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Estudia la rebaja del IRPF que pide Ciudadanos

Hacienda se aleja del PSOE y facilita a Sánchez el voto negativo al techo de gasto

Montoro se aproxima a los partidos con los que aprobó los Presupuestos de 2017 para sacar adelante las metas de déficit. El enfrentamiento con las CCAA socialistas sirve en bandeja el no a Ferraz

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sale el pasado 29 de junio tras su reprobación por el Congreso. (EFE)

Cuando el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acusaba al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, de mirar por “el suyo beneficio político”, sabía bien lo que quería decir, aunque no tanto el cómo hacerlo. A lo que se refería Rajoy es a que cuando la economía va bien, el beneficio político se lo lleva el Gobierno; pero cuando va mal, va para la oposición. Las reglas del juego democrático son así de sencillas, pero también pueden cambiar. ¿Qué pasa si todo se tuerce por culpa de la oposición? Ahí ya no es “cuanto peor, mejor para todos”.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sabe que tiene a todo el arco parlamentario en su contra —el jueves fue reprobado a iniciativa del PSOE por 197 votos a favor, 135 en contra y cinco abstenciones—, pero también es consciente de que quien impida la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2018 tendrá que cargar con el coste político de lo que significa dificultar la salida de la crisis. En ese momento el Gobierno tendrá el mejor argumento posible ante cualquier crítica sobre la evolución de la economía: "Ustedes vetaron los Presupuestos para hacerlo mejor".

El Gobierno dará luz verde al techo de gasto hoy en un Consejo de Ministros extraordinario y lo someterá a la votación del Congreso el día 11. La dirección del PSOE, mientras, aprobará también su no. Para el Ejecutivo, será una carrera a contrarreloj para evitar un fiasco como el de la estiba, cuando el Congreso rechazó el decreto aprobado por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna. A pesar de los tiempos ajustados, en Hacienda cunde el optimismo y creen que se conseguirá. La estrategia está definida desde que Pedro Sánchez ganó las primarias en el PSOE: la única opción para sacar adelante el ciclo presupuestario de 2018 es contar con los mismos 176 diputados de los PGE de 2017, esto es, los aliados tradicionales del PP, Ciudadanos, PNV y los dos diputados nacionalistas canarios, Ana Oramas (Coalición Canaria) y Pedro Quevedo (Nueva Canarias).

Aprobada la meta de déficit hasta 2020

Las siete del PSOE, más Cantabria y Cataluña

Esto explica por qué Montoro acudió a la reunión con las comunidades autónomas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) sin ninguna 'zanahoria' para el PSOE. Las comunidades socialistas solicitaron al ministro mayor margen de déficit para 2018, pero la única respuesta fue una negativa tajante. “Ha sido una reunión sin ningún tipo de misterio, porque el ministro ha señalado en su primera intervención que la decisión ya estaba tomada”, explicó a la salida Carles Mundó, consejero de Justicia de la Generalitat de Cataluña. Al final, votaron en contra las siete CCAA presididas por el PSOE —Andalucía, Asturias, Valencia, Baleares, Aragón, Castilla-La Mancha y Extremadura— más Cantabria, donde cogobierna con el PRC, y Cataluña, mientras que Canarias se abstuvo y las del PP apoyaron la senda de consolidación fiscal: un déficit del 0,6% para 2017, un 0,3% para 2018 y un 0% en 2019 (cifras acordadas en diciembre) y también en 2020.

En la comida del equipo de Sánchez con sus consejeros previa al Consejo de Política Fiscal pudo constatar la posición "unánime" con el no

La reunión del CPFF fue precedida por una comida en Ferraz entre la ejecutiva federal Manu Escudero, secretario de Política Económica, y los responsables de Relaciones Institucionales y Política Federal— y los consejeros socialistas. En ella, el equipo de Sánchez pudo constatar lo que había escuchado en las horas previas en conversaciones bilaterales: que el no al Ejecutivo era "unánime" si Montoro no ofrecía ninguna relajación en el cumplimiento de las metas de déficit. Y no la ofreció.

