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Sandro Rosell pagó más de 160.000 euros para espiar los correos de Roures
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el entorno de rosell dice que es una venganza de roures

Sandro Rosell pagó más de 160.000 euros para espiar los correos de Roures

El expresidente del Barcelona contrató los servicios del jefe informático de Mediapro para acceder a su correspondencia. Cuando fue despedido por Roures le ofreció un puesto de trabajo en el equipo

Foto: El presidente del grupo Mediapro, Jaume Roures, en el centro de la imagen. (EFE)
El presidente del grupo Mediapro, Jaume Roures, en el centro de la imagen. (EFE)

Sandro Rosell, presidente del Fútbol Club Barcelona entre 2010 y 2014, destinó más de 160.000 euros en espiar los correos electrónicos, personales y profesionales, de Jaume Roures, presidente de Mediapro, tal y como se desprende de las acusaciones vertidas ayer públicamente por el propio empresario audiovisual y que constan ya en la querella criminal presentada en su contra. El supuesto espionaje comenzó cuando Rosell todavía no era presidente del Club y se extendió, al menos, de 2009 a diciembre de 2011. Para ello, Rosell utilizó a uno de los empleados de confianza de Roures, el director técnico de Mediapro, para mantenerse al tanto de todos lo movimientos de uno de los hombres más importantes en el mundo de los derechos audiovisuales de nuestro país. Desde el entonrno del expresidente del Barça aseguran, sin embargo, que todo esto no es más que una vendetta de Roures por haber perdido los derechos audiovisuales del equipo recientemente.

“No hay ninguna explicación para justificar todo esto”, subraya Roures a este diario horas después de denunciar los hechos en rueda de prensa. La querella criminal, por un delito continuado de revelación de secreto empresarial, un delito continuado contra la intimidad de Roures y un delito continuado de hurto agravado, se extiende también al antiguo empleado de Mediapro Robert Cama, al director de las secciones deportivas del Club, Joan Carles Raventos, a las sociedades Bonus Sport Marketing y Socktel Servicios Informáticos y, por último, al propio club de fútbol.

La denuncia todavía no ha sido admitida a trámite pero Mediapro ha aportado pruebas contudentes que apoyan su versión. Entre otras, según explica Roures,la propia confesión firmada y por escrito del empleado pirata que, desde dentro, enviaba todos los correos de Roures a Raventos y Rosell. La dinámica era sencilla. Antes de llegar a la presidencia del Barça, Rosell contrató los servicios de Robert Coma, el director técnico de Mediapro, a través de la empersa Bonus Sport Marketing, que figura en el Registro Mercantil como propiedad de Rosell a través de Sport Investments Offshore Sal. En aquella época, Coma facturó aproximadamente 60.000 euros a través de la sociedad Socktel Servicios Informaticos, constituida en 2007 y cuya administradora única es Laura San José Pinadella.

Posteriormente, cuando Rosell accede a la presidencia del Club (año 2010), el contrato con Coma se hace a través del Barcelona, que corre con los gastos del espionaje por un importe no determinado pero que supera los 100.000 euros. En esta segunda etapa, Coma trabajó para el Barcelona a pesar de tener un contrato de exclusividad con la productora de Roures.

“Rosell le hace un contrato en el Barcelona para ahorrarse la pasta que le estaba pagando antes”, explica Roures. “Le cambia a un contrato con el Barça de más de 100.000 euros a través de una empresa fantasma y eso dura un año y medio o así, como mínimo, hasta que lo descubrimos. Nosotros nos enteremos de este otro contrato después y avisamos al Barça diciéndoles que este tío había espiado y se había llevado información. Pero cuando nosotros lo despedimos, acto seguido, el Barcelona lo incluyó en su plantilla, donde todavía sigue”. Según Roures, el propio Club debería querellarse también contra Rosell porque, en el espionaje a Roures, el expresidente obtuvo de primera mano información del club, de sus servicios jurídicos y de su equipo técnico. Es más, entre los correos filtrados a Rosell figuraban e-mails intercambiados entre Pep Guardiola y Roures.

