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El 'Génesis' de Robert Crump, gran proyecto de cómic
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El 'Génesis' de Robert Crump, gran proyecto de cómic

El ejercicio es el siguiente. Metemos en una coctelera interminables jornadas de visionado de televisión de los 50, con El llanero solitario como uno de sus

Foto: El 'Génesis' de Robert Crump, gran proyecto de cómic
El 'Génesis' de Robert Crump, gran proyecto de cómic

El ejercicio es el siguiente. Metemos en una coctelera interminables jornadas de visionado de televisión de los 50, con El llanero solitario como uno de sus hitos; una vida nómada siguiendo a un rígido padre militar destinado a muy diferentes sitios; una obsesión por dibujar y por los comics que impedía adquirir y practicar habilidades sociales; y una juventud en pleno años 60, viviendo su descontento y desesperación, y probando todo tipo de sustancias que abren las puertas de la percepción. Agitamos y de esta forma tenemos ante nosotros al héroe del cómic underground, Robert Crumb.

 

Está considerado uno de los grandes artistas del siglo XX, comparable a escritores satíricos como Rabelais o Swift, y odiado a partes iguales -desde posiciones feministas han tachado su obra de pornografía misógina, degradante e inmadura-, pero al que no se le puede negar una enorme destreza con el dibujo.

 

Nada menos que de su genio ha surgido un proyecto titánico en el que ha invertido 4 años: llevar el Génesis al mundo de la viñeta. Y no de cualquier manera, sino recogiendo con minuciosidad cada cosa que se cuenta y retratándola con su obsesiva manera de dibujar. Como comprenderán, el resultado podía ser de todo menos inocente, algo a lo que también ayudan algunas de las sorpresas que esconde este libro de libros en el que caben incestos, asesinatos, adulterios y todas aquellas cosas que hicieron de él algo más que una obra para creyentes.

 

Para realizar este encomiable trabajo decidió salir de su entorno familiar –su casa está situada en Sauve, un pueblecito francés de la región de Languedoc-Rousillon- y de la compañía de anacrónicas colecciones como sus 5.000 discos de pizarra, para hacer una rutina diaria que consistía en que su mujer le acercase hasta un apartamento de la zona en el que desarrolló todo el trabajo. Para tan magno proyecto contó con una anticipo de 200.000 dólares, que, aunque en un principio le pareció “un pastón”, a medida que transcurrían los meses llegó a la conclusión de que no resultaba tanto dinero.

 

Se basó en la Biblia del Rey James y en la traducción de Robert Alter para construir la que para, según su editor, Jonathan Cape, es una “escandalosa sátira” que “presenta una completa, a veces subversiva, narrativa que clama por un nuevo examen de los contenidos bíblicos así como de su papel en nuestra cultura”.

 

Tiene toda la pinta de que creará cierto resquemor entre cristianos y judíos, pero Crumb ya se justificaba cuando la obra era sólo un proyecto: “No busco ofenderlos. Sólo quiero hacerlos ver… Por ejemplo, esa escena donde Abraham está teniendo sexo con su nuera, que finge ser una sacerdotisa del templo. Eso está en la Biblia. Cómo van a tomarlo, realmente no lo sé. Yo sólo voy a dibujar lo que está allí. Es sorprendente lo que se encuentra en la Biblia cuando la lees realmente a fondo”.

 

La obra, compuesta por las 200 páginas que ocupan los 50 capítulos sagrados, será publicado simultáneamente en EEUU y Reino Unido el 19 de octubre. En España hará lo propio su editorial habitual, La Cúpula, que seguro que ya se debe estar frotando los dedos. Las ampollas que levante Crumb no le dolerán nada. 

El ejercicio es el siguiente. Metemos en una coctelera interminables jornadas de visionado de televisión de los 50, con El llanero solitario como uno de sus hitos; una vida nómada siguiendo a un rígido padre militar destinado a muy diferentes sitios; una obsesión por dibujar y por los comics que impedía adquirir y practicar habilidades sociales; y una juventud en pleno años 60, viviendo su descontento y desesperación, y probando todo tipo de sustancias que abren las puertas de la percepción. Agitamos y de esta forma tenemos ante nosotros al héroe del cómic underground, Robert Crumb.