Prisa designa nuevos 'capos' en la SER y 'El País' tras la salida de Abril-Martorell

El Grupo Prisa mueve ficha tras la salida de su consejero delegado y artífice de la última refinanciación, Fernando Abril-Martorell. Y es que su marcha en el mes de julio y el ascenso de José Luis Sainz al puesto de primer ejecutivo tras Juan Luis Cebrián dejaba huérfanos los cargos que este ocupaba al frente de la Cadena SER y El País. Según aseguran fuentes internas de la casa, la compañía cubrirá esas vacantes en los próximos días, al punto que los candidatos podrían estar ya designados para su aprobación en el próximo consejo de administración.

En concreto, Andrés Cardó, actual director general internacional de Prisa Radio, se perfila como consejero delegado de la división radiofónica del grupo, tras casi 25 años en la empresa y de desempeñar diferentes cargos, sobre todo en el ámbito internacional. En lo que respecta a Prisa Noticias, el elegido podría ser Manuel Mirat, actual director general de Canal+, plataforma de pago que en los próximos meses pasará a control de Telefónica si las autoridades de Competencia no lo impiden. El ejecutivo ha pasado también por diferentes áreas del grupo, incluidas la fiscal y Prisacom.

Según añaden estas fuentes, los cambios también podrían alcanzar a los comités editoriales de la casa, donde forman históricos de la compañía como los exdirectores de El País Jesús Ceberio o Joaquín Estefanía, así como nombres ilustres como Soledad Gallego-Díaz. El objetivo sería incorporar a los nuevos colaboradores de Antonio Caño, flamante director de El País, como David Alandete o Eva Saiz. El comunicado en el que la compañía comunicaba la salida de Abril-Martorell dejaba claro que el financiero continuaría ligado al grupo de medios no sólo como consejero, sino también como miembro del Comité Editorial.

Los ejecutivos de la casa tienen un arduo camino por delante para levantar las cuentas del grupo, pero también importantes estímulos. No en vano, entre los acuerdos aprobados en última junta se contempla una retribución variable a largo plazo, una suerte de incentivo que se prolongará entre los años 2014 y 2016 e incorporará a 120 profesionales entre directivos y consejeros con un coste estimado de 23 millones de euros en caso de cumplirse todos los objetivos. El colectivo escogido recibirá “un determinado número de acciones ordinarias Clase A de la Sociedad y una determinada cantidad en metálico, en función de su nivel de responsabilidad y de la contribución a los resultados del Grupo”, rezaba la información remitida al supervisor.

El necesario cambio de guardia en el ámbito directivo se acompasa a la revolución en el accionariado vivida por la firma en el verano. Y es tras las diferentes conversiones de bonos y los canjes de deuda por capital, la familia Polanco, heredera del fundador, apenas alcanza un 12% de la compañía, cuando en los años previos a la crisis económica –y a la opa por el 100% de Sogecable– llegó a atesorar más del 70%. Las nuevas caras que asoman como accionistas significativos no son del todo desconocidas. Por el lado patrio, Santander, CaixaBank o Telefónica han tomado los mandos del principal grupo de medios del país.

Además, las florecientes relaciones de Prisa con México también empiezan a plasmarse en el capital. Roberto Alcántara Rojas, empresario mexicano que en febrero entraba en el cónclave de la editora de El País, dio un paso al frente en julio y suscribió una ampliación de capital por importe de 100 millones de euros, una inversión que le convierte en accionista de referencia de la compañía, con un porcentaje en torno al 9%. Todo con una licitación en marcha de dos nuevas cadenas de televisión en abierto en el país americano. No es de extrañar que el propio Cebrián insista en que Prisa no es un grupo español, sino iberoamericano.