“Sabemos que la empresa de Rosell le pagó más de 60.000 euros -que nosotros sepamos- y sabemos también que el Barça, mientras Coma trabajaba en Mediapro, le hizo un contrato de más de 100.000 euros. No sabemos la cifra exacta. Sí tenemos un papel suyo en el que Cama llega a pedir hasta 185.000 euros. Está en el Barça desde hace cuatro años y no sé lo que cobra ni me interesa tampoco”.

¿Y qué papel juega Joan Carles Raventos en este entramado?

En una declaración que tenemos firmada por Robert Cama frente a nuestros abogados externos, reconoció que Raventos fue el primero que le habló de tener acceso a nuestros correos. A partir de ahí es evidente que hay una serie de pagos durante una serie de años que le hace la empresa de Sandro, donde trabajaba también Raventos.

Raventos ocupa actualmente el puesto de director de las Secciones Deportivas del Barcelona, un cargo que desempeña desde julio del año 2010. Lo llamativo es que, anteriormente, Raventos también estuvo en nómina de Mediapro: fue director general de Media Sports Marketing (2002-2006) y, anteriormente, director de la oficina Intersport Management (de 2000 a 2002).

El entorno de Rosell habla de 'vendetta' de Roures

Según relata Roures, en una reunión cara a cara entre Roures y Rosell, el presidente del Barcelona reconoció los hechos pero no supo dar ninguna razón al por qué de su seguimiento al presidente de Mediapro. Rosell le llegó a proponer a Roures que arreglasen el problema “a la catalana”. “Reconoció que durante tres años recibió correos que borraba automáticamente. Dijo esto y yo me levanté y me fui. Y ya lo he arreglado a la catalana. En el momento oportuno, he denunciado los hechos”.

“No sé a qué se refería con eso de arreglarlo a la catalana. Supongo que algo así de hoy por ti y mañana por mí”. Roures ha tardado más de cuatro años en denunciar todo el caso porque el descubrimiento de las filtraciones se produjo cuando estaban inmersos en la guerra del fútbol con Prisa, cuya sentencia definitiva se conoció hace unos meses. Acabada ahora también la última venta centralizada de los derechos de la Liga, Mediapro ha decido desempolvar este caso para que toda la verdad sobre Rosell salga a la luz.

En el entorno del expresidente del Barcelona, sin embargo, la versión de por qué es bien distinta. Reconocen, eso sí, que Rosell leyó correos de Roures aunque aseguran qué él no ordeno el espionaje y, de hecho,unen la interposición de la querella a que el empresario haya perdido, recientemente, los derechos del Barcelona a favor de Telefónica.

Según esta versión, habría sido Rosell el primero en poner coto a los vínculos de Roures con el Club y la exclusiva que este tenía con TV3 al respecto, de donde provenía buena parte de lafacturación de Mediapro. Aunque la decisión de cambiar de proveedor de derechos se consuma con Josep Maria Bartomeu, el entorno de Rosell asegura que fue el expresidente quien inició ese proceso y, de ahí, se desencana ahora la respuesta en los tribunales,más de cuatro años después. Sea como fuere, los juzgados tendrán la última palabra de este rocambolesco 'Roures-leaks'.

Sandro Rosell, presidente del Fútbol Club Barcelona entre 2010 y 2014, destinó más de 160.000 euros en espiar los correos electrónicos, personales y profesionales, de Jaume Roures, presidente de Mediapro, tal y como se desprende de las acusaciones vertidas ayer públicamente por el propio empresario audiovisual y que constan ya en la querella criminal presentada en su contra. El supuesto espionaje comenzó cuando Rosell todavía no era presidente del Club y se extendió, al menos, de 2009 a diciembre de 2011. Para ello, Rosell utilizó a uno de los empleados de confianza de Roures, el director técnico de Mediapro, para mantenerse al tanto de todos lo movimientos de uno de los hombres más importantes en el mundo de los derechos audiovisuales de nuestro país. Desde el entonrno del expresidente del Barça aseguran, sin embargo, que todo esto no es más que una vendetta de Roures por haber perdido los derechos audiovisuales del equipo recientemente.

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