La UE blinda el modelo de TVE sin publicidad y aparca su posible retorno

La remota posibilidad de que Televisión Española (TVE) vuelva a tener publicidad comercial seguirá enterrada en un cajón, al menos durante unos cuantos años más o, quizá, de forma definitiva. Máxime, después de que, este jueves, el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea haya validado de una vez por todas el actual y cuestionado sistema de financiación de la cadena, que fija todos sus ingresos en las aportaciones del Ministerio de Hacienda vía presupuestos y en las cantidades que ponen las telecos y los operadores de televisión en abierto y de pago en función de sus ingresos. El tribunal de Luxemburgo ha rechazado el último recurso interpuesto por DTS (la antigua Digital+) y ha confirmado que el regimen de financiación de RTVE es compatible con las normas de la Unión en materia de ayudas de Estado.

La publicidad desapareció de TVE en 2010 tras un acuerdo político de la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega con las cadenas privadas en los años más duros de la crisis y, hasta la fecha, el Ejecutivo de Rajoy no ha querido mentar el tema de la discordia y, menos, enfrentarse a dos gigantes como Mediaset y Atresmedia. Un duopolio publicitario que nació, precisamente, en ese momento, tras la retirada de TVE del circuito comercial y que ha ganado cientos de millones desde entonces. Solo de enero a spetiembre, por ejemplo, han arrojado unos beneficios de 233,3 millones tras aglutinar el 86,4% de la cuota de mercado.

La vuelta de la publicidad a La 1 (se perdieron de un plumazo 480 millones en 2009) no está entre las prioridades del nuevo tablero político ni del Ejecutivo de Rajoy, por más que instituciones como la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) hayan abogado por ello entre líneas en su último informe sobre el cumplimiento del servicio público de RTVE. “Dados los problemas estructurales del modelo vigente”, explicaba el regulador, “es necesaria una revisión en profundidad del sistema de financiación y gestión de RTVE, de cara a garantizar su estabilidad en estos dos ámbitos fundamentales de su actividad”. Y lo justificaba en dos razones: “Desde la instauración de este sistema, RTVE ha afrontado cada ejercicio desde la incertidumbre presupuestaria y, además, generando déficit”. A buen entendedor.

El informe se publicó en agosto. Entonces, los actuales consejeros de la CNMC fueron hasta donde podían llegar en un contexto especialmente delicado. Con un gobierno en funciones y con el fantasma de unas terceras elecciones en diciembre aún en el aire. El peor escenario para poner a las televisiones en contra del Gobierno. Por esas mismas fechas, además, otro informe elaborado por la SEPI, la principal accionista de RTVE, incidía sobre las mismas deficiencias del modelo.

El organismo que depende de Montoro concluía que “la posición competitiva de RTVE se puede considerar baja” tanto por su diseño y estructura como por el modelo de financiación en el que se sustenta “que no aporta estabilidad, introduce restricciones a la gestión, expulsa a la CRTVE del mercado publicitario y además es poco transparente como lo demuestran los sucesivos recursos que los operadores plantean al TEAC en relación a la liquidación de la tasa”.

La retirada de la publicidad de RTVE se cobró, como primera víctima, al entonces primer presidente de la Corporación, Luis Fernández, y ha propiciado desde entonces una enorme inestabilidad en la cúpula de la tele, por la que han ido pasando sin finalizar su mandato otros ejercutivos como Luis Oliart, Leopoldo González Echenique o José Antonio Sánchez, que será relevado en breve.

La sentencia final de Luxemburgo desestima las quejas de la antigua Digital+ al entender que las aportaciones que hacen los operadores no van a parar, directamente, a las ayudas públicas que Hacienda aporta a RTVE. El Tribunal de Justicia recuerda que el importe de la ayuda se fija de acuerdo con los costes netos relacionados con el cumplimiento de la misión de servicio público, por lo que los ingresos por las medidas fiscales no tienen ninguna influencia directa en la cuantía o en la aportación de la ayuda otorgada a RTVE.

La CNMC ya destacó en julio que el principal defecto del actual modelo de financiación se ha producido de forma sistemática en la “insuficiente e inestable” recaudación obtenida a través de las aportacioens económicas de las 'telecos', que solo han alcanzado el 40% del máximo posible en los últimos años (32,5% en 2014). La tasa que pagan las 'telecos' ha aportado una media de entre 185 y 283 millones de euros por ejercicio a las arcas de RTVE desde 2010.

"Las previsiones que se establecieron sobre la recaudación a obtener por medio de las aportaciones eran especialmente optimistas”, señalaba. “Es más, como consecuencia del establecimiento de estas obligaciones, algunas empresas de telecomunicaciones variaron su estrategia y abandonaron su actividad como operadores de comunicación audiovisual (Vodafone y Jazztel), dado que dicha aportación suponía una carga tributaria muy importante en relación con los ingresos a recibir por la prestación de servicios audiovisuales”.