Es noticia
Vanity Fair desmonta a Roures
  1. Comunicación

Vanity Fair desmonta a Roures

De poco le ha servido a Jaume Roures haberse negado a conceder una segunda entrevista a la edición española de Vanity Fair. Tampoco haber amenazado con emprender

Foto: Vanity Fair desmonta a Roures
Vanity Fair desmonta a Roures

De poco le ha servido a Jaume Roures haberse negado a conceder una segunda entrevista a la edición española de Vanity Fair. Tampoco haber amenazado con emprender acciones judiciales por si exponían asuntos personales. En el número de noviembre, la revista publica la primera y presumiblemente última conversación que Andrés Aguayo (antiguo redactor de Gente de El País) le ha arrancado al factótum de Mediapro. Siete páginas con declaraciones del protagonista, así como de amigos cercanos, que revelan detalles de una de las personas más influyentes de la actual industria audiovisual.

 

Remontándonos al principio de los tiempos, Roures inició su ascenso a la cima del poder cuando consiguió que TV3, liderando un grupo de televisiones autonómicas, arrebatara los derechos de emisión de la Liga de Fútbol a TVE.  Siete páginas más tarde, el empresario catalán explica cómo ahora, después de veinte años y con una competición muy distinta, parece haber conseguido lo mismo con su nueva criatura, LaSexta: arrebatar los derechos del fútbol a la todopoderosa Prisa.

 

El dibujo que se muestra en las líneas de la entrevista denota que ya se contaba con esa segunda cita imposible, que Roures rehusó aconsejado por sus amigos entrevistados como él para la ocasión, ya que “temían por su intimidad”. Pero carboncillo terminado o esbozo de lo que pudo ser, lo cierto es que la parte más atractiva de la entrevista no es otra que la personal, la que ha rehuido siempre Roures, de la que se conocía tan poco y sobre la que por fin se arroja algo de luz. Ahora sus abogados decidirán cuánta.

 

Algunas de las personas que ayudan a perfilar su sombra son caras conocidas, como Fernando León, el director de Princesas o Los lunes al sol, ambas producidas por Mediapro; Woody Allen, que escribió un email a la revista para dejar constancia del buen hacer de Roures como productor; o Johan Cruyff, amigo cercano del entrevistado, que ayudó a conceder uno de los últimos deseos al padre adoptivo de Roures, al que muchos de sus conocidos llaman ‘Melan’, por sus aires y andares de persona “melancólica”.

 

Como en botica, Roures consigue reunir en torno a su figura halagos y envidias por igual. Unos le ensalzan, otros le contradicen o desmienten lo que él ha dicho, pero todas ayudan a comprender mejor su desconcertante orden dentro del caos y la velocidad. Su manera de hablar, de mirar, de reaccionar… Su forma de vestir, entre desaliñada e informal, las cosas que lleva y las que olvida voluntariamente… Casi una veintena de amigos y profesionales del sector aportan su pequeño granito para conformar un retrato poliédrico de un personaje esquivo.

 

Huidizo, como si tuviera mucho que perder y poco que ganar, algunas de las citas le retratan como “un hombre de una tremenda eficiencia y de una capacidad de trabajo brutal”, como “una persona que no es precisamente risueña, pero que tiene sentido del humor”, pero también como un “Jesús Gil en Catalán”, el “Rupert Murdoch de los deportes” o “un Ciudadano Kane nuevo rico”. Etiquetas y calificativos varios y distintos, a gusto del ojo crítico con el que se le quiera juzgar.

 

Ahora que el daño o la hazaña están hechos, el reportaje perfila la sombra en el suelo de una persona inquieta y misteriosa que difícilmente deja indiferente. Habría estado mejor definida con una segunda cita, pero el afectado se negó. Ha tenido que bastar con una y aún así, Vanity Fair ha asegurado que “en la recta final de este reportaje Roures y sus abogados han amenazado con emprender acciones legales si se incluyen detalles sobre su vida personal”. ¿Llegará este retrato a los tribunales?

De poco le ha servido a Jaume Roures haberse negado a conceder una segunda entrevista a la edición española de Vanity Fair. Tampoco haber amenazado con emprender acciones judiciales por si exponían asuntos personales. En el número de noviembre, la revista publica la primera y presumiblemente última conversación que Andrés Aguayo (antiguo redactor de Gente de El País) le ha arrancado al factótum de Mediapro. Siete páginas con declaraciones del protagonista, así como de amigos cercanos, que revelan detalles de una de las personas más influyentes de la actual industria audiovisual.

Jaume Roures