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Soraya, a trancas y barrancas, se marca un Iceta en 'El Hormiguero'
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ENTREVISTA CON PABLO MOTOS

Soraya, a trancas y barrancas, se marca un Iceta en 'El Hormiguero'

La vicepresidenta se desmelena en el programa de Antena 3 en la primera participación de un miembro del Gobierno en un programa de humor del 'prime time'

Foto: Soraya Sáenz de Santamaría, en 'El Hormiguero' (Carlos López).
Soraya Sáenz de Santamaría, en 'El Hormiguero' (Carlos López).

Pablo Motos debería haber arrancado el programa por el final. Con ese baile desmelenado de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en horario de máxima audiencia y contorneando las caderas al son de la música inicial de 'El Hormiguero'. Solo así habría conseguido sacar a la portavoz del Ejecutivo de su guión ministerial de cartón piedra para acercar al público su faceta más desconocida. Pero aunque tarde, y con el programa ya a punto de echar su carta de ajuste, Soraya consiguió su minuto de oro televisivo a dos meses de las elecciones mostrando que puede rivalizar con Miquel Iceta en cualquier mitin 'pepero' que venga. Con beso al calvo incluido, y con permiso de Xavier García Albiol...

La mujer que dirige las relaciones con los medios de comunicación de este Gobierno se sentó ayer en la mesa de 'El Hormiguero', en el cuatrocientos y pico de la calle Alcalá, en un escenario cómodo, de buen rollo y en el que, difícilmente, podría haberse sentido tensionada ni por el bueno de Pablo ni por los irreverentes Trancas y Barrancas, que tuvieron algunos de sus mejores puntos de la noche mofándose del pago de comisiones en “sobres” o preguntando por la boda gay de Maroto o si viajaría de copiloto con Esperanza Aguirre. ¿Qué tendrá la precampaña para que, cada cuatro años, los políticos acaben perdiendo el miedo al ridículo y se acuerden por una vez del 'prime time'? Y hasta hubo repetición del baile y más contorneo y más cadera pa fuera…

El Lexus negro de la vicepresidenta llegó hasta los estudios de Vértice 360 poco antes de las nueve de la noche. La custodiaba su jefa de gabinete, María Pico, que también sucumbió y acabó metiendo la cabeza debajo de la mesa para ver cómo trabajan Juan y Damián, los humoristas que son los álter ego de las hormigas. Soraya arrancó el programa excesivamente encorsetada y dando poco juego para las bromas de Motos y su equipo. No fue la mejor noche de ambos y hay que reconocer que a los políticos españoles todavía les quedan años de aprendizaje de 'House of cards' y de la política norteamericana para dominar un plató de televisión como lo hace Obama o como lo aborda Bertín Osborne. Pero un paso es un paso y es de agradecer que, aunque al final del mandato, y cuando las teles ya se han repartido la pedrea de los canales en liza sacados a concurso, los ministros y altos cargos del Gobierno se acerquen a divertirse a los programas de humor y dejen de ser, por una vez, el personaje que está detrás del cargo.

A ver si Mariano, de quien la 'vice' reveló que es un 'bailongo' y un amante de la música mala de los ochenta, se anima y se sube también al carro de esta ola. Por el plató de Motos ya han pasado también Pedro Sánchez y Albert Rivera, así que quién sabe.

'El Hormiguero' del martes no tuvo pruebas arriesgadas ni experimentos con Flipy. Así que, al margen del baile a lo Iceta, lo más llamativo del espacio fue el momento perro adorable que Dani Rovira le regaló a la vicepresidenta de la mano de 'Chico', la criatura que una mala dueña arrojó un día por la ventana de su casa porque ladraba mucho y a la que el equipo del programa trata ahora de encontrar un nuevo padrino. Ya se sabe que no hay nada más fácil en Facebook que subir imágenes de perritos y gatitos para ganar muchos 'likes'. Y aunque sea solo por eso, Soraya se llevó unos cuantos al abrazar tiernamente a 'Chico' antes de que Motos le metiese prisa para acabar con el baile. Un baile que la vicepresidenta traía ensayado de su casa y que, oficialmente, sirve para dar por inaugurada la campaña electoral 2015. A desmelenarse pues.

Pablo Motos debería haber arrancado el programa por el final. Con ese baile desmelenado de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en horario de máxima audiencia y contorneando las caderas al son de la música inicial de 'El Hormiguero'. Solo así habría conseguido sacar a la portavoz del Ejecutivo de su guión ministerial de cartón piedra para acercar al público su faceta más desconocida. Pero aunque tarde, y con el programa ya a punto de echar su carta de ajuste, Soraya consiguió su minuto de oro televisivo a dos meses de las elecciones mostrando que puede rivalizar con Miquel Iceta en cualquier mitin 'pepero' que venga. Con beso al calvo incluido, y con permiso de Xavier García Albiol...

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