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La venta del 'Post' por 188 millones desvela el precio de saldo de la prensa española
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¿cuánto valen entonces el país, el mundo o abc?

La venta del 'Post' por 188 millones desvela el precio de saldo de la prensa española

Los principales diarios españoles presentan síntomas similares. El pastel publicitario, que rondaba los 2.000 millones en el año 2007, apenas alcanza hoy los 700

Foto: La primera página de 'The Washington Post' anuncia la venta del periódico al fundador de Amazon. (EFE)
La primera página de 'The Washington Post' anuncia la venta del periódico al fundador de Amazon. (EFE)

La confesión de Donald E. Graham, presidente y primer ejecutivo de The Post Co., no puede ser más reveladora. Y sincera. “En tanto el negocio de prensa continúa planteando preguntas para las que no tenemos respuesta, Katharine [Weymouth, su sobrina y editora] y yo empezamos a preguntarnos si nuestra pequeña compañía era todavía el mejor refugio para el periódico”, admitía para explicar la venta a Jeff Bezos, fundador de Amazon, del histórico The Washington Post. Una reflexión que bien podrían firmar los editores españoles y que –aunque ellos no lo admiten- se resume en su incapacidad para encontrar soluciones a unas cuentas de resultados que se desangran, sin prisa pero sin pausa, desde el inicio de la crisis.

De hecho, el camino hacia el infierno emprendido por el diario que destapó el caso Watergate acumula los mismos hitos que se observan en el caso español. Eso sí, con guarismos en función de su envergadura. Primero, crisis publicitaria: The Washington Post facturaba 957 millones de dólares en 2005; el año pasado apenas cortejaba la mitad, esto es, 582. ¿Conclusión? De unos beneficios de 125 millones hace siete años se ha pasado a pérdidas operativas de 54 millones en 2012. Segundo, desplome de las ventas. En la última década, el diario ha pasado de una circulación pagada de 768.000 ejemplares a 475.000,en plena transición a un nuevo modelo digital. No es casualidad que la solución encontrada por la familia Graham haya sido poner el diario en manos de un pionero del e-commerce, de un nativo de Internet.

Los principales diarios españoles presentan síntomas similares. El pastel publicitario, que rondaba los 2.000 millones en el año 2007, apenas alcanza hoy los 700. La difusión de 4,03 millones de copias que se alcanzaba hace cinco años se ha quedado hoy en apenas tres millones, según datos de la patronal (Aede). Y resultaría complejo hasta efectuar una valoración de las cabeceras a través de un multiplicador de su ebitda, en tanto los principales diarios registran pérdidas brutas de explotación. Sin ir más lejos, El País se anotó un saldo negativo de 21,8 millones de euros en 2012, es verdad que tras años de beneficios ininterrumpidos; El Mundo se dejó 3,74 millones en 2011 y 8,54 millones en 2010, últimos ejercicios disponibles, y ABC supera los 30 millones de agujero entre 2011 y el primer semestre de 2013.

Por si fuera poco, han tenido que pasar un lustro de crisis y una auténtica hecatombe en sus cifras para ver cómo los grandes grupos se movilizan. Todo tras años de exprimir el modelo y cortejar páginas de publicidad para el papel -mucho más caras que los anuncios en Internet-, aun a sabiendas de que tenía fecha de caducidad. Y es que como publicó El Confidencial, Unidad Editorial, cabecera de los diarios El Mundo y Marca, empezará a cobrar por sus contenidos en Internet a la vuelta del verano. La fórmula elegida será la que actualmente tiene en marcha The New York Times, con la introducción de un paywall (el llamado muro de pago) que limita el número de artículos que puede ver gratis el usuario. También El País se plantea dar un paso al frente. Sea o no el camino, al menos supone mover ficha.

Juego de tronos

La compra por un advenedizo de uno de los diarios más conocidos del mundo también apunta a otro cambio de paradigma: la apuesta por la influencia de quienes hoy tienen el dinero. De hecho, el diario The Economist no dudaba en hablar recientementedel juego de tronos que se vislumbra entre gigantes como Google, Apple, Facebook y Amazon en diferentes sectores económicos que no son su core business. Una disputa que Bezos ha llevado al ámbito de los medios de comunicación y, en concreto, de la prensa. Es más, a la pregunta sobre si los 250 millones de dólares pagados a título individual por Bezos son excesivos, la revista Forbes contestaba con cifras apenas horas después de anunciarse la transacción:no llega al 1% de la fortuna del empresario, que ronda el top ten de los hombres más ricos del mundo con un caudal en torno a los 28.000 millones de dólares.

Y si The Washington Post se ha valorado 188 millones de euros, ¿cuánto podría pagarse por un diario como El País, el más saneado de los grandes diarios nacionales pese a las deudas que arrastra la matriz? Desde luego y con el ebitda de 2012 desplomado, sólo vale la marca. Al menos, cabe citar los números que ofrece la compañía a modo de aproximación. Por ejemplo, el Grupo Prisa fija un valor en libros de 96,12 millones para su sociedad Prisa Noticias S.L., que cobija a su buque insignia y a sus divisiones en Latinoamérica, entre otras sociedades. Lejos -y desactualizado- queda el último informe de marcas elaborado por la consultora Interbrand, correspondiente al año 2011, en el queEl País es el único medio que aparece entre las 30 mejores firmas. Se le concede un valor de 200 millones, aunque en caída libre.

El País cierra la edición del ranking (…) con una importante caída en su valor (un 33%), reflejando así las dificultades por las que atraviesa el sector de los medios de comunicación impresa y que ha tenido impacto incluso en cabeceras mundialmente conocidas como el Washington Post”, apuntaba el estudio proféticamente. Por un lado, diferentes analistas del sector cuestionaban ayer la valoración del rotativo estadounidense, aparentemente escasa para una compañía que factura más de 4.000 millones de dólares. Por otro, no faltaba quien minimizaba este aspecto y señalaba que los Graham han preferido las lágrimas de vender la joya de la corona antes que las lágrimas de bajar la persiana. ¿Alguna familia española en mente?

La confesión de Donald E. Graham, presidente y primer ejecutivo de The Post Co., no puede ser más reveladora. Y sincera. “En tanto el negocio de prensa continúa planteando preguntas para las que no tenemos respuesta, Katharine [Weymouth, su sobrina y editora] y yo empezamos a preguntarnos si nuestra pequeña compañía era todavía el mejor refugio para el periódico”, admitía para explicar la venta a Jeff Bezos, fundador de Amazon, del histórico The Washington Post. Una reflexión que bien podrían firmar los editores españoles y que –aunque ellos no lo admiten- se resume en su incapacidad para encontrar soluciones a unas cuentas de resultados que se desangran, sin prisa pero sin pausa, desde el inicio de la crisis.

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