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Cebrián amaga con no jubilarse mientras “tenga salud, fuerza y entendimiento”
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Su contrato con prisa concluye en 2020

Cebrián amaga con no jubilarse mientras “tenga salud, fuerza y entendimiento”

Afirma que, a falta de que siga adelante la reestructuración de la deuda del grupo, el siguiente hito en el calendario es la venta de la editorial Santillana, la joya de Prisa

Foto: Javier Solana, Juan Luis Cebrián y la periodista Gloria Lomana, en el coloquio celebrado en el Club Siglo XXI. (EFE)
Javier Solana, Juan Luis Cebrián y la periodista Gloria Lomana, en el coloquio celebrado en el Club Siglo XXI. (EFE)

La fecha formal es el año 2020, pero Juan Luis Cebrián amaga con seguir al frente del grupo Prisa una vez cruzado ese umbral. Lo que sí está claro es que, de momento, no piensa ceder ni a corto ni a medio plazo el testigo del principal grupo de comunicación en español. Que acabe de publicar el primer tomo de sus memorias ('Primera página, vida de un periodista 1944-1988') tampoco significa que esté ya en el epílogo de su vida profesional.

Así lo expuso ayer, durante su participación en el conocido foro Club Siglo XXI de Madrid, en donde Cebrián presentó sus memorias con el exministro socialista Javier Solana como padrino e introductor, y con la asistencia de una nutrida representación de representantes del PSOE, el PP y Ciudadanos. “Uno se puede jubilar de una cosa y empezar otra”, explicó. “Pero no me voy a jubilar mientras tenga salud, fuerza y entendimiento”.

Este convencimiento llega después de que, en diciembre de 2015, el consejo de administración de Prisa decidiera retrasar su jubilación dos años más, de 2018 a 2020. Un gesto que muchos entendieron como una respuesta a los intentos del dueño de Amber Capital, Joseph Oughourlian, por seguir ganando peso dentro del accionariado de Prisa como paso previo a un posible asalto al control total de la compañía. No en vano, Oughorulian es hoy el principal accionista de la editora de 'El País' tras consumar, en junio, un sorpaso histórico y superar en porcentaje a la familia Polanco.

A falta de que siga adelante la reestructuración de la deuda del grupo, el siguiente hito en el calendario es la venta de la editorial Santillana

Prisa explicó en su momento que esta decisión de postergar la jubilación de Cebrián se había llevado a cabo para “dotar de mayor estabilidad a la gestión” de Prisa. Así, los planes previstos hasta la fecha son que Cebrián continúe al frente de Prisa como presidente ejecutivo hasta 2018 y, posteriormente, siga otros dos años adicionales como presidente no ejecutivo y sin que se alteren “las condiciones económicas de su contrato”.

Sin embargo, a falta de 12 meses y en plena cuenta atrás para esa fecha, cuesta creer que Cebrián vaya a ceder las riendas del grupo para ostentar un cargo más honorífico al estilo del que tiene Santiago Bergareche en Vocento. Sobre todo si se tiene en cuenta la multiplicación de conferencias, entrevistas y actos públicos que —con Felipe González o sin él— Cebrián ha ido desplegando en los últimos meses, con excusa de su libro o por otros motivos. Como incentivo, eso sí, tiene la promesa ya provisionada de cobrar un complemento de jubilación de seis millones de euros el día que efectivamente decida apartarse de la primera línea.

En la última junta ordinaria de accionistas, celebrada en el Teatro Real de Madrid, Cebrián explicó públicamente que el acuerdo de extender su contrato hasta 2020 se tomó a iniciativa de un número significativo de accionistas y consejeros, “que estimaron que yo debía continuar dirigiendo los destinos de Prisa, al menos hasta que quede totalmente resuelta la magnitud y estructura de la deuda, y fijada la del capital”. Añadió también que el consejo elaboraría en breve un plan de sucesión tanto para él como para el consejero delegado del grupo, José Luis Sáinz.

“Se trata de establecer un método ordenado para el relevo de sus cargos llegado el caso, y en cualquiera de las circunstancias en que pueda producirse. No tengan la menor duda de que si en algún momento estuviera en contradicción mi permanencia personal con los intereses de la empresa, serían estos y solo estos los que tendría en cuenta a la hora de tomar decisiones”, explicó.

De momento, y a falta de que siga adelante la reestructuración de la deuda del grupo, el siguiente hito en el calendario es la venta de la editorial Santillana, la principal joya de todo el imperio de Prisa y la división de negocio que más beneficios aporta a Prisa en España y en Latinoamérica. Al respecto, Cebrián explicó ayer que un banco de inversiones está liderando todo el proceso y que las primeras pujas y ofertas se recibirán a principios del mes que viene, pero que la venta tardará todavía varios meses en completarse.

Juan Luis Cebrián asumió la presidencia del grupo Prisa en 2008. Desde entonces, hasta 2015, el grupo ha reducido su deuda consolidada en 3.500 millones y ha pagado a los bancos y entidades acreedoras más de 1.000 en intereses y gastos. En paralelo, se han hecho ampliaciones de capital por valor de 1.300 millones, se han vendido activos por cerca de 3.000, entre ellos la propia Digital+ o Cuatro, y han salido del grupo hasta 2.500 empleados.

Al acto, en el Club Siglo XXI, asistieron, entre otros, miembros del PSOE, como Antonio Hernando, José Bono y Micaela Navarro, y del PP, como Pablo Casado y Fernando Martínez Maillo. Ante ellos, Cebrián resaltó que "los lideres políticos deben aprender a confrontarse mediante renuncias" y que los consensos deben ser las "reglas del juego" para los pactos.

La fecha formal es el año 2020, pero Juan Luis Cebrián amaga con seguir al frente del grupo Prisa una vez cruzado ese umbral. Lo que sí está claro es que, de momento, no piensa ceder ni a corto ni a medio plazo el testigo del principal grupo de comunicación en español. Que acabe de publicar el primer tomo de sus memorias ('Primera página, vida de un periodista 1944-1988') tampoco significa que esté ya en el epílogo de su vida profesional.

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