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¡Superman, farsante, deja de engañarnos!
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¡Superman, farsante, deja de engañarnos!

Fue el filósofo y esteta Samuel Taylor Coleridge el que, a comienzos del XIX, acuñó el término ‘suspension of disbelief’ (suspensión de la incredulidad) para referirse

Las películas, los libros y los comics dedicados a mundos fantásticos y superhéroes increíbles chocan en la mayoría de las ocasiones con las leyes básicas de la física. Sin embargo, quien más y quien menos ha vivido con emoción y sin planteárselas demasiado las aventuras de superhéroes con poderes increíbles, platillos volantes capaces de alcanzar velocidades cercanas a la de la luz como si nada, hombres invisibles y viajes a través del tiempo para conocer a nuestros antepasados.

 

Sergio L. Palacios, profesor de física de la Universidad de Oviedo y freak orgulloso de su condición, ha escrito La guerra de dos mundos: el cine de ciencia ficción contra las leyes de la física para desmontar muchos de los mitos que la ciencia ficción ha dejado en el imaginario colectivo, pero con más ánimo divulgativo que pasión iconoclasta. La suya es una obra surgida del deseo de acercar una materia habitualmente opaca como la física a todos los públicos usando para ello medios tan populares como el cine o el cómic.

 

Muchos de los alter egos de los superhéroes son personajes frustrados, conflictivos o simplemente asociales. Esto posiblemente se deba a que gracias a sus superpoderes son capaces también de comprender la propia imposibilidad intrínseca de sus existencias: como explica Palacios en varios capítulos del libro, los superhéroes no hacen más que saltarse las leyes más básicas como si nada. Superman es capaz en la tercera entrega de la saga cinematográfica de convertir unos fragmentos de carbón en un diamante puro con solo apretarlo entre las palmas de sus manos, y el increíble Hulk lanza vehículos a varios metros de distancia sin apenas inmutarse, pero ambos parecen olvidarse de que conceptos físicos tan comunes como la gravedad o el rozamiento también les afectan.

 

A lo largo de todo el libro Palacios no sólo demuestra un amplio dominio de su campo científico, sino que prueba que conoce todas las hazañas de estos personajes imposibles por afición propia: su listado de películas incluye piezas de Fritz Lang como La mujer en la luna, clásicos de los años 50 como Ultimátum a la tierra y también blockbusters de las últimas décadas como Armaggedon o El día de mañana, además de cómics clásicos de Marvel o DC.

 

No sin ironía (como cuando presenta la fotografía de un esqueleto y explica que así es como “encontraría Superman a Lois Lane a la vuelta de su viaje alrededor de la Tierra”), el suyo es un trabajo que consigue introducir al neófito en el mundo de la física sin complicadas ecuaciones (sólo aparece una, la famosa E=mc2, en todo el libro) y a través de elementos de la vida cotidiana que son cercanos para todos. Un ejercicio de divulgación, en definitiva, necesario para abrir los ojos al gran público sobre el aparentemente complicado mundo de la física que resulta ameno y mucho más entretenido que los manuales con los que nos intentaban enseñar en las escuelas.

 

LO MEJOR: El amplio listado de películas (con ficha técnica al final de la obra) y de referencias bibliográficas muy variadas, que permiten continuar con lo aprendido en el libro una vez que éste se ha terminado.

 

LO PEOR: Su 'deconstrucción' de El Principito, que no puede sino provocar cierta nostalgia.