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¿A qué grupo mediático apadrinará Rajoy en plena debacle de la prensa?
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LA PUBLICIDAD CAE A LA MITAD EN CUATRO AÑOS

¿A qué grupo mediático apadrinará Rajoy en plena debacle de la prensa?

Felipe González contó con su particular bodeguilla, el mejor lugar para departir con Jesús Polanco. Su sucesor, José María Aznar, lideró ya desde la oposición la

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¿A qué grupo mediático apadrinará Rajoy en plena debacle de la prensa?

Felipe González contó con su particular bodeguilla, el mejor lugar para departir con Jesús Polanco. Su sucesor, José María Aznar, lideró ya desde la oposición la reacción anti-Prisa y buscó crear su propia cohorte mediática en torno a la Telefónica de Villalonga. El penúltimo en llegar, José Luis Rodríguez Zapatero, se retrató con la concesión a La Sexta de una televisión en abierto. La tentación acecha ahora a Rajoy. Y le sobrarán aduladores con las cuentas de los medios en los huesos. “Mariano sabe quién le ha ayudado y quién no lo ha hecho. Sabe que Pedro J. fue a por él, que ABC se puso de perfil y que sólo La Razón le ha apoyado de verdad. Dicho esto, tiene mucho sentido práctico”, asegura un alto dirigente del Partido Popular.

El líder conservador no sólo aspira a doblegar la crisis económica. También afronta el reto de ser el primer presidente abstencionista en ambición mediática. “Rajoy se ha caracterizado hasta ahora por una inactividad absoluta en esta materia –aseguran fuentes próximas al político gallego-. A principios de 2008 tenía en contra a la Cope, El Mundo y ABC amenazaba con endurecer el discurso contra él. Y no movió un dedo, dejó hacer. Él tiene vocación de inhibirse en las cuestiones de medios y mantiene una enorme distancia con los tradicionales gurús de la derecha”. Y añaden que Rajoy no avalará intrigas ni encuentros a media luz para contentar a los medios. No calcará el pasteleo de De la Vega con las televisiones.

Presiones no le faltarán. La Asociación de Editores de Diarios de España (AEDE) hacía ayer públicas las cifras conjuntas del sector en 2010 y sus estimaciones para el cierre de 2011. La conclusión es clara: tras recortar todos los gastos que se podían recortar, los rotativos siguen sin levantar cabeza. La venta bruta de publicidad alcanzará este año los 729,7 millones de euros, apenas la mitad de los 1.461 millones que amasaban los periódicos en 2007. La prensa, que ganó 58,2 millones en 2010 gracias a los ajustes en los gastos operativos -sobre todo de personal-, se dará por satisfecha si termina este ejercicio en equilibrio. La venta de ejemplares ha caído más de un 15,2% en los últimos cuatro años y la propia AEDE apunta que la clave en el futuro pasa porque los medios “monetaricen su actual protagonismo en Internet”.

Una debacle de las cuentas que hace más que goloso cualquier plan de ayudas que pueda implementar el nuevo Gobierno. “En la izquierda apenas hay un medio de referencia. Pero en la derecha conviven varios con serias dificultades económicas. Parecería lógica una cierta consolidación. Ése podría ser el grupo de medios de Rajoy”, se explica desde una de las principales empresas del sector. Sin embargo, fuentes próximas al futuro presidente no sólo ven muy improbable que éste apadrine ninguna iniciativa de concentración, sino que dudan de cualquier plan de subsidios. “Rajoy no va a hacer ni eso –insisten-. Es más, no va a hacer nada precipitadamente, irá piano, piano. Sí es posible, sin embargo, que potencie los medios públicos de comunicación”.

De hecho, propios y extraños coinciden en que una RTVE de perfil más decantado puede ser su principal altavoz. También en que una cosa es Rajoy y otra cosa es su entorno, véase las familias populares y los free-lance con ganas de hacerse valer. Y recuerdan cómo el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, adelantó incluso antes de la victoria electoral que su partido eliminará el canon para el cine que pagan las televisiones, integrará la Agencia Efe en la Corporación RTVE y modificará la Ley del Tercer Canal para permitir la privatización total o parcial de las televisiones autonómica. Pons acentuó ayer su protagonismo y se comprometió ante los editores a modificar en profundidad la Ley de Propiedad Intelectual.

Un país subvencionado

Rajoy puede utilizar a su favor que ni entre los editores hay consenso. Por ejemplo, el consejero delegado de Prisa, Juan Luis Cebrián, criticaba hace apenas semanas la “ausencia clamorosa” de ayudas a la prensa como sector en reconversión. El primer ejecutivo del grupo de medios aseguró durante un desayuno en el Hotel Ritz de Madrid que las políticas del Gobierno Zapatero han contribuido muy negativamente al modelo audiovisual. “El caos y la destrucción de valor que Industria ha generado es compatible al de otros sectores”, subrayó, criticando la intervención directa del Ejecutivo en la estructura de medios. Representa el ala más dura y más extendida: la prensa se asemeja a los astilleros o la siderurgia en los ochenta. Y el Gobierno debe echarle una mano para garantizar su supervivencia.

Sin embargo, también hay otra sensibilidad. “Los medios son empresas, culturales, pero empresas que tienen que vivir de sus propios recursos. Los medios deberían beneficiarse de los cambios en los marcos regulatorios generales, como la reforma de los convenios, pero poco más. ¿Por qué habría de subvencionarse a los periódicos y no otros sectores?”, zanja otro editor. Eso sí, incluso en los más reacios a recibir cualquier forma de prebendas, se entendería alguna forma de créditos blandos que facilitarán la transformación tecnológica en el sector. “Ya estaría bien si se soluciona el tema de los convenios para que cada uno llegue a pactos concretos en su empresa y si hay alguna fórmula de préstamos a bajo interés”, explican. Y zanjan, para que no haya dudas: “Unos más que otros, pero estamos todos jodidos”.

Felipe González contó con su particular bodeguilla, el mejor lugar para departir con Jesús Polanco. Su sucesor, José María Aznar, lideró ya desde la oposición la reacción anti-Prisa y buscó crear su propia cohorte mediática en torno a la Telefónica de Villalonga. El penúltimo en llegar, José Luis Rodríguez Zapatero, se retrató con la concesión a La Sexta de una televisión en abierto. La tentación acecha ahora a Rajoy. Y le sobrarán aduladores con las cuentas de los medios en los huesos. “Mariano sabe quién le ha ayudado y quién no lo ha hecho. Sabe que Pedro J. fue a por él, que ABC se puso de perfil y que sólo La Razón le ha apoyado de verdad. Dicho esto, tiene mucho sentido práctico”, asegura un alto dirigente del Partido Popular.

Mariano Rajoy