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Cómo aumentar el capital cognitivo
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Cómo aumentar el capital cognitivo

La mejor manera de proteger la memoria es procurar que nuestro cerebro esté acostumbrado a resolver el mismo problema de varias maneras

Foto: La memoria puede entrenarse. (istock)
La memoria puede entrenarse. (istock)

La semana pasada les hablé de la “reserva cognitiva” que, al parecer, impide la aparición de síntomas de algunas enfermedades neuronales como el alzhéimer. Explicaría por qué personas, cuyas autopsias revelaron que padecían la enfermedad, no habían mostrado ningún trastorno. El profesor David Bennet, director de los famosos “estudios sobre monjas” –el Religious Orders Study, de la Rush University– ha investigado los factores que protegen a las personas de esa devastación patológica. No impiden la aparición de la enfermedad, sino de sus efectos. Bennet considera que la educación puede hacer al cerebro más adaptable y flexible, permitiéndole de esa manera resistir mejor a la enfermedad. 

Yaakov Stern investiga la manera de aumentar ese capital cognitivo, algo que tiene enorme interés para todos. Sostiene que hay dos tipos de reserva cognitiva. Utilizando la comparación con los ordenadores, podríamos decir que el primer tipo se refiere al hardware, es decir, a la capacidad física del computador, al tamaño del cerebro. El segundo se parece al software, es decir, a la manera de usar el ordenador. Si aprendemos a usarlo mejor, alcanzaremos mejores desempeños. “Hemos evaluado el efecto de 13 actividades –indica– que combinan elementos intelectuales, físicos y sociales. Algunas de las actividades más eficaces fueron leer, visitar a los amigos o familiares, ir al cine o a restaurantes, pasear por placer o ir de excursión. Hemos comprobado que el grupo con alto nivel de actividades de ocio presentaba un 38% menos de riesgo (controlados los restantes factores) de desarrollar los síntomas de alzhéimer. Y para cada actividad adicional el riesgo se reducía un 8%. En especial, hay algo que vemos ahora con claridad: el ejercicio físico mejora la actividad cognitiva”.

Cómo aumentar la reserva cognitiva

Los autores están de acuerdo en los mecanismos protectores. Las personas con niveles educativos más altos y mejor estatus económico pueden vivir en ambientes menos estresantes. Una mayor escolarización produce una mayor conectividad neuronal en las primeras etapas de su vida, que persiste a lo largo de los años. Una mayor educación puede estar relacionada con una mayor actividad intelectual y mayor crecimiento neuronal durante toda la vida. Los logros educativos bajos probablemente estén relacionados con situaciones que incrementan el riesgo de demencia durante la vida.

El estudio de la reserva cognitiva nos proporciona una clave para mejorar la educación

Para aumentar la reserva cognitiva, Shlom Breznitz, de la Universidad de Haifa, recomienda dos actitudes básicas:

1. Fíjese retos: trabaje con sus debilidades, vaya por la ruta menos transitada, procure trabajar con su mano no dominante (si es diestro, con la zurda) y cambie sus puntos de vista.

2. Sea un gato curioso: vuelva a la escuela, haga un viaje, explore sus fortalezas o tenga un hobby.

Creo que el modelo de inteligencia que estamos elaborando en la Universidad Nebrija proporciona mejores soluciones. Suponemos que la mejor manera de proteger la memoria es procurar que todos los conocimientos o habilidades estén relacionadas con muchas redes neuronales, y que nuestro cerebro esté acostumbrado a resolver el mismo problema de varias maneras. Se trata de configurar sistemas redundantes. Les explicaré la razón con un ejemplo muy elemental. Supongamos que usted puede comunicarse por teléfono móvil, teléfono fijo, telégrafo, correo y paloma mensajera. Si un accidente –el alzhéimer, por ejemplo– inutiliza los tres primeros canales, aún le queda el correo y la paloma mensajera. Son más lentos, pero cumplen su cometido. En cambio, si sólo tiene una vía de comunicación, su situación es más vulnerable.

El estudio de la reserva cognitiva nos proporciona una clave para mejorar la educación. La flexibilidad, la pluralidad de modos de resolución de un problema, el enlace múltiple de redes, permiten a la persona sana tener mejores y más creativas ideas y es posible que permitan a enfermos mantener una vida normal. Hay que seguir investigando sobre el tema pero, por ahora, son estupendas noticias.  

La semana pasada les hablé de la “reserva cognitiva” que, al parecer, impide la aparición de síntomas de algunas enfermedades neuronales como el alzhéimer. Explicaría por qué personas, cuyas autopsias revelaron que padecían la enfermedad, no habían mostrado ningún trastorno. El profesor David Bennet, director de los famosos “estudios sobre monjas” –el Religious Orders Study, de la Rush University– ha investigado los factores que protegen a las personas de esa devastación patológica. No impiden la aparición de la enfermedad, sino de sus efectos. Bennet considera que la educación puede hacer al cerebro más adaptable y flexible, permitiéndole de esa manera resistir mejor a la enfermedad. 

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