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Prisa acepta la oferta de Telefónica por Canal+ y deja de ser un grupo multimedia
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tras una reunión de urgencia del consejo

Prisa acepta la oferta de Telefónica por Canal+ y deja de ser un grupo multimedia

La venta de Canal+ afronta su recta final después de que Telefónica comunicara una oferta vinculante de 725 millones para tomar el 56% de la plataforma

Foto: Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo Prisa. (EFE)
Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo Prisa. (EFE)

La suerte está echada. El Consejo de Administración de Prisa ha aceptado la oferta de Telefónica para adquirir el 56% de Canal+ por 725 millones de euros, una decisión que termina de un plumazo con la condición multimedia del grupo de medios, en pleno desguace. La editora de El País aseguraba esta mañana tener otras ofertas por la plataforma de pago, sin precisar si eran superiores a la anunciada por la teleco. Una maniobra de distracción, en tanto la sociedad tenía desde hace meses un pretendiente claro. El retraso sólo se explica por las discrepancias de precio.

De hecho, el comodín con el que ha jugado Telefónica durante todos estos meses de negociaciones es el derecho de tanteo que poseía en su condición de accionista de Canal+, sociedad en la que ya atesoraba un 22%, una ventaja que le ha permitido jugar con los tiempos a voluntad. "Ahora se dinamiza todo. Prisa tendrá que estudiar en Consejo la oferta de Telefónica y si tiene cuatro mejores, enseñarlas", explicaban ayer tras conocer la oferta vinculante fuentes conocedoras del proceso, escépticas ante la posibilidad de que hubiera muchos interesados y dando por hecho que la firma de los Polanco no tenía muchas salidas.

En este sentido, los 725 millones que Telefónica ha puesto sobre la mesa por el 56% de la firma que aún posee Prisa implican una valoración de la empresa en torno a 1.300 millones. Aunque el precio se antoja elevado en tanto supone 26 veces el ebitda de casi 50 millones que prevé el consenso de analistas para 2014, es lógico pensar que ese ratio debe mejorar si el nuevo propietario racionaliza el modelo de comercialización del fútbol. Sin contar con que Telefónica, inmersa en unproceso de compra de derechos premium para su televisión por internet, armará ofertas convergentes de calado para aumentar la base de clientes.

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Desde el punto de vista de Prisa, la propuesta tenía otras aristas. Desde luego, los 725 millones están lejos de sus pretensiones iniciales, cercanas a los 1.000 millones. También se alejan de las primeras cifras que esbozó Telefónica, que ha aprovechado las necesidades de su socio. "Prisa está como está", admitían fuentes próximas a la teleco. Aunque la última refinanciación concede a la editora de El País tres años para desinvertir y cumplir con la banca, también le obliga a cumplir unos hitos. El primero, reducir la deuda en 900 millones en 2015. El segundo, rebajar otros 600 en 2016. Prisa ya ha empezado a vender su participación en Mediaset. Con el agua al cuello, la cuerda puede tensarse sólo hasta cierto punto.

Mediaset, Competencia... los flecos pendientes

De hecho, la transacción no se cerrará de forma rápida. Telefónica ya advertía ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que la propuesta "está sujeta a la obtención de las pertinentes autorizaciones regulatorias". Y no era una aviso baladí. Según exponía ayer un analista del sector, la adquisición afronta numerosos obstáculos desde el punto de vista de las autoridades de Competencia. "Será un expediente largo y tedioso, que no se resolverá antes de final de año como muy pronto", remataba, dejando claro que mejor empezar cuanto antes.

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Tampoco está clara la posición que adoptará Mediaset, que podría ser clave a la hora de buscar compromisos para evitar el bloqueo de Competencia y sacar adelante la operación. El grupo italiano, que también está presente en el accionariado de Canal+ con otro 22%, ha mantenido hasta ahora una actitud de wait and see. Su reacción puede ir desde la venta de su participación hasta la colaboración con Telefónica para atenuar las restricciones anti-trust. Desde luego, Paolo Vasile siempre ha dejado claro que la televisión de pago tiene en España una penetración muy baja en relación a Europa y que, en consecuencia, existe mucho margen de mejora.

El último fleco que falta por afrontar es, sin duda, el fútbol. Aunque parece lógico que Telefónica introduzca todas las salvaguardas posibles respecto al contrato firmado por Prisa con Mediapro que concluye la temporada próxima, es evidente que el impacto del nuevo modelo de explotación ha terminado por devaluar Canal+. Desde luego, Prisa parecía incapaz de repetir una oferta como la que la ha llevado en parte a reconocer un agujero de cientos de millones por el deterioro del activo. La llegada de Telefónica también marcará un antes y un después en ese negocio. De hecho, el sector audiovisual afronta la llegada de un operador con un músculo financiero inusitado. Corren nuevos tiempos.

La suerte está echada. El Consejo de Administración de Prisa ha aceptado la oferta de Telefónica para adquirir el 56% de Canal+ por 725 millones de euros, una decisión que termina de un plumazo con la condición multimedia del grupo de medios, en pleno desguace. La editora de El País aseguraba esta mañana tener otras ofertas por la plataforma de pago, sin precisar si eran superiores a la anunciada por la teleco. Una maniobra de distracción, en tanto la sociedad tenía desde hace meses un pretendiente claro. El retraso sólo se explica por las discrepancias de precio.

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