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El 'runner' perfecto que engañó a toda la industria: redención, esperanza y fraude
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UNA HISTORIA DEMASIADO PERFECTA

El 'runner' perfecto que engañó a toda la industria: redención, esperanza y fraude

Su ascenso ha sido tan meteórico como sonada puede ser su caída. Este inglés de 33 años se había convertido en una estrella hasta que alguien descubrió que algo no encajaba

Foto: Robert Young, fotografiado en plena acción. (CC/Runultratalk)
Robert Young, fotografiado en plena acción. (CC/Runultratalk)

Sacrificio, coraje, persistencia, capacidad de superación y quizá… un poco de ayuda. El inglés Robert Young se ha convertido en los últimos años en una de las grandes figuras de las carreras de resistencia gracias a sus marcas, pero también a su carisma y a un pasado personal que convertía la vida de este treinteañero en una historia perfecta e inspiradora. Por eso su caída puede ser mucho más fuerte después de que un informe publicado esta semana haya revelado que muy probablemente haya hecho trampas en su intento de figurar en el Libro Guinness de los Records.

Young se propuso el pasado mes de mayo batir todas sus marcas y pulverizar el récord de Trans America, una prueba en la que se atraviesa EEUU de costa a costa, desde Los Ángeles hasta Nueva York. Durante los primeros compases de la prueba, todo marchaba bien y el corredor consiguió desplazarse a una media de unos 96 kilómetros por día a lo largo de 46 jornadas. No obstante, sus ilusiones se fueron a pique el día 34: cuando atravesaba Indianápolis, se fracturó un dedo del pie y cayó enfermo de una infección bacteriana. De haber continuado a ese ritmo, quizá habría batido la marca de Frank Giannino Jr. de 1980, que realizó la prueba en 46 días, ocho horas y 36 minutos.

Según un informe publicado a partir de los datos de 'tracking', el ultramaratoniano recorrió en coche varios trechos de la prueba

No obstante, tarde o temprano, tendría que haber devuelto el premio. El informe, realizado de manera independiente por los profesores Roger Piekle Jr. y Ross Tucker, señala que Young recorrió en vehículo varios trechos de la prueba. “No hemos identificado ninguna otra explicación plausible para los datos recogidos más que la ayuda, probablemente en forma de vehículo, durante grandes partes de la prueba”, explica el informe. Los datos han sido recogidos del 'tracking' de los dos relojes que portaba Young, y que mostraba que los pasos se detenían durante varias partes de los primeros 24 días de trayecto.

Las sospechas sobre Young comenzaron apenas una semana después del arranque de la prueba, cuando los aficionados a las ultramaratones echaron cuentas y descubrieron que algo no encajaba. Sobre todo, su ritmo inicial de 112 kilómetros al día, que no tenía ningún precedente. Hasta tal punto llegaron las dudas sobre la legalidad de la carrera que el director de la maratón de Barkley, Gary Cantrell, acompañó en su vehículo durante cinco días a Young para vigilarle. En ese momento, el ritmo del atleta comenzó a descender sensiblemente.

Fue el propio esponsor de Young, SKINS, quien decidió poner en marcha una investigación para revelar la verdad sobre las marcas de su atleta. Una vez obtenidos los resultados, ha actuado con celeridad y ha despedido al británico. Este, sin embargo, ha defendido su inocencia ante 'Runner's World'. “No estoy de acuerdo en que haya hecho trampas. Desde luego que he cometido errores, pero no he engañado a nadie”.

Cómo superar una infancia difícil

En el último par de años, Rob Young se ha convertido rápidamente en todo un ídolo de la comunidad maratoniana inglesa. El “Marathon Man UK”, como se autodenomina, asegura haber completado 420 maratones y ultramaratones en poco más de 420 días y afirma ser capaz de recorrer 601 kilómetros sin dormir (en 88 horas y 17 minutos). Sus marcas pueden consultarse en su página web.

Como niño presenció algunas cosas terribles, como la violación de su hermana o la tortura de su madre

Pero lo que ha provocado que el atleta salte a la fama no es únicamente su apretadísima agenda, sino su peculiar biografía. “Bringing hope through running” (“Dando esperanza a través del 'running'”) es la frase que encabeza su página web, y es también la imagen que ha vendido: la de un hombre torturado que ha conseguido salvarse a través del esfuerzo y la autosuperación. “El padre de Young era un abusador y convirtió su vida en un infierno”, se puede leer en su biografía. “Como niño presenció algunas cosas terribles. Entre ellas se encuentran la violación de su hermana, la tortura de su madre e incluso el asesinato del perro de la familia Rob, torturado día tras día” (sic).

Rob Young fue internado en un orfanato a los ocho años, y a los 17 se alistó en la Armada Británica, donde sirvió durante cinco años y medio. Allí fue donde comenzó a aficionarse a las pruebas deportivas. En primer lugar, a través del ciclismo y más tarde, en el 'running'. Fue en 2014 cuando decidió que abandonaría su trabajo para dedicarse por completo a correr. “Poniéndose en el límite físico, Robert Young, también conocido como Marathon Man UK, se ha convertido en una persona de interés científico para la doctora Courtney Kipps y sus colegas Bruce Patton y Phil Hennis del ISEH (International Society for Experimental Hetology) que remarcan que su habilidad para correr maratones día tras día es sorprendente”. Y tan sorprendente, añadirán sus detractores ante las nuevas revelaciones.

placeholder ¿Por qué hacen trampas los atletas? (Reuters)
¿Por qué hacen trampas los atletas? (Reuters)

Gracias a su imagen pública, Young se ha convertido en una de esas figuras inspiradoras que dedican una gran parte de su tiempo a dar charlas y a visitar colegios (a los que ha donado cientos de miles de libras). Por esa misma razón, el CEO de SKINS, Jamie Fuller, ha intercedido ante la gran cantidad de insultos que está recibiendo su antiguo esponsorizado en las redes sociales. “Los resultados son claros y debemos aceptarlos”, explicaba en declaraciones recogidas por 'The Guardian'. “Pero debemos recordar que además de 'runner', se trata también de un ser humano. Desde mi punto de vista, su pasado implica que sus circunstancias son especiales”.

¿El nuevo Armstrong?

La historia de Young guarda no pocos paralelismos con la del ciclista Lance Armstrong, cuya historia de superación del cáncer en 1996 le convirtió en un icono para el gran público antes de descubrirse que se había dopado regularmente, lo que le hizo perder todos los Tours de Francia que había ganado. “Si tienes en cuenta mi situación, un tío que se recupera tras una sentencia de muerte, ¿por qué me arriesgaría a dedicarme a un deporte y doparme arriesgando de nuevo mi vida? Es una locura, no haría nunca nada así”, declaró en 2005. El tiempo (y las pruebas) le quitarían la razón.

Son dos relatos con moraleja que plantean una oportuna pregunta: ¿qué hay de verdad bajo las historias perfectas de esfuerzo y redención? Y ¿hasta qué punto la necesidad de superarse termina empujando a las estrellas a adoptar estrategias inmorales para conservar su estatus?

Sacrificio, coraje, persistencia, capacidad de superación y quizá… un poco de ayuda. El inglés Robert Young se ha convertido en los últimos años en una de las grandes figuras de las carreras de resistencia gracias a sus marcas, pero también a su carisma y a un pasado personal que convertía la vida de este treinteañero en una historia perfecta e inspiradora. Por eso su caída puede ser mucho más fuerte después de que un informe publicado esta semana haya revelado que muy probablemente haya hecho trampas en su intento de figurar en el Libro Guinness de los Records.

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