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Polanco a Bono: “Prisa no te ha perdonado tus relaciones con Pedro J. Ramírez”
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RELACIONES DEL GOBIERNO DEL PSOE CON LA PRENSA

Polanco a Bono: “Prisa no te ha perdonado tus relaciones con Pedro J. Ramírez”

El segundo tomo de las memorias del exministro José Bono recogen un ramillete de anécdotas que reflejan cómo fueron las relaciones del Gobierno de Zapatero con el cuarto poder

Foto: El exministro de Defensa, José Bono, ha presentado el segundo tomo de sus memorias esta semana (EFE).
El exministro de Defensa, José Bono, ha presentado el segundo tomo de sus memorias esta semana (EFE).

El segundo tomo de las memorias del exministro José Bono no tiene desperdicio. Ni como guía política para entender los dos primeros años del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en los que el manchego ocupó el cargo de ministro de Defensa ni como reflejo de las relaciones entre el poder político y el cuarto poder que representan los medios de comunicación. Con escenas que, según el relato de Bono, que no omite detalles ni nombres, se pueden asemejar en ocasiones a una escena de Los Soprano o a una secuencia de House of cards. Por el relato de Bono pasan desde la famosa piscina de Pedro J. Ramírez en Mallorca hasta los ataques de Federico Jiménez Losantos al PSOE desde los micrófonos de la COPE, pero también las nada sibilinas presiones del ex factótum de Prisa, Jesús de Polanco, para que el Gobierno le diera la televisión en abierto que deseaba.

Esta última referencia es una de las más llamativas de las descritas por Bono en las páginas de Diario de un ministro porque rebelan a las claras el talante de quien fuera magnate del imperio editorial que más ha ayudado a los socialistas para alcanzar el poder y que, sin embargo, nunca se entendió con Rodríguez Zapatero. También, las acuerdos tan habituales entre grupos editoriales y gobiernos regionales para inflar las cifras de difusión de los diarios.

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Bono fecha el encuentro –una comida con Polanco- el 9 de septiembre de 2005. “Te pido que me apoyes para que Canal+ pueda emitir en abierto –dice-, que es lo menos que podéis hacer los socialistas con un grupo que os ha apoyado tanto como Prisa”. Le hago ver que, a mí, personalmente, me ha apoyado poco. “Tú eres consciente del afecto que te tengo –me contesta-, has sido invitado a mis cumpleaños como si fueras de la familia, pero tus relaciones con Pedro J. Ramírez, un verdadero canalla, al que has invitado a tu toma de posesión, es algo que en el Grupo no se te ha perdonado del todo”. Tenemos un momento de incomodidad cuando le respondo: “Mira Jesús, he ganado varias veces las elecciones sin apoyo de la prensa; concretamente, en Castilla-La Mancha, ha sido así en seis ocasiones. El Grupo Prisa me ha ayudado poco y, sin embargo, yo os he apoyado cada vez que me lo has pedido. Te pondré un solo ejemplo: me llamaste para que El País se difundiera más por Castilla-La Mancha y no me opuse, pese a las críticas que soporté al convenio que firmasteis con Minas de Almadén para que tu periódico llegase diariamente a todos los colegios de la región”. Se me ocurren más ejemplos pero prefiero no exhibírselos”.

“Te pido que me apoyes para que Canal+ pueda emitir en abierto, que es lo menos que podéis hacer los socialistas con un grupo que os ha apoyado tanto como Prisa”

La concurrida toma de posesión de Bono como ministro de los Ejércitos quedó grabada como una afrenta en la planta noble del Grupo Prisa. En un periodismo de trincheras y de bandos, los Cebrian y compañía no perdonan que Bono invite con todos los honores al director del diario El Mundo, periódico que destapó los principales casos de corrupción del felipismo a principios de los noventa. En diciembre de ese mismo año, Bono mantiene otro encuentro con Juan Luis Cebrián para quejarse del trato que recibe de parte de sus medios de comunicación. “En Prisa, estamos molestos por tus palabras de reconocimiento a Pedro J. en tu toma de posesión, pero tampoco hay que sacar las cosas de quicio”, le responde.

Zapatero a Cebrián: “Desistid de ser la Ejecutiva del PSOE”

La relación de la editora de El País con el Gobierno de Zapatero no mejoraría con los años, con la aparición de los “brujos visitadores de La Moncloa”, como calificaría Cebrián –en octubre de 2007- a los amigos del exsecretario de Estado de Comunicación Miguel Barroso. Los hombres que pusieron en marcha laSexta y el diario Público: Roures, Contreras, García Ferreras et alii.

