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Regletas, ollas a presión y otros trucos para ahorrar electricidad
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Regletas, ollas a presión y otros trucos para ahorrar electricidad

Sin un esfuerzo sobrehumano se pueden cambiar hábitos en el uso de dispositivos eléctricos, que además de reducir la factura de la luz, convierten la vivienda en un lugar más eficiente

Foto: Saber cuándo es mejor utilizar los aparatos que dependen de la red eléctrica permitirá reducir la factura de la luz.
Saber cuándo es mejor utilizar los aparatos que dependen de la red eléctrica permitirá reducir la factura de la luz.

Poner la lavadora, ver la televisión, usar el lavavajillas, cocinar en la vitrocerámica, todos son gestos rutinarios con un componente común: son eléctricos. Traducir esto en cifras significa tener un recibo de la luz elevado y por ello es conveniente poner en práctica lo que en la teoría se comprende fácilmente: cuanto mayor es la eficiencia energética en casa, menor es la cantidad que hay que pagar por la luz consumida.

Así que, si lo único que haces para ahorrar energía en tu hogar es cerrar la puerta a cal y canto para que 'no se escape el gato', amplía tus estrategias con estos útiles consejos, que además te ayudarán a reducir algún que otro euro en la factura de la luz.

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Uso responsable de la calefacción

El kilovatio por hora registra máximos históricos, por lo que el ambiente no está para estar desperdiciando energía. Una de las mejores formas de aprovechar el calor procedente de la calefacción se puede conseguir apagándola por la noche e instalando válvulas termostáticas que permitan controlar cada radiador de manera independiente. Estos reguladores permiten seleccionar la temperatura que se desee, de tal manera que si no estás en casa, puedes mantenerlo apagado y así ahorrar entre un 8 y un 13% de energía.

Además, para ser más precisos en el mantenimiento del calor, se recomienda ventilar la casa durante 10 minutos, ya que es tiempo suficiente para renovar el aire y así se evitará perder calor innecesariamente.

Otra medida sencilla es la de instalar paneles o rollos de aislamiento detrás de aquellos radiadores que dan al exterior de la vivienda. Estos autoadhesivos son muy fáciles de instalar y permitirán ahorrar hasta un 10% en calefacción.

Aislar la casa del frío

Parte del calor que se genera en una casa puede irse por pequeños espacios existentes entre ventanas, puertas y pavimento. De tal forma, resulta relevante identificar las infiltraciones de aire y taparlas para aislar mejor la vivienda.

Se puede comprar silicona, masillas o colocar burletes en las puertas y ventanas por donde entre aire o también optar por bajar las persianas y correr las cortinas por la noche para retener el calor conseguido durante el funcionamiento de los radiadores. Las alfombras también son grandes aliadas en la retención del calor, ya que el suelo en invierno suele estar entre 10 y 12 grados y su utilización ayuda a mantenerlo más cálido. Poner todos estos consejos en práctica supondrá un ahorro de casi un 30% en calefacción.

Desconecta los televisores y usa regletas

Muchos de los dispositivos electrónicos que utilizamos, como la televisión, el portátil o el DVD siguen consumiendo energía a pesar de estar apagados. Es lo conocido como la función de reposo o de ‘stand by’, que puede hacer que estos aparatos consuman más energía en este tiempo de espera que cuando está en uso, lo que se traduce en un 2,2% aproximado de nuestro consumo anual eléctrico.

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Olla a presión y el calor residual, grandes aliados

Muchas son las formas de aprovechar la energía que generan en los hogares la vitrocerámica o las placas de inducción, y no, la solución no radica en apagarlas y utilizar el microondas en su lugar.

Se aconseja no utilizar sartenes, ollas u otros recipientes con la base más pequeña que la superficie de cada fogón, de esta manera, si el fondo de cada recipiente es mayor que la zona de cocción se aprovechará al máximo el calor que genera la vitro o las placas.

Las ollas a presión proporcionan muchas ventajas para conseguir rebajar la factura de la luz. Por ejemplo, al cerrarse herméticamente los alimentos se cocinan más rápidamente, reduciendo hasta la mitad el tiempo de cocción y, por ende, el tiempo que necesitamos el fuego encendido.

