Es noticia
Fallece en Madrid el escritor y periodista valenciano Antonio Bernabéu
  1. Comunicación
DEFENSOR DE LA CULTURA COMO COMPENDIO DEL SABER VIVIR

Fallece en Madrid el escritor y periodista valenciano Antonio Bernabéu

Presumir no es fácil. Solo lo hacen los tristes. Pero todavia hay una cosa peor. Ocultar la realidad. Y a Antonio Bernabeu, que acaba de morir, lo que mas le aterraba era esconder lo obvio y decir sandeces

Presumir no es fácil. Sólo lo hacen los tristes. Pero todavia hay una cosa peor. Ocultar la realidad. Y a Antonio Bernabéu, que acaba de morir, lo que más le aterraba era esconder lo obvio y decir sandeces, aunque estuvieran salpimentadas con almíbar. Y por eso, siempre presumía de que un día el gran Harold Bloom dijo de él a su mujer que ni en New Haven (donde impartíaclases en Yale) ni en Nueva York habíanadie como Bernabéu.

Por supuesto que era una exageración, pero a él le gustaba recordar la frase para reivindicar la importanciade la cultura y de los cánones de la civilización occidental, sobre los que tanto ha escrito Bloom. La cultura entendida, en todo caso, no sólo como un ejercicio intelectual, sino como compendio del saber vivir: leer, comer, beber, holgar y pocas cosas más. Ese era Bernabéu.

Bernabéu, que muy joven se metió en el PCE, y de allí salió ya talludito, aunque es cierto que nunca tuvo mucho que ver con inútiles adoctrinamientos ni monsergas manidas

Y es que hubo un tiempo en que los periodistas querían ser escritores o literatos. No tenían ningun interés ni por el fútbol, ni por el dinero, ni por la evolución de la prima de riesgo o del mercado de futuros de Chicago, y eso les daba una pátina de hombres cultos que el tiempo sólo mejoraba. Bernabéu, que trabajóalgunos años en Triunfo fue uno de ellos.

A la mayoría, es cierto, la revista Triunfo no les dirámucho. O incluso nada. Pero hubo una época, aunque ahora cueste creerlo,en que llevar debajo del brazo la legendaria publicación, siempre peleada con la censura, era algo más que querer saber lo que realmente sucedía en el país.

Es verdad que aquello era un nido de rojos trufado con algunos viejos falangistas, pero un cóctel tan explosivo y tan poco mojigato sólo podía dar buenos resultados. Como de hecho le ocurrióa Bernabéu, que muy joven se metióen el PCE, y de allísalióya talludito, aunque es cierto que nunca tuvo mucho que ver con inútiles adoctrinamientos ni monsergas manidas.

Era valenciano, y tal vez por eso vioque la luz del gran timonel no era más que un farol a medio gas. A partir de ahícomenzóuna nueva vida que le volcómás, si cabe, en la literatura. Su formidable biblioteca lo atestigua. Un tesoro que debe conservarse. Y su ultimo libro -Con la boca abierta- da fe de lo que puede dar de síla cultura y el conocimiento sin sectarismos.

Y es que la culturano es otra cosa que vivir de forma apasionada y sin pasar de puntillas por el tiempo que a uno le ha tocado vivir. En eso Bernabéu era imbatible.

Antonio Bernabéu murió en Madrid el pasado siete de agosto.

Presumir no es fácil. Sólo lo hacen los tristes. Pero todavia hay una cosa peor. Ocultar la realidad. Y a Antonio Bernabéu, que acaba de morir, lo que más le aterraba era esconder lo obvio y decir sandeces, aunque estuvieran salpimentadas con almíbar. Y por eso, siempre presumía de que un día el gran Harold Bloom dijo de él a su mujer que ni en New Haven (donde impartíaclases en Yale) ni en Nueva York habíanadie como Bernabéu.

Madrid Literatura