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7 cosas que solo puede entender la gente que es impuntual por naturaleza
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7 cosas que solo puede entender la gente que es impuntual por naturaleza

Tenemos los testimonios de tardones crónicos para poner las cosas en orden y defender(nos) a este sector de la población. No te hacemos esperar adrede, pero nos pasan cosas

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El diseñador Marc Jacobs, la cantante Mariah Carey e incluso la leyenda Marilyn Monroe son miembros del club de los tardones, al que una vez que te adhieres es imposible salir. Estamos hablando de personas que no solo se retrasan cinco o diez minutos. No. Si no de aquellos que llegan siempre (SIEMPRE) tarde. Si tú también lo eres, lo no te preocupes: no estás solo. En 'Prevention' han recopilado el testimonio de tardones crónicos con el objetivo de "poner las cosas en orden" y defender(nos) a este pequeño sector de la población.

"Como un miembro del club, entiendo que la gente se moleste o que eleve los ojos cuando finalmente llegamos, pero hay muchas cosas sobre nosotros que no sabéis", escribe la redactora Allison Young, y detalla algunas características que tienen las personas que llegan irremediablemente siempre tarde. Querido lector tardón, comparte este artículo con aquellos que te recriminan siempre tu impuntualidad. Todo tiene su explicación.

"Manejamos mal el tiempo"

"No creemos que nuestro tiempo sea más importante que el suyo, simplemente tenemos problemas para manejarlo". Y es cierto. Hay un montón de razones por las que llegamos tarde, pero ser idiotas no es una de ellas. "Intento abarcar demasiadas cosas", dice Maggie, que puede retrasarse de dos minutos a dos horas. "Creo que siempre hay tiempo para hacer X, Y o Z, hasta que no queda tiempo y me veo saliendo de casa corriendo".

Es exasperante cuando tienes que esperar, pero también lo es cuando haces todo lo posible por salir a tiempo y al final acabas llegando tarde

Al respecto, la ciencia asegura que las personas que suelen llegar tarde son más propensas a ser multitarea; por ello les resulta más fácil concentrarse bajo presión pero son muy malas para estimar cuánto tiempo les llevará hacer las cosas.

"Nos enfadamos con nosotros mismos"

Sí, es exasperante cuando alguien te hace esperar, pero también lo es cuando haces todo lo posible para salir a tiempo y al final acabas llegando tarde igualmente. Sabemos que es nuestra culpa (y del tráfico), pero una combinación de buenas intenciones y mala ejecución puede hacer que nos enfademos más con nosotros mismos. "Me enfado porque lo hago todo el tiempo, es un hábito", dice Lorene. "No estoy en el coche, tranquila, sabiendo que voy tarde. Estoy maldiciéndome todo el camino", añade Julie.

"Es una sensación agotadora"

El estómago en la garganta. Latidos del corazón. Ansiedad. La mayoría de las veces, así es como llegamos... y no es para nada divertido. Lorene tiene sueños con volar al trabajo con su maletín, bolso, una taza de café, llaves y teléfono en la mano. Maggie lo pasa peor, pues esa ansiedad por llegar tarde no se le pasa en todo el día.

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Y aunque el retraso en el trabajo trae consigo la amenaza de ser despedido, ese sentimiento de pánico también se produce cuando uno se enfrenta a posibilidad de estar perdiendo un vuelo, la incomodidad de llegar tres horas tarde a recoger a los niños, y un largo etcétera.

"El whatsapp es la salvación"

"Llegando". "¡Hay mucho tráfico...!". "Casi estoy, cinco minutos". Sabemos que los mensajes de móvil no se inventaron para nosotros, pero a veces uno siente como si fuera así de verdad. "Ponerlo por escrito y no decirlo a viva voz lo hace mucho más fácil", asegura Morgan. "Simplemente, les puedes hacer saber antes de tiempo que vas a llegar tarde".

"Es muy molesto cuando apareces temprano"

Queridos puntuales, a nosotros tampoco nos gusta que lleguéis antes de tiempo. Nunca lo decimos, pero aquí lo tenéis: llegar temprano es tan grosero como llegar tarde. Si hemos quedado a las 7 de la tarde, no os presentéis a las 6:45 con alguna excusa. Dáros una vuelta a la manzana. Lo que conseguís es que cambiemos todos nuestros planes y acortemos lo que teníamos planeado hacer en esos 15 (o 25) minutos que nos habéis robado.

Los impuntuales son propensos a ser multitarea; por ello les resulta más fácil concentrarse bajo presión pero son muy malos controlando el tiempo

"A veces es bueno llegar tarde"

Ser impuntual no es del todo malo. "En algunas situaciones sociales, llegar tarde es bueno", dice Maggie. Morgan coincide: "Te ahorras la tensión del principio, cuando el anfitrión está aún preparando las cosas o cuando la gente comienza a presentarse".

"No te juzgaremos cuando llegues tarde"

No somos como vosotros. Si un día llegas tarde, o dos, nunca te lo echaremos en cara. Son cosas que pasan. De pronto a tu caballo le ha dado por no querer andar, has tenido reunión de padres de tu hijo imaginario o te has quedado atascado en el ascensor que no tiene tu bloque. No pasa nada, somos comprensivos. Y cuando por fin aparezcas abatido, implorando miles de perdones, no tendrás una recriminación por nuestra parte. Tal vez solo una sonrisa condescendiente.

El diseñador Marc Jacobs, la cantante Mariah Carey e incluso la leyenda Marilyn Monroe son miembros del club de los tardones, al que una vez que te adhieres es imposible salir. Estamos hablando de personas que no solo se retrasan cinco o diez minutos. No. Si no de aquellos que llegan siempre (SIEMPRE) tarde. Si tú también lo eres, lo no te preocupes: no estás solo. En 'Prevention' han recopilado el testimonio de tardones crónicos con el objetivo de "poner las cosas en orden" y defender(nos) a este pequeño sector de la población.

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