No te olvides de la tapa en el resto de las ollas, te ayudará a ahorrar un 25% de energía, ya que aprovechas la temperatura de cocción cuando cocines alimentos con gran cantidad de líquido.

Si no tienes más remedio que utilizar el horno, te va a ser útil saber que no es necesario precalentar el horno para cocciones superiores a una hora, ni más de 10 minutos. Puede resultar extraño, pero lo único que se consigue así es gastar más energía, y es uno de los electrodomésticos que más consume. Aprovecha para meter varios alimentos a la vez. Mientras cocinas tampoco abras la puerta innecesariamente, cada vez que lo haces se enfría unos 25 grados. Por último, aprovecha el calor residual y apágalo unos minutos antes y ahorrarás valiosos minutos de energía.

Sácale provecho a tus electrodomésticos

Los electrodomésticos acaparan más de la mitad del consumo eléctrico, en concreto, un 56%. Así que, si aprendemos utilizar más eficazmente sus servicios, esto repercutirá directamente en la factura de la luz, ahorrándonos sobresaltos y muchos euros.

Empecemos por el frigorífico. Para que tenga un mayor rendimiento, limpia la parte trasera al menos una vez al año y comprueba que las gomas de la puerta estén en buen estado para evitar pérdidas importantes de frío. Otro buen consejo es mantenerlo a una distancia suficiente de la pared. Ten paciencia y deja que los alimentos calientes se enfríen en el exterior, así, además de evitar romper la cadena de frío, impedirás que tu frigorífico se sobrecargue y se emplee más tiempo (y energía) en mantener el frío. En cuanto a la temperatura, lo ideal es tener el frigorífico a 5 grados y el congelador a menos 18 grados.

Sumario

El lavavajillas sirve de gran ayuda y, como cualquier otro electrodoméstico, hay que saber cuándo es mejor utilizarlo. En su caso, lo más conveniente es elegir el programa más económico, siempre que sea posible y siempre utilizarlo con la carga al máximo.

Hay muchas alternativas para que limpiar la ropa en la lavadora sea eficaz. Lo primero, al igual que sucedía con el friegaplatos, lo más importante es ponerla en funcionamiento con la carga completa o, si vives solo, emplear siempre programas cortos y evitar el lavado a altas temperaturas (que consume más).

Después de la lavadora, y de secar la ropa con la luz del sol, faltaría utilizar la plancha, que con una potencia de hasta 1500 vatios, puede llegar a aumentar mucho el consumo de la luz. Utilízala cuando sea necesario y cuando tengas acumulada suficiente ropa, ya que el mayor consumo lo alcanza cuando llega a la temperatura máxima. Otro truco que puede ser útil es colgar en perchas aquellas prendas que tienden a arrugarse menos; así, te la quitarás de la lista de ropa para planchar.

Lámparas de bajo consumo y bombillas de led

Ya falta poco para convertir tu casa en un búnker energético, donde no hay resquicio por donde se escape el calor y donde no existe electrodoméstico o dispositivo electrónico mal utilizado. Solo falta saber qué tipo de iluminación tienes en tu casa.

Las lámparas de bajo consumo y las de led son más caras, pero gastan mucho menos y al final duran más, así que sales siempre ganando

¿Utilizas halógenos? Olvídate de ellos, consumen bastante electricidad y duran 2.000 horas, mucho menos que las bombillas de led, (25.000 horas) o las lámparas de bajo consumo que tiene vida hasta las 8.000 horas. Al principio, puede resultar que estas lámparas tienen un precio elevado, pero a la larga te darás cuenta que te han salido baratas. Para un mismo nivel de iluminación, tanto las de led como las de bajo consumo permiten un ahorro energético de hasta un 90%.

Poner la lavadora, ver la televisión, usar el lavavajillas, cocinar en la vitrocerámica, todos son gestos rutinarios con un componente común: son eléctricos. Traducir esto en cifras significa tener un recibo de la luz elevado y por ello es conveniente poner en práctica lo que en la teoría se comprende fácilmente: cuanto mayor es la eficiencia energética en casa, menor es la cantidad que hay que pagar por la luz consumida.

Factura de la luz Eficiencia energética Luz