'El Mundo' aguanta el tipo y las ventas un año después del adiós de Pedro J. Ramírez

El Mundo cumple un año con Pedro J. Ramírez fuera de la pecera. Por el camino, el diario de Unedisa ha perdido casi 10.000 lectores en los quioscos, un 10% de su venta al número,que es el verdadero termómetro de la salud de un periódico. No son datos para celebrar pero, paradójicamente, evidencian también que el comportamiento del diario ha seguido la misma pauta que el sector, con caídas similares a las sufridas por El País o ABC, sus directos competidores, sin acusar un impacto especial tras la salida de quien fuera su fundador y principal artífice del estilo del periódico a lo largo de sus primeros 25 años de vida.Eso sí, la salida de Pedro J. coincide con el regreso dela inversión publicitaria, también en plena recuperación económica.

Y es que aunque aúnno existen datos definitivos y, a la espera de que Unedisa presente sus cuentas anuales, la compañía prevé cerrar el 2014 con un resultado bruto operativo (ebitda)de dos cifras.Consideraciones económicas al margen, El Mundo ha mantenido el tipo en un año convulso marcado por las caídas generalizadas en toda la prensa de papel, un sector inmerso en una profunda reconversión industrial a lo largo de los últimos años de crisis, y que en su caso se compensa con las altas de nuevos suscriptoresa Orbyt.El Mundo asegura que, a cierre de 2014, tenía 120.000 suscripciones digitales facturadas en esta plataforma.

El 30 de enero del año pasado, Casimiro García Abadillo recogió el testigo de Pedro J. con un periódico que vendía entonces 111.166 ejemplares en los kioscos. A día de hoy, según los últimos datos de OJD pendientes de certificación, las ventas continúan su caída lineal y se situaron en diciembre –último dato conocido– en los 100.921 ejemplares. Un 10% de retroceso equiparable al 11% que se ha dejado también El País o el 8,2% que ha caído ABC, la cabecera que frena mejor la sangría.

Después de 20 años de trabajo codo a codo, Pedro J. y Casimiro son hoy rivales que pueden presumir, cada uno por separado, de sus respectivas trayectorias desde su sonado divorcio. Pedro J., inmerso en el lanzamiento de El Español, ha logrado recaudar en menos de un mes casi 800.000 euros de accionistas minoritarios dispuestos a financiar su nueva aventura digital con participaciones de entre 100 y 10.000 euros. Abadillo, por su parte, anota en su hoja de resultados la mejora publicitaria experimentada por el periódico bajo su mandato. De hecho, por primera vez desde el inicio de la crisis, en 2008, Unidad Editorial se plantea para este año que sus beneficios estén por encima de los costes financieros derivados de su deuda contraída con sus dueñositalianos de RCS MediaGroup.

Esta deuda estaba en el entorno de los 1.000 millones de euros cuando Unedisa compró el Grupo Recoletos, en 2008, y que se ha ido reduciendo hasta, aproximadamente, los 250 millones actuales.Pedro J. siempre ha ligado su salida de El Mundo al tratamiento dispensado por el periódico a los papeles de Bárcenas y, en especial, a la entrevista que le concedió el extesorero del PP pocos días antes de ingresar en la prisión de Soto del Real.

Historia de un divorcio sonado

El 30 de enero del 2014, el periódico comunicó su relevo y su sustitución por Abadillo. RCSy el periodista riojano acordaron una indemnización superior a los13 millones de euros brutosy un pacto de no competencia que impedía a Pedro J. fundar otro medio de comunicación en un periodo de dos años. Durante ese tiempo, seguiría ligado a Unidad Editorial como director de la revista La aventura de la historia y con una columna semanal, los domingos, en El Mundo. Si alguna de las dos partes incumplía algunos de los puntos del acuerdo, podría reclamar hasta 100.000 euros por incumplimiento a la otra.

Los difíciles equilibrios saltarían definitivamente por los aíres tras la fiesta del 25 aniversario del periódico en la que el exdirector quedó relegadoy ni siquiera se le llamó para posar en las fotos con las principales autoridades. Autoridades que eran, precisamente, los mismos miembros del establishment a los que Pedro J. culpaba de su descabalgamiento.

Dos días después, Ramírez explotaba en Twitter tras leer en un editorial que su salida del diario había sido “una cesión del testigo” que nació “fruto de un acuerdo empresarial”, cuando en realidad se trató de una destitución evidente. Su marcha fue seguida de varios artículos cruzados entre él y su sustituto que llevaron, definitivamente, a la ruptura de todos los acuerdos previos y a que, finalmente, Pedro J. quedara liberado de ese pacto de no concurrencia que le ataba de pies y manos hasta después de las elecciones generales del 2015.

En este año, Casimiro ha acometido profundas reformas en la redacción, de la que han salido dos de los periodistas más identificados con la era de Pedro J.: Ana Romero, excorresponsal de Casa Real, y Eduardo Inda,que sopesa la posibilidad de embarcarse próximamente en El Español.