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Echenique apura sus días al frente de RTVE en plena ruina económica de la Corporación
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lanza a sÁENZ DE SANTAMARÍA un último s.o.s.

Echenique apura sus días al frente de RTVE en plena ruina económica de la Corporación

El futuro del presidente de RTVE, Leopoldo González Echenique, pende de un hilo. Su posición en el consejo del jueves se presenta como insostenible.

Foto: El presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, ayer durante la comparecencia (EFE)
El presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, ayer durante la comparecencia (EFE)

Llegó al Congreso flanqueado por el diputado popular Ramón Moreno y por su consejero, JoséManuel Peñalosa. Una triste escenificación de los apoyos con que cuenta el presidente de RTVE, Leopoldo González Echenique, cuyo futuro al frente de la casa pende de un hilo. Al punto que su posición en el consejo de administración del jueves será insostenible si la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no desbloquea in extremis los 130 millones que el abogado del Estado necesita para salvar las cuentas de 2013 y que la Corporación escape de la ruina. Un viraje que, a día de ayer, no estaba previsto en la hoja de ruta del Ejecutivo.

Echenique lo sabe, al punto que utilizó su comparecencia para lanzar un último S.O.S a la número dos de Mariano Rajoy. “Hay un déficit estructural de 100 millones que habría que corregir”, apuntó, subrayando para buen entendedor que “el Gobierno es quien tiene iniciativa para proponer” y él es un mero ejecutor. Hasta en dos ocasiones insistió en esta idea, pasando la pelota al Ejecutivo. Lo hizo con una cierta e inopinada nonchalance, propia de quien se sabe en el alambre. De hecho, tal vez por esa razón, cuajó una de sus intervenciones más relajadas y convincentes el foro. “Cuando saben, se van”, dice habitualmente con sornaun histórico de la casa. Requerido, eso sí, se negó a hablar con este periódico sobre el trance por el que pasa.

La última palabra, en todo caso, la tiene Sáenz de Santamaría, ya que la batalla con Hacienda está perdida. Incapaz de presentar un plan de ajustes que convenza a Cristóbal Montoro, el Ministerio no le considera ya un interlocutor creíble y sólo liberara los fondos si llega una orden que deba acatar. No le falta razón al ministro, a tenor de las generalidades y titubeos que enseñó ayer Echenique al referirse a los recortesque hacen falta en la Corporación. Sólo le salvaría que la vicepresidenta, que en su momento dio a Montoro mando en plaza sobre la cuestión, cambiara de idea por razones políticas de fuerza mayor y decidiera que no es el momento idóneo para cambiar en RTVE, con los procesos electorales a la vista.

Moría el domingo por la noche y Echenique dibujaba un escenario diabólico para todos. Sin tener sobre la mesa los 130 millones comprometidos antes del verano por Hacienda para cuadrar los balances del año pasado, llamaba a los consejeros para desconvocar el consejo de administración previsto para el lunes y retrasarlo al jueves. Los miembros del cónclave comenzaban a deslizar la posibilidad de una dimisión. “Se dio tres días más para ver si se desbloqueaba la situación, pero sin ese dinero su posición ante el consejo del jueves será imposible”, explicaban ayer fuentes conocedoras del episodio. Con una media sonrisa, el propio Echenique recordó ayer en el Congreso que las cuestiones presupuestarias, muchas veces, “se deciden en el último minuto”.

Lo peor es que esos 130 millones de euros apenas alcanzan para cubrir el agujero de 2013. El problema es estructural y, si no se modifica el sistema de financiación, se incrementa la dotación presupuestaria o se acomete un ajuste de verdad –con rebajas sustanciales de la masa salarial–, el saldo negativo se repetirá en este 2014 y en el futuro. De hecho, fuentes internas de la casa aseguran que en el presente ejercicio se afronta otro agujero notable, cuando la sociedad ya bordeaba la causa de disolución a finales del año pasado. Echenique defendió que, en sus 24 meses al frente de la empresa, el gasto se ha reducido un 25%. Una forma de decir que apretarse el cinturón tiene un límite y que, al final, RTVE afronta un problema de ingresos. Para quien quisiera escucharle.

El ‘efecto Lolés León’

Como telón de fondo, una paradoja. El presidente de la Corporación recibió ayer un aluvión de críticas por parte de los grupos parlamentarioscatalanes y de la oposiciónpor la supuesta manipulación de los servicios informativos de RTVE, sobre todo en el tratamiento de la Diada. Todo cuando Echenique está también en entredicho por esta cuestión en el propio PP, al punto que miembros del Gobierno y cuadros del partido cuestionan sotto voce que deban liberarse más dineros para quien tan poca sensibilidad demuestra hacia a la causa 'popular'. Más de uno ha recordado en estas últimas horas el episodio en que Loles León, flamante tertuliana del programa Amigas y conocidas, alentaba que los catalanes salieran a la calle para conmemorar el Día de Cataluña. En román paladino, la gota que colmó el vaso.

“Los telediarios de RTVE son plurales, abiertos y recogen todas las voces. La diversidad catalana ha estado reflejada en todos los medios de que dispone la Corporación”, explicaba Echenique, que rechazó de plano cualquier crítica de manipulación. Inmersos en esas cuitas y más allá de ideologías, la televisión pública no se conectó ayer a tiempo a la rueda de prensa en la que Alberto Ruiz-Gallardón anunció su dimisión como ministro de Justicia. Sería deseable que, con la Dirección y sus huestes aparentemente perdidas entre guarismos y grandes reflexiones, alguna mente lúcida recuerde lo sustancial. Falló el 4G, dicen. Hay casi 6.400 trabajadores en la casa.

Llegó al Congreso flanqueado por el diputado popular Ramón Moreno y por su consejero, JoséManuel Peñalosa. Una triste escenificación de los apoyos con que cuenta el presidente de RTVE, Leopoldo González Echenique, cuyo futuro al frente de la casa pende de un hilo. Al punto que su posición en el consejo de administración del jueves será insostenible si la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, no desbloquea in extremis los 130 millones que el abogado del Estado necesita para salvar las cuentas de 2013 y que la Corporación escape de la ruina. Un viraje que, a día de ayer, no estaba previsto en la hoja de ruta del Ejecutivo.

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