Correr como adicción. Correr como cura
Más carreras populares, más corredores, menos nivel

En datos

Más carreras populares, más corredores, menos nivel

Actualmente hay unas 3.500 carreras populares en España. Son 10 carreras al día, casi 70 por fin de semana, considerando que la mayoría se celebran en días festivos. Cada pueblo, cada ciudad, tiene su abanico de pruebas populares. Salen como setas. Y esta proliferación influye muchísimo en la reciente escalada de la popularidad del 'running'. Se calcula que hay unos dos millones y medio de personas que salen a correr en nuestro país. Los que comenzaron al calor de la fiebre de estos últimos años se han visto arrastrados casi inevitablemente hacia el circuito de las carreras populares. Cada vez hay más carreras y más participantes en las carreras, un círculo vicioso que se retroalimenta con una idea muy extendida: correr implica competir.

“Antes, los aficionados no se apuntaban a las carreras por vergüenza, porque hace 10 o 15 años te apuntabas a un 10k y si tardabas más de una hora en llegar, ya estaban desinflando el arco de meta. Ahora, la gente se apunta en masa a las carreras porque el nivel general es mucho más bajo". Lo cuenta Alex Calabuig, director de la revista 'Runners' y espectador privilegiado de la evolución de la carrera a pie en los últimos 20 años. Esta progresión indica dos cosas, que estamos viviendo un 'boom' de este deporte y que muchos corredores populares participan en pruebas para las que no están preparados.

Los propios organizadores alimentan esta tendencia, al no exigir marcas mínimas ni poner límites de tiempo para entrar en meta. Cuantos más corredores se presenten, mejor. Y mientras, los precios de la inscripción aumentan año a año. Esta utilización de las carreras a nivel económico ha hecho mella en muchos aficionados, que se rebelan y saltan a correr sin dorsal. Una de las carreras que se han visto empañadas por la polémica ha sido la San Silvestre Vallecana, precisamente una cita caracterizada por su ambiente festivo. Nike comenzó a patrocinarla en 1997, cuando corrían 6.500 corredores frente a los 35.000 de la última edición, y desde entonces ha ido monopolizando poco a poco inscripciones y web. Los asiduos a la San Silvestre critican los abusos de la marca a la hora de pedir, por ejemplo, ser usuario registrado de sus aplicaciones para poder inscribirse. Incluso se llegó a insinuar que habría que emplearlas durante la carrera. Desde el comienzo de la crisis, allá por 2007, el precio de la inscripción ha aumentado en más de un 50%, de seis euros a 21.

Pese a todo, el hecho es que hoy se celebran en España dos veces más carreras populares de las que había en 2008. La maratón es la prueba que mejor ilustra esta tendencia. De ser el formato más exigente, solo reservado a unos pocos, se ha convertido en la nueva aventura urbana multitudinaria que todo aquel que salga a correr debería plantearse hacer alguna vez en la vida.

Behobia San Sebastián

Una de las carreras más veteranas de España, con su primera edición (1919) a punto de cumplir 100 años. A lo largo de los 20 kilómetros que separan el barrio irunés de Behobia de la capital guipuzcoana no se superan los 80 metros de altitud, pero la Behobia es una de las pruebas más duras del calendario con su recorrido quebrado. Un reto que exige un estado físico óptimo y en el que ya se han dejado la vida algunos participantes por paradas cardiacas y cardiorrespiratorias. En 2002, un joven de 23 años, A. Torrente, falleció de un paro cardiaco a pocos metros de la meta. En 2010, fue Cesar E.B., un vizcaíno de 40 años que disputaba la prueba por sexta vez. En 2013, A.E., una navarra de 30 años. En la última edición, el pasado noviembre, perdió la vida J.J.S., otro navarro de 31 años.

San Silvestre Vallecana

Esta carrera popular de 10 km que se celebra en Madrid cada 31 de diciembre es una de las citas más emblemáticas del atletismo popular, y la más multitudinaria de todas las San Silvestres. La primera edición data de 1964 y, como muchas grandes ideas, nació en un bar. Antonio Sabugueiro y un grupo de amigos la bautizaron con el nombre de Gran Premio de Vallecas inspirándose en la carrera que se corría en la brasileña ciudad de São Paulo. En esa primera edición, tomaron la salida 57 corredores, todos profesionales, aunque pocos años después se hizo popular. Hasta 1981 no hubo categoría femenina, aunque sí era normal la participación de madrinas de la prueba como Bárbara Rey, Rocío Dúrcal o Rocío Jurado.

Maratón de Madrid

El maratón madrileño es una de las citas más veteranas de esta categoría en España; su primera edición data de 1978. El gran desnivel, sobre todo a partir del kilómetro 30, le ha dado fama de ser uno de los más duros y menos populares, pese a lo cual la participación no ha cesado de aumentar. Según el Instituto de Estudios Turísticos de Madrid, solo los visitantes extranjeros dejaron 28.094.906,13 euros en la ciudad en la semana previa a la última edición. En ese cálculo no cuentan a los 16.239 madrileños que se repartieron entre los 10k, la media maratón y la maratón, aunque se estima que cada uno gastó 119 euros de media.

Zurich Maratón de Barcelona

La cita maratoniana de Barcelona es la primera de España en número de participantes (que no de llegados a meta) y la cuarta de Europa después de París, Londres, Berlín y Estocolmo. Suele atraer a muchos aficionados por el atractivo de un recorrido llano y asequible y una ciudad que de por sí es un reclamo turístico internacional. El objetivo de sus organizadores es dar cabida hasta a 30.000 corredores con algunos retoques en el circuito.

Zurich Maratón de Sevilla

Sevilla presume de tener el circuito de maratón más llano de Europa, un aliciente para lograr grandes marcas. Parece que ha funcionado, porque la participación no deja de crecer en esta carrera que transcurre por el centro histórico de la ciudad. En la edición de este año, la cita dejó 9,4 millones de euros en las arcas sevillanas. La mayoría de los 13.160 participantes provenían de fuera de Sevilla, y se contabilizaron hasta 75 nacionalidades distintas.

Maratón de Valencia Trinidad Alfonso

La historia del maratón valenciano está estrechamente unida a la de la Sociedad Deportiva Correcaminos, uno de los clubes deportivos pioneros del atletismo popular a finales de los setenta. La prueba valenciana ostenta un doblete histórico de plusmarcas de maratón en suelo español: en 2015, el keniata John Nzau Mwangangi firmó una marca de 2:06:13, un minuto menos del récord establecido en 2013 por Félix Kipkemoi Keny. Esto lo convierte en la prueba de maratón más rápida de España. Además, en esa misma edición, la prueba dejó 17 millones de euros en la ciudad y 400 puestos de trabajo, según la organización.