Vista general de la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera del pasado 29 de junio. (EFE)

"No fue para nosotros ninguna sorpresa que se opusieran a las cifras del ministerio. La comida [en la sede federal] fue muy satisfactoria y se apreció la coincidencia de los criterios generales y autonómicos. Todos estaban en contra de los objetivos marcados por el Gobierno y de cómo se reparte ese esfuerzo entre el Estado y las comunidades. Las divisiones lógicas de la época congresual no se reprodujeron esta vez", sostiene un alto mando de la dirección. Sánchez ha tenido fácil ahormar una postura común, por lo que no habrá ninguna oposición interna a que la semana próxima haya un voto negativo al techo de gasto en el Congreso. Como afirmaban desde la cúpula parlamentaria que pilota Margarita Robles, la tercera pata en la negociación intramuros, el no de las CCAA "sirve en bandeja a Pedro el no en la Cámara Baja". No habrá pues ni guerra ni choque con los barones.


Reunión baldía con Hacienda

"Había sintonía con Ferraz. Si Hacienda hubiera lanzado alguna propuesta de mejora, aún podría haber habido tensión. Pero es que no hubo opción —cuenta a este diario una consejera socialista—. No hubo margen porque Montoro se plantó en el 0,6% para este año y el 0,3% para el que viene. Así que ni tensión ni nada. No ha habido discusión ni interna ni externa. La senda que planteaba el ministro era impracticable. Un 0,3% para 2018 no lo íbamos a admitir". Los responsables económicos del PSOE charlan con frecuencia entre ellos —y en estos últimos días, también con Ferraz— y sabían que Montoro no había hecho ni un mínimo acercamiento, así que tenían "claro" cuál sería su posición colegiada.

"La senda de consolidación que planteaba Montoro era impracticable", manifiesta una consejera socialista. No hubo "opción" al choque con Ferraz

Tanto en Ferraz como en las federaciones socialistas están convencidos de que el Gobierno de Mariano Rajoy "se va a centrar en negociar con quienes piensa que le apoyarán las cuentas de 2018". Eso explica también la reunión, el pasado viernes, puramente "de trámite, para cubrir el expediente", de los responsables del ministerio —los secretarios de Estado de Hacienda y Presupuestos, José Enrique Fernández de Moya y Alberto Nadal— y del PSOE —Manu Escudero, junto con los portavoces parlamentarios de Economía, Hacienda y Presupuestos, Pedro Saura, Julián López y Javier Lasarte—. Una cita en la que la dirección de Sánchez vetó expresamente a Montoro y de la que ni siquiera se llevó la cifra de techo de gasto que el Consejo de Ministros aprueba hoy. "Tampoco nos dijeron qué recursos van para las comunidades, si cambia la regla de gasto o qué ingresos tributarios están previstos para 2018", manifestaba con enfado uno de los interlocutores socialistas.

La convicción del PSOE es que el Ejecutivo aprovechará sus nuevas cuentas para "reducir el Estado del bienestar", para "desplegar sus planteamientos ideológicos". Algo que quedará reflejado en la resolución que apruebe hoy la permanente de la ejecutiva federal. Pero en el texto, que salvo sorpresa consolidará el no al techo de gasto —apostar por la abstención, dicen en Ferraz, sería "extemporáneo"—, Sánchez quiere plasmar que hay alternativa. "Sí queremos hacer hincapié en que cabe pensar en otro modelo de sociedad y de economía distinto al del PP, que es el momento de discutir sobre qué modelo de sociedad queremos construir y que es posible una alternativa distinta y solvente", indican desde la dirección. La redacción de la resolución corre a cargo de la secretaría que dirige Manu Escudero. Todos los pasos dados por el secretario general van encaminados a visualizar ante la opinión pública que no hay por qué resignarse al PP y que va a propiciar el desmantelamiento de sus políticas más regresivas.

El PSOE decide este lunes su posición sobre el techo de gasto de 2018

Acercamiento a Ciudadanos

La victoria de Sánchez en las primarias del PSOE, en todo caso, ha cambiado la actitud del Gobierno y también la de Ciudadanos. Hasta ese momento, el Ejecutivo había buscado los apoyos del Grupo Socialista para sacar adelante sus reformas, como fue el decreto de las cláusulas suelo, la revisión del impuesto de sociedades o el techo de gasto de 2017. Tenía enfrente a la gestora dirigida por el presidente asturiano, Javier Fernández, y todo era más sencillo. Pero ahora cualquier acuerdo es una quimera. Esto convierte a Ciudadanos en un actor imprescindible para el resto de legislatura.

