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El Gobierno busca a contrarreloj nuevo presidente para RTVE sin acuerdo con el PSOE
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EL LUNES A LAS DOS, FECHA LÍMITE

El Gobierno busca a contrarreloj nuevo presidente para RTVE sin acuerdo con el PSOE

Límite 48 horas. El Gobierno tiene hasta las dos de la tarde del próximo lunes para remitir al Congreso el nombre del próximo presidente de RTVE.

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El Gobierno busca a contrarreloj nuevo presidente para RTVE sin acuerdo con el PSOE

Límite 48 horas. El Gobierno tiene hasta las dos de la tarde del próximo lunes para remitir al Congreso el nombre del próximo presidente de RTVE. Y parece dispuesto a apurar los plazos sin que ninguna de las opciones que ha manejado hasta ahora parezca cerrada. Luis Blasco, responsable de Telefónica en Argentina, se marchaba hace dos semanas a Buenos Aires sin que nadie del Ejecutivo se hubiera puesto en contacto con él. Parecía el plan A hace apenas un mes. El último nombre sobre la mesa es el de Estanislao Rodríguez-Ponga, ex secretario de Estado de Hacienda y consejero del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia. El expolítico, también vinculado a El Corte Inglés, ya ha sugerido a su entorno que el puesto no entra en sus planes. Está claro que ni uno ni otro harían el negocio de su vida.

No son los únicos que han entrado en la partida. Francisco Campos, presidente de la televisión autonómica gallega, fue una posibilidad que Rajoy llegó a plantearle a Rubalcaba. Demasiada proximidad al PP para salir adelante. Un vacío que ayer por la tarde amenazaba con abrir la puerta a un ‘outsider’. Una cosa sí está clara: el nombramiento será cosa del Ejecutivo y no habrá pacto con el PSOE. Lejos queda el año 2007, cuando ambos partidos se ponían de acuerdo en la designación de Luis Fernández. Tras la dimisión del directivo en 2009, los políticos también pactaban la designación de Alberto Oliart para dirigir la empresa. Todo un hito para una casa tradicionalmente sometida a feroces críticas del partido que no está en el poder por su falta de imparcialidad informativa.

“Que RTVE se saque de los acuerdos y se nombre presidente sin consenso tiene un alcance muy serio. Para empezar, el elegido viene con un estigma, lo cual no es bueno. Sobre todo cuando la casa está en una encrucijada y necesita cambios estratégicos. De momento, hay que manejarse con 200 millones menos”, aseguran fuentes internas de la Corporación. También atisban un segundo riesgo. Y es que si no hay acuerdo para el nombramiento del presidente, difícilmente lo habrá para el reparto de los consejeros, lo que podría provocar que el PP domine el cónclave por goleada. Un escenario delicado cuando la nueva legislación aprobada por los populares ya corre el riesgo de promover un régimen demasiado presidencialista.

“La nueva ley limita la retribución de los consejeros a las dietas y no les requiere dedicación exclusiva. Esto es, se tratará de personas que se dedicarán a su trabajo, vendrán un día a la casa y, sin tener demasiada idea de cómo están las cosas, votarán determinados asuntos. El modelo centraliza las decisiones, refuerza la figura del presidente y, de paso, el control gubernamental si no hay acuerdo en el nombre, lo que puede verse como un paso atrás. Sin contar con que los consejeros responden por la vía civil y penal, hasta con su patrimonio, de las decisiones que tomen. Y por apenas 500 euros al mes”, explican estas fuentes. De hecho, fuentes del PP dan por seguro que, una vez se nombre presidente, se reformará la ley para aligerar la responsabilidad que asume el nuevo Consejo light.

Sólo dietas y dedicación exclusiva

En efecto, el Real Decreto-ley 15/2012, que modifica el régimen de administración de la Corporación RTVE, establece que los miembros del cónclave “percibirán exclusivamente las indemnizaciones por asistencia a sus sesiones”. Se esfuman los 120.000 euros anuales que hasta ahora ingresaban. También se reduce el número de consejeros de doce a nueve. Cinco miembros se renuevan ahora: dos del PP, uno del PSOE, otro de ERC (cedido en su día por los socialistas) y un quinto de CiU. Entre los nuevos consejeros designados -tres por el Congreso y dos por el Senado- estará el presidente, cuyo sueldo con complementos puede rozar los 200.000 euros. El PP, con mayoría en la Cámara, tiene la última palabra si no hay pacto sobre el reparto.

Todo mientras la compañía vive un auténtico impasse, con cualquier decisión bloqueada a la espera del nombramiento. El Consejo de Administración, que desde la marcha de Oliart manejaba la gestión la casa, sólo se reúne una vez al mes desde la aprobación del Real Decreto-ley. Los consejeros, que han retomado sus actividades profesionales, votan muchas de las cuestiones por correo eléctrico. La mayoría, al no tener dedicación exclusiva ni una retribución por el cargo, pasa muy poco tiempo en las dependencias de la Corporación. No hay ya reuniones semanales ni comisiones para tratar cuestiones del día a día. Un nuevo status quo insuficiente para mantener el menor control de la empresa.

Ejecutivos de la casa se quejan precisamente de este segundo "descabezamiento" en la Corporación –el primero lo escenificó la salida de Oliart-, precisamente cuando hay que tomar decisiones drásticas para recortar los más de 200 millones que el Gobierno ha reducido del presupuesto de la compañía. Es más, el nuevo inquilino de Prado del Rey puede que incluso se encuentre sobre la mesa una patata caliente de mayor envergadura que el ajuste del presupuesto. No en vano el PP da por hecho que Bruselas echará abajo el modelo de televisión puesto en marcha por el anterior Gobierno, basado en un canon a las telecos y a las televisiones privadas.

Límite 48 horas. El Gobierno tiene hasta las dos de la tarde del próximo lunes para remitir al Congreso el nombre del próximo presidente de RTVE. Y parece dispuesto a apurar los plazos sin que ninguna de las opciones que ha manejado hasta ahora parezca cerrada. Luis Blasco, responsable de Telefónica en Argentina, se marchaba hace dos semanas a Buenos Aires sin que nadie del Ejecutivo se hubiera puesto en contacto con él. Parecía el plan A hace apenas un mes. El último nombre sobre la mesa es el de Estanislao Rodríguez-Ponga, ex secretario de Estado de Hacienda y consejero del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia. El expolítico, también vinculado a El Corte Inglés, ya ha sugerido a su entorno que el puesto no entra en sus planes. Está claro que ni uno ni otro harían el negocio de su vida.

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