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Permitir a los perros que huelan les ayuda a pensar positivamente
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Permitir a los perros que huelan les ayuda a pensar positivamente

Si eres de los que tiran de la correa cada vez que su mascota se aproxima a olfatear algo, deberías dejar de hacerlo: tiene que conocer el mundo usando sus sentidos

Foto: Siguiendo un rastro. (iStock)
Siguiendo un rastro. (iStock)

Si tienes perro, probablemente cada vez que lo saques a pasear tengas que tirar de la correa cuando intenta olisquear una farola, un poco de césped o directamente el trasero de otro compañero perruno. Es algo tan natural como su iniciativa de oler aquello que hay a su alrededor, ni siquiera pensamos en ello: simplemente le estrangulamos un poco para evitar que se acerque a algún lugar.

Sin embargo, si se trata de una práctica bastante común en tu rutina, quizá es momento de parar. La nariz de un perro es, literalmente (bueno, no literalmente) una obra de arte, y necesita usarla. Se ha estimado, según informa 'Psychology Today' que alrededor del 33% del tiempo que se mueven de un lado a otro lo hacen oliendo cosas, pues así es como recogen información sobre el lugar en cuestión y quién ha estado ahí, incluso si los individuos caninos que lo han pisado son grandes o si las hembras son reproductivamente activas.

Los canes que habían potenciado el olfato sirvieron para que se volvieran más autónomos, se comportarán de manera más natural y tomaran elecciones activas

Por tanto, permitir que se tomen su tiempo para conocer a los demás (antes de las interacciones cara a cara) podría ayudarles a que esas introducciones y bienvenidas fueran mejores, y a favorecer sus comportamientos sociales. Aunque pensamos que los canes viven una vida idílica en nuestra casa encerrados, llevando nuestros horarios y haciéndose pis en el parqué, en realidad puede que no sea así del todo. Por eso mismo, quizá podrías alegrar un poco su vida dejándoles que olisqueen.

Según explica la doctora Zazie Todd: "Un reciente estudio de investigación al respecto utilizó un sesgo cognitivo para comprobar esta hipótesis. Un grupo de perros fueron entrenados de dos maneras distintas, mientras tanto, se colocaron dos recipientes: uno siempre contenía comida mientras que el otro se mantenía vacío. Uno de los grupos de perros se entrenó para que olfatearan mientras que el otro se entrenó para obedecer distintas órdenes. Se comprobó entonces que los canes que habían potenciado el olfato sirvieron para que se volvieran más autónomos, se comportarán de manera más natural y tomaran elecciones activas, todo factores clave para el bienestar animal".

Foto: Una mujer vende carne de perro en un mercado. Foto: EFE Luong Thai Linh

"Los estudios al respecto muestran que es importante darle a nuestros perros ciertas opciones y oportunidades para tomar sus propias decisiones y posibilidades de usar su nariz. Hacerlo es bueno para su bienestar, por lo que es probable que el entrenamiento de olfateo condujo a mejores resultados que el entrenamiento de obediencia", añade.

En otras palabras, limitar la libertad de los perros no es en absoluto buena idea. No permitir que usen sus sentidos es una forma de privación sensorial que puede influir en su estado de ánimo. Nuestras mascotas recogen una gran cantidad de información mediante el hocico, por lo que es importante dejarles descubrir el mundo igual que nosotros mismos lo hacemos.

Si tienes perro, probablemente cada vez que lo saques a pasear tengas que tirar de la correa cuando intenta olisquear una farola, un poco de césped o directamente el trasero de otro compañero perruno. Es algo tan natural como su iniciativa de oler aquello que hay a su alrededor, ni siquiera pensamos en ello: simplemente le estrangulamos un poco para evitar que se acerque a algún lugar.

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