La ejecutiva del PSOE aprobará una resolución donde además del no hará ver que hay un modelo económico alternativo "posible y solvente"

La formación liderada por Albert Rivera es consciente de su nuevo papel y pretende cobrarlo como tal. Las negociaciones para el techo de gasto han sido el mejor ejemplo. El equipo económico de Ciudadanos, Luis Garicano, Toni Roldán y Francisco de la Torre, se reunió con Montoro el miércoles y su mensaje fue tajante: sin una rebaja del IRPF, no habrá más que hablar.


El ministro aceptó la exigencia y en menos de 24 horas ya admitió públicamente que había puesto a trabajar a los técnicos de Hacienda para cuadrar las cuentas con la exigida rebaja de impuestos. En un primer momento, su intención es buscar posibles deducciones que mejoren la situación para las familias sin realizar una rebaja generalizada a todas las rentas.

C's entiende que su petición de bajar el IRPF en 2.000 M estaría dentro del acuerdo de investidura, porque es el espíritu de su complemento salarial

Fuera de micrófono, Montoro asegura que su intención es cumplir el acuerdo de investidura que firmó el Partido Popular con Ciudadanos. Eso sí, se irá ejecutando a medida que lo permitan las mayorías del Congreso. Este acercamiento supone un cambio evidente en su actitud respecto a los últimos meses. En la memoria de todos está todavía el ninguneo a la formación cuando acordaron recuperar el dinero perdido en la amnistía fiscal de 2012 y que finalmente se ha perdido.

Albert Rivera, el pasado viernes en el consejo general de Ciudadanos. (EFE)


Por su parte, Ciudadanos considera que su petición de bajar el IRPF en 2.000 millones estaría dentro del acuerdo de investidura, ya que en él se recogía un complemento salarial de 2.000 millones que nunca llegó a ponerse en marcha. Se puede utilizar ese dinero para bajar los impuestos, que también es una ayuda a las familias, entiende el equipo económico de la formación. “En esto vamos en serio, es nuestra única línea roja para el techo de gasto”, explican, “no vamos a ceder”.

La ejecutiva federal se ayuda de Vara para explicar su no al Gobierno

Este lunes, no comparecerá el portavoz de la dirección del PSOE, Óscar Puente, como sería la norma. El alcalde de Valladolid tenía ya comprometido de antemano el acto de hermanamiento de su ciudad con la localidad india de Ahmedabad. Quien dará la cara por el secretario general será su secretario de Organización, José Luis Ábalos. Pero no estará solo. 

En la sala de prensa le acompañará el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, el coordinador del consejo político federal (antiguo consejo territorial), el foro que reúne al jefe del PSOE con sus barones y que le da acceso automático a una silla en la ejecutiva, pero como vocal. Vara explicará por tanto el rechazo de los gobiernos autonómicos socialistas a las metas de déficit autonómico. 

Pero la imagen está cargada de simbolismo. Su antecesora como presidenta del consejo político federal, Susana Díaz, jamás acudió a ninguna reunión de las ejecutivas. Ahora, el líder extremeño irá "siempre que pueda", porque considera que es "bueno y necesario". Como advierten en su entorno, él prefiere ser "candil en casa, que da más luz", que "una estrella en el universo". O sea, iluminar más remando a favor que convertirse en un díscolo.

La foto sirve también para mostrar cómo Sánchez quiere proteger al barón susanista que, sin embargo, se puso en primera línea de saludo en cuanto pasaron las primarias. Algo especialmente importante ahora que se ventilan los congresos regionales. Precisamente este lunes acaba el plazo para recoger avales en Extremadura para ser candidato a la secretaría regional. Vara convocó el cónclave con la nueva normativa, de forma que solo se requiere un 2% de firmas (unas 200) y como máximo un 4%. La previsión es que los consigan tanto el presidente como la exconsejera Eva Pérez y el cacereño Enrique Pérez Moreno. Pero ninguno tiene posibilidad de vencer al jefe de la Junta. La aspirante sanchista, Leonor Martínez-Pereda, se retiró de la competición antes de que arrancara. 

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