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José Antonio Sánchez, entre la A de Ansón y la Z de Zaplana
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NUEVO DIRECTOR GENERAL RTVM

José Antonio Sánchez, entre la A de Ansón y la Z de Zaplana

José Antonio Sánchez Domínguez ha recibido de Esperanza Aguirre un buen regalo de cumpleaños: nacido el 22 de julio de 1953 en Isla Cristina (Huelva), casado

Foto: José Antonio Sánchez, entre la A de Ansón y la Z de Zaplana
José Antonio Sánchez, entre la A de Ansón y la Z de Zaplana

José Antonio Sánchez Domínguez ha recibido de Esperanza Aguirre un buen regalo de cumpleaños: nacido el 22 de julio de 1953 en Isla Cristina (Huelva), casado y con dos hijos, es el nuevo director de la televisión pública madrileña, dejando atrás un muy bien remunerado puesto en Telefónica como director de Relaciones Institucionales de la división Latinoamérica para un periodista cuya trayectoria ha estado ligada fundamentalmente a dos hombres: Luis María Ansón, en sus comienzos, y Eduardo Zaplana en la última década.

Ansón descubrió a este licenciado en Ciencias de la Información por la Complutense cuando era cronista parlamentario a finales de los 70 para la agencia EFE y le convirtió en uno de sus hombres de confianza. Tanto, que cuando Ansón pasa a dirigir ABC llamado por Guillermo Luca de Tena se lleva a Sánchez al centenario rotativo, donde se encarga de la información parlamentaria y estrecha lazos con los principales valores del PP en la Cámara Baja, como Álvarez Cascos (a quien el director le encarga telefonear cuando tiene que reprocharle algo, "que Sánchez llame a Paco y le eche la bronca") y, sobre todo, Eduardo Zaplana, a quien ya conoce de sus veraneos en Benidorm, donde posee una casa. Con su sempiterno maletín, Sánchez
se convierte en un periodista temido para los diputados del PSOE por sus columnas y sus informaciones, y buscado por los populares para su aprobación.

Precisamente Sánchez y su apartamento en la ciudad alicantina tendrán un papel especial en la moción de censura que, gracias a una tránsfuga del PSOE conocida como Maruja "la Bienpagá", dará la alcaldía de la ciudad a Zaplana en lo que será el comienzo de su meteórico ascenso en la política valenciana. Desde entonces, la amistad entre Sánchez y Zaplana no hará sino acrecentarse y sus vidas correrán paralelas.

Siguiendo a Luis María Ansón deja su columna parlamentaria en ABC y se incorpora a los negocios de Televisa en nuestro país, haciéndose cargo de la dirección de Unión Ibérica de Radio hasta que ésta se integra en Onda Cero con pingües beneficios para los directivos. Posteriormente, también acompaña a Ansón como columnista a La Razón.

Quienes han trabajado con él le definen como "súperastuto, con una inteligencia natural y un sentido del humor extraordinario", acompañado por un deje andaluz que nunca ha perdido. También destacan que "no tiene escrúpulos a la hora de cumplir con lo que cree que debe hacer porque tiene un sentido muy práctico de las cosas, y se ríe de moralismos, integridades y zarandajas", aunque "odia el enfrentamiento innecesario y los malos modales".

Esta habilidad para dedicarse "a lo que hay que hacer" la tendrá ocasión de ejercitar en RTVE, cuando el Gobierno de José María Aznar le nombre director del Ente en sustitución de Javier González Ferrari. Corría el 9 de julio de 2002 y al día siguiente, Eduardo Zaplana llegaba al Gobierno de Aznar como nuevo ministro de Trabajo. Sus vidas volvían a cruzarse.

En RTVE, Sánchez huye del protagonismo y deja el papel de "dóberman" a Alfredo Urdaci, que recibe todas las invectivas de la oposición con constantes denuncias de manipulación. Él prefiere ceder protagonismo y dedicarse a la gestión, ajeno a los focos, aunque no se libra de que en abril de 2003, el Grupo Socialista presente una proposición de ley exigiendo su destitución por atentar desde RTVE contra la
libertad de información.

En esa época conoce uno de los mayores "secretos de Estado": el romance entre el Príncipe de Asturias y la presentadora del TD, Letizia Ortiz Rocasolano. En una conocida fotografía, Don Felipe visita las instalaciones de TVE y saluda a Letizia cuando ambos eran ya novios y muy pocos en España lo sabían, y José Antonio Sánchez asiste al saludo en un discreto segundo plano.

La victoria socialista en 2004 provoca su inmediato relevo y vuelve a Telefónica. En febrero de 2002 había permanecido unos meses en Admira Media, donde entró de la mano de Pedro Antonio Martín Marín, de la que salió con una excedencia temporal para dirigir RTVE. Reincorporado a la compañía de César Alierta, coordina las relaciones institucionales de la división para Latinoamérica: un buen sueldo que le permite vivir en una de las mejores zonas del barrio de Salamanca y ser vecino de la Infanta Elena, un trabajo tranquilo lejos de los focos, una nutrida red de contactos de primer nivel en Iberoamérica... y otra vez Eduardo Zaplana, que se incorpora también a la multinacional en 2008 tras abandonar su escaño en el PP.

Todo eso queda atrás y José Antonio Sánchez vuelve a ponerse ahora al frente de una televisión, en este caso por encargo de Esperanza Aguirre, política con muy buenas relaciones... con Eduardo Zaplana. No es de extrañar que, en los próximos meses, sus trayectorias vuelvan a encontrarse.

José Antonio Sánchez Domínguez ha recibido de Esperanza Aguirre un buen regalo de cumpleaños: nacido el 22 de julio de 1953 en Isla Cristina (Huelva), casado y con dos hijos, es el nuevo director de la televisión pública madrileña, dejando atrás un muy bien remunerado puesto en Telefónica como director de Relaciones Institucionales de la división Latinoamérica para un periodista cuya trayectoria ha estado ligada fundamentalmente a dos hombres: Luis María Ansón, en sus comienzos, y Eduardo Zaplana en la última década.

Eduardo Zaplana José Antonio Sánchez