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RTVE alquila unidades móviles a Roures en plena crisis por la marcha de Echenique
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RTVE alquila unidades móviles a Roures en plena crisis por la marcha de Echenique

La televisión pública adjudica una licitación de más de 400.000 euros con el fin de contratar unidades móviles para directos. La empresa agraciada ha sido Overon

Foto: Roberto Leal y Sandra Daviú en 'España Directo'.
Roberto Leal y Sandra Daviú en 'España Directo'.

Leopoldo González-Echenique dimitía el jueves como presidente de RTVE. Apenas días antes, la casa resolvía uno de los últimos concursos bajo su mandato, demostrando cómo la inercia y las necesidades del día a día en la Corporación chocan con los grandes discursos políticos de austeridad y control del gasto. Y es que la televisión pública adjudicaba a mediados de septiembre una licitación de más de 400.000 euros con el fin de contratar unidades móviles para directos, las denominadas terrenas. La empresa agraciada ha sido Overon, la compañía de servicios audiovisuales controlada por la Mediapro de Jaume Roures y Tatxo Benet.

¿Pero es que la televisión pública no dispone de sus propios vehículos? “Por supuesto que sí, hay siete terrenas en la casa -explican fuentes internas de la compañía-. El problema es que los servicios de informativos las acaparan por si las necesitan para algo urgente. A veces se quedan paradas, pero… La única solución es contratar”. En concreto, las unidades móviles “con medios de directo y segmento espacial” se utilizarán en el magazine de tarde España Directo, formato que en su primera vida ya fue producido íntegramente por la propia Mediapro.

La factura no es baladí. El acuerdo, que afecta a octubre y noviembre, supondrá desembolsar 368.856,48 euros, si bien se contemplan eventuales modificaciones por otros 36.885,64, lo que eleva la dotación total por encima de los citados 400.000 euros. Las terrenas y su subcontratación han sido históricamente un motivo de discusión entre la Dirección y los sindicatos, especialmente en la época de Alberto Oliart en la presidencia. Mientras que los trabajadores han entendido mal que se externalicen estos servicios cuando hay vehículos propios aparcados en la sede de RTVE, los gestores lo han defendido como la única forma de reaccionar a la actualidad con cierta agilidad.

En todo caso, el tiro puede elevarse. No en vano el contrato adjudicado es peccata minuta, un mero aperitivo, en comparación con el premio gordo que viene. No en vano la cadena pública ya lanzó a finales de julio una licitación por importe de 27,34 millones de euros para contratar un “servicio de transmisión de señales de televisión y vía satélite mediante estaciones terrenas transportables, así como la contratación de segmento espacial para la utilización de las terrenas de la Corporación RTVE”. La iniciativa, que abarca los próximos tres años y se presenta dividida en tres lotes, también está previsto que se resuelva este mes.

Definir el servicio público

La necesidad de pagar casi 30 millones para contratar este tipo de servicios y la dimisión del presidente por el agujero de 130 millones que el Gobierno se negó a cubrir quizás inviten a una reflexión más profunda sobre qué televisión se quiere tener y con qué tamaño. Todo previa definición del servicio público que debe proporcionar. El último consejo del presidente aprobó la compra de nuevos capítulos de Aguila Roja. No se trata de espacios precisamente baratos, pero sí son imprescindibles si se persigue audiencia. No parece casualidad que los últimos tres presidentes de la Corporación hayan dimitido sin acabar sus mandatos.

Desde luego, muchos consideran que, con la actual estructura de la casa, los recortes que pueden llevarse a cabo son limitados. “El 30 de septiembre se presentan los Presupuestos Generales del Estado y, para entonces, todo se tendrá algo más claro en tanto sabremos cuál es la partida con la que contará RTVE para el año próximo -explican fuentes sindicales-. Eso sí, a base de recortes y licitaciones a precios de derribo, lo que están consiguiendo es que nadie quiera entrar en la casa. El mejor ejemplo es el del concurso de los comedores. Nadie quiere coger la contrata que deja Arturo Cantoblanco. ¿Conclusión? Está difícil encontrar hasta leche para el desayuno”.

El ya expresidente explicaba esta semana en el Congreso que ha reducido el gasto corriente un 25% en 24 meses y que, como es lógico, cada vez había menos margen para la rebaja. Era el sindicato CCOO el que proporcionaba la clave tras la dimisión de Echenique, al apuntar que se ha tocado hueso en las rúbricas periféricas y que únicamente hay margen en el corazón de la televisión. “Los números no engañan. Ya solo existen dos partidas en las que se puede reducir más: compra de programas y masa salarial”. Si eso es cierto, la dimensión del problema excede al gestor de turno, que aguantará lo que resista su cuajo o sus aspiraciones políticas. La solución arranca en Moncloa.

Leopoldo González-Echenique dimitía el jueves como presidente de RTVE. Apenas días antes, la casa resolvía uno de los últimos concursos bajo su mandato, demostrando cómo la inercia y las necesidades del día a día en la Corporación chocan con los grandes discursos políticos de austeridad y control del gasto. Y es que la televisión pública adjudicaba a mediados de septiembre una licitación de más de 400.000 euros con el fin de contratar unidades móviles para directos, las denominadas terrenas. La empresa agraciada ha sido Overon, la compañía de servicios audiovisuales controlada por la Mediapro de Jaume Roures y Tatxo Benet.

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