El origen de esas malas relaciones entre Polanco y Cebrián y el “bambi” Zapatero siempre se han situado en una cena entre el entonces líder de la oposición y la cúpula de Prisa en la propia sede del Grupo en Gran Vía. Sobre este particular, Bono recoge la versión del expresidente socialista que éste le contó el 26 de marzo de 2005. “Felipe te arropa siempre –le comenta Bono–: recuerdo que fui testigo de la defensa que hizo de ti ante Polanco, porque tú habías atacado al Grupo Prisa”. El presidente dice: “Efectivamente, fue en una cena; me invitaron, eran veintitantos de Prisa dándome lecciones de lo que tenía que hacer. Yo estaba exultante por haber ganado el Congreso del partido y no estaba dispuesto a recibir lecciones. Les dije que lo que tenían que hacer era renovar Prisa como se había renovado el PSOE, y que debían desistir de la idea de ser la Ejecutiva del PSOE”.

El nuncio que aconseja al Gobierno que se queje de la COPE al Vaticano

En las primeras páginas de su segundo tomo de memorias, Bono deja constancia de que sus creencias religiosas “nunca han supuesto la más mínima subordinación política a la jerarquía católica española de aquellos años, cuyos obispos, mayoritariamente, militaban con el PP y en contra de nuestro Gobierno”. Años en los que la iglesia dirigida por Rouco Varela con mano de hierro utilizaba a Federico Jiménez Losantos como ariete contra La Moncloa provocando situaciones tan extraordinarias como que fuera el propio nuncio del Vaticano en España, Manuel Monteiro, el que aconsejase a Bono que el Gobierno se quejase de la emisora a la Santa Sede.

El 16 de abril de 2004, Bono mantiene otra comida en el cuartel general de la Armada con él. “Pide que hable al presidente y anímele a que llame al secretario de Estado, el cardenal Sodano, para manifestarle la situación vergonzosa de la COPE. Insistan al Vaticano para que tome alguna disposición, porque la opinión del Gobierno español será escuchada; yo ya he hecho saber la mía, que no coincide con la del cardenal de Madrid’”.

Un año después, el exministro también se cita con el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, el obispo de Bilbao Ricardo Blázquez, que acaba de ganar a Rouco Varela en las elecciones internas de la sede de los obispos. Desde el primer momento, Blázquez se confiesa: “No me gusta el programa matutino de la COPE, porque no se debería insultar a nadie”. En la misma reflexión, asegura que nunca pensó en que pudiera ser elegido hasta que en las votaciones, que casi ganabaa el cardenal Rouco, “mi nombre apareció, y me dije a mí mismo: ‘A ver si estos se vuelven locos y me eligen’. Yo voté a Cañizares”.

La piscina de Pedro J.

El director de El Mundo también es otro personaje recurrente de las memorias del exministro de Defensa que cuenta, entre otras anécdotas, que Miguel Barroso le filtró a él la salida de las tropas españolas de Iraq media hora antes de que la anunciase Zapatero porque ese día Rubalcaba estaba malo y, con ello, se evitó que la información llegase antes al diario El País.

El 5 de agosto de 2005, Bono acude a la casa de Pedro J. Ramírez en Mallorca, especialmente famosa por el asalto que los independentistas de ERC propiciaron ese mismo verano a su piscina particular. “Un grupo de nacionalistas animados por el editor Pedro Serra quieren darme la lata. Denuncian que la piscina está en dominio público y quieren manifestarse el próximo día 14 y llegar la piscina por el mar”, le explica el director de El Mundo. “Le noto muy enfadado y le sugiero que entre en contacto con Esquerra Republicana: ‘Estoy dispuesto a hacer muchas cosas por mi piscina –responde-, pero jamás a pedir un favor a ERC”.

El segundo tomo de las memorias del exministro José Bono no tiene desperdicio. Ni como guía política para entender los dos primeros años del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en los que el manchego ocupó el cargo de ministro de Defensa ni como reflejo de las relaciones entre el poder político y el cuarto poder que representan los medios de comunicación. Con escenas que, según el relato de Bono, que no omite detalles ni nombres, se pueden asemejar en ocasiones a una escena de Los Soprano o a una secuencia de House of cards. Por el relato de Bono pasan desde la famosa piscina de Pedro J. Ramírez en Mallorca hasta los ataques de Federico Jiménez Losantos al PSOE desde los micrófonos de la COPE, pero también las nada sibilinas presiones del ex factótum de Prisa, Jesús de Polanco, para que el Gobierno le diera la televisión en abierto que deseaba.

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