura fantástica. Sus aventuras de supervivencia como pícaro en una gran ciudad, viviendo gracias a su ingenio, tras la muerte de su familia a manos de los misteriosos Chandrian, terminan con su estancia en la Universidad que, lejos de ser un nuevo colegio Hogwarts, tiene más que ver con una pequeña universidad de provincias en la que se enseñan asignaturas como simpatía o nominación. Es este equilibrio entre fantasía y realismo lo que hace más que interesante esta novela que, por supuesto, tiene película en ciernes y su previsible secuela dentro de un año.

 El nombre del viento. Ed. Plaza y Janés. 8 págs. 22, 90 €. Comprar libro.

 

Chismorreos históricos. Los Duques de Windsor. José Miguel Romaña

El que brevemente fue Eduardo VIII despierta emociones contrapuestas, y si no él al menos su leyenda. Por una parte, su “abdicación por amor” provoca simpatía; por otra, sus inclinaciones nazis provocan rechazo y repugnancia. Parece difícil conciliar ambas posturas, pero detrás de la leyenda rosa siempre se esconde una verdad histórica que, aunque difícil de desenmarañar, revela un fondo mucho más compleja e interesante que el simple romance contra viento y marea. José Miguel Romaña separa y ordena sus hilos en las páginas de esta biografía, más del Duque que de la Duquesa, y que no puede dejar de lado un marco histórico que tiene especial significado en esta historia de amor. Y es que, en cuanto el autor abre un par de cortinas, tejidas por la mente calenturienta e ingenua de algunos devotos del cuché, encontramos a un Duque que nunca dejó de ser un adolescente, tanto física como mental y psicológicamente.

Una infancia dura, no por el hambre sino por la responsabilidad, una escasa disposición a un cargo que le venía impuesto, un pasado familiar que le empujaba a la germanofilia… El duque de Windsor, que por espacio de casi un año fue rey nunca tomó las riendas de su vida, y cuando apareció la señora Wallis Simpson pareció encontrar a alguien que lo haría por él. Por supuesto, muchas son las teorías acerca de esta relación, desde la que convierte a la norteamericana en una experta en artes sexuales chinas hasta la que la hace espía a las órdenes de Adolf Hitler o una hipnotizadora que dejaría a Patrick Jane a la altura del betún. Y detrás de todo, la ominosa sombra del nazismo que tenía más simpatizantes en Gran Bretaña –y en toda Europa– de lo que se quiere reconocer hoy. El más imponente, el propio rey efímero, que rozó la traición al Estado en más de una ocasión por su ciega simpatía hacia una de las máscaras del totalitarismo, por su pavor ante otra de ellas –el comunismo; como si la forma de huir de un incendio fuera ahogarse en el pozo–.

El autor de esta biografía sondea todas las teorías, incluso las más descabelladas, que intentan explicar uno de los comportamientos más sorprendentes de un rey: la abdicación. La obra tiene un algo de aproximación, pero exhaustiva, a la abundante bibliografía existente, y cuenta por ello con abundantes citas y transcripciones. Particularmente me resulta molesta la forma de incluirlas en el texto, sin la mediación de notas a pie, así como algunos incisos y comentarios que parecen fuera de lugar y que deben tener la intención de hacer más amigable la lectura aunque, en mi opinión, la hacen algo cansina.

Los Duques de Windsor. Ed. Actas. 340 págs. 28 €. Comprar libro.

Un fantástico bestseller. El nombre del viento. Patrick Rothfuss.