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La agencia EFE duplica sus pérdidas y se resigna a los 'números rojos' hasta 2016
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PRIMER AÑO DE VERA al frente de la casa

La agencia EFE duplica sus pérdidas y se resigna a los 'números rojos' hasta 2016

José Antonio Vera era nombrado presidente de la Agencia Efe en marzo de 2012. Y no tuvo el terreno abonado precisamente, en plena crisis del sector

Foto: El presidente de la Agencia EFE, José Antonio Vera. (EFE)
El presidente de la Agencia EFE, José Antonio Vera. (EFE)

El periodista José Antonio Vera era nombrado presidente de la agencia EFE en marzo de 2012. Y no encontró precisamente el terreno abonado, en plena crisis del sector, con menos dinero del Estado para la sociedad y con un expediente de regulación de empleo (ERE) en marcha. En ese contexto, su primer año al frente de la empresa se ha cerrado con unas pérdidas de 10,8 millones de euros, cifra que duplica el agujero de 4,8 millones registrado en el ejercicio precedente. Más inquietante y según se expone en las cuentas remitidas recientemente al Registro Mercantil, la compañía no prevé superar las estrecheces y enderezar el rumbo hasta 2016.

En efecto y de acuerdo con las citadas cuentas, EFE vio reducida su cifra de negocio en casi diez millones de euros por las menores aportaciones de dinero público y la caída de abonados. Al tiempo, incrementó en casi cinco sus provisiones por gastos de personal, debido a los acuerdos alcanzados con su plantilla para reducir la masa salarial. Esos dos conceptos explican casi todo el desfase. De hecho, la firma zanja en su informe de gestión que tanto el resultado de explotación como el neto “están profundamente afectados por las indemnizaciones y las provisiones derivadas del ERE”.

los números rojos están para quedarse. El presidente cifró el agujero estimado para este año en 6,3 millones y el informe de gestión revela que habrá que esperar dos años más para que la agencia tiña su evolución de negro

Un argumento al que ya se agarró Vera en su última comparecencia parlamentaria. De hecho, insistió en que podía haber sido mucho peor. “Cuando yo llegué, teníamos un plan operativo anual previsto de pérdidas de 22,2 millones por el impacto del ERE, que en ese momento se refería a que teníamos que prescindir de 275 personas”, subrayó, insistiendo en que, sin ese efecto, las pérdidas habrían sido similares a las de 2011. Una forma de poner en valor cómo se ha llevado a cabo el recorte, al trocarse los despidos por bajas voluntarias y reducciones de jornada y salario pactados. Del importe reservado, 3,31 millones se van en provisiones por compromisos a largo plazo con los empleados prejubilados.

Dicho esto, los números rojos están para quedarse. El presidente cifró el agujero estimado para este año en 6,3 millones y el informe de gestión revela que habrá que esperar dos años más para que la agencia tiña su evolución de negro. “Conforme a las previsiones para los próximos cinco ejercicios, la sociedad prevé reducir de forma paulatina y sostenida sus resultados negativos y retornar a los resultados de explotación positivos en 2016”, subraya el documento. Una previsión que, en todo caso, debe tomarse con distancia en tanto choca con una elevada dosis de incertidumbre que la propia sociedad no vacila en reconocer.

No es posible determinar cuándo los efectos de la crisis general van a dejar de impactar sobre los ingresos de la sociedad. Más difícil aún es prever cómo y cuándo acabará el proceso de cambio de modelo de negocio que vive el sector de la comunicación”, confiesa el informe. Sin contar con la menor aportación del Estado, que pasó de 40,95 millones en 2011 a 36,56 en 2012. Y suma y sigue. “Todo hace pensar que nos quedan algunos años de recorte presupuestario y en 2013, además de los previsibles efectos de recorte en clientes institucionales, el Contrato de Servicios con el estado ha sufrido una caída directa y otra indirecta por los efectos de la subida del tipo general del IVA en 2012 “, apuntalael informe.

Más de 60 millones por la sede

La agencia comienza a cuantificar el impacto global de su mudanza desde su tradicional enclave de la calle Espronceda a un edificio propiedad de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) en la Avenida de Burgos. Según las cuotas de arrendamiento mínimas contempladas por la sociedad para el futuro, estas supondrán un desembolso de 63,92 millones de euros en las próximas dos décadas. “El incremento del valor (…) en los tramos de uno a cinco años y más de cinco años se debe principalmente al nuevo contrato de arrendamiento de la nueva sede –expone–. Dicho contrato tiene una duración de 20 años, que empezará a devengarse el 6 de junio de 2013”.

EFE explica que, a cierre del ejercicio, dispone de líneas de crédito por un importe de 30,75 millones, de los cuales 20 son a largo plazo

El propio exdirector de La Razón se refería en el Congreso al triángulo Espronceda- Avenida de Burgos-Vallecas, la primera opción contemplada para el traslado. Y reconocía que la mejor opción, quedarse en el edificio en que ya se operaba, en el madrileño barrio de Chamberí, no era ya posible. ”El de Vallecas costaba tres millones de euros al año y este nos va a costar 2,5 millones. El de Espronceda nos estaba costando exactamente lo mismo porque nosotros teníamos que pagar 2,1 millones directamente y la SEPI 500.000 más, con lo cual era 2,6 millones. (…) Hubiera sido una buena inversión quedarse en Espronceda, el problema es que no podía ser”, subrayaba,

Las cuentas se benefician de créditos fiscales por importe de 4,19 millones de euros, que alivian un resultado de explotación negativo de 14,36 millones. También se han disparado las cuentas a cobrar en plena crisis, desde los 11,98 hasta los 15,42 millones. EFE explica que, a cierre del ejercicio, dispone de líneas de crédito por un importe de 30,75 millones, de los cuales 20 son a largo plazo. Además, cuenta con dos líneas de factoring con límites máximos de 5 y 12,1 millones de euros vinculadas al Contrato de Servicios con el Estado. Suficiente para garantizar su financiación pese a que “la situación financiera y patrimonial de la sociedad se ha ido deteriorando en los últimos años (…) y, por ende, la capacidad de generación de fondos”. Le queda todo un tour de force por delante.

El periodista José Antonio Vera era nombrado presidente de la agencia EFE en marzo de 2012. Y no encontró precisamente el terreno abonado, en plena crisis del sector, con menos dinero del Estado para la sociedad y con un expediente de regulación de empleo (ERE) en marcha. En ese contexto, su primer año al frente de la empresa se ha cerrado con unas pérdidas de 10,8 millones de euros, cifra que duplica el agujero de 4,8 millones registrado en el ejercicio precedente. Más inquietante y según se expone en las cuentas remitidas recientemente al Registro Mercantil, la compañía no prevé superar las estrecheces y enderezar el rumbo hasta 2016.

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