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Todas las parejas que funcionan lo logran exactamente por las mismas razones
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LA GUÍA DE MARK MANSON

Todas las parejas que funcionan lo logran exactamente por las mismas razones

Una semana antes de casarse, el escritor preguntó a sus contactos cuáles eran las claves del éxito matrimonial. Estas son las conclusiones que extrajo de las 1.500 respuestas

Foto: ¿Qué han hecho para llegar hasta aquí? (iStock)
¿Qué han hecho para llegar hasta aquí? (iStock)

A estas alturas de la vida, es muy probable que haya leído unas cuantas decenas de artículos sobre los secretos de los matrimonios que funcionan. Quizá le hayan sido de cierta ayuda, pero también es posible que haya terminado confundido, ya que muchas de estas lecciones no solo no son complementarias, sino que resultan algo contradictorias. Al fin y al cabo, hay una fórmula perfecta del éxito marital por cada pareja que ha permanecido junta más de 30 años (y aunque cada vez sean menos, son unas cuantas).

Con el objetivo de separar el trigo de la paja, Mark Manson, autor de, entre otros, 'The Subtle Art of Not Giving a Fuck' (HarperOne), le preguntó el año pasado a su lista de contactos, justo una semana antes de casarse, cuáles eran las lecciones que habían aprendido después de años de convivencia con sus parejas. El resultado, elaborado a partir de 1.500 respuestas (algunas de varios folios de longitud) se ha convertido en uno de los grandes artículos virales de 2017. En parte por no caer en (demasiados) tópicos, pero también, por dar constantemente con la tecla correcta.

Muchos de los divorciados lamentaban haberse casado por primera vez por presiones externas, por escapar de la soltería o por simple imagen

Una vez Manson recibió todas las respuestas, empezó a darse cuenta de que eran “tremendamente repetitivas”. En otras palabras, que los miles y miles de consejos podían resumirse en un puñado que eran comunes a las vivencias de todas estas personas, en apariencia muy diferentes entre sí… “Pero que terminaban diciendo la misma docena de cosas”. Estos son los 12+1 factores que garantizan una relación larga, saludable y feliz.

1. No hacerlo por razones equivocadas

Antes de saber qué hay que hacer, mejor descubrir qué no hay que hacer bajo ningún motivo: casarse con una persona por las razones equivocadas, algo que solían lamentar aquellos que lo habían hecho dos o tres veces. Principalmente, porque para que una relación funcione debe admirarse a la persona con la que estamos, y es muy difícil que eso ocurra si hemos terminado con ella por razones externas.

¿Cuáles son las razones incorrectas más comunes? La presión por parte de los amigos y los familiares, escapar de la soltería de manera desesperada, estar con alguien por la imagen o ser tan inocente de pensar que el amor siempre sale adelante. Algo muy habitual es comenzar a salir con alguien como forma de autoayuda… Lo que, como explica Manson, “inevitablemente lleva a la codependencia, una dinámica poco saludable y dañina entre dos personas que tácitamente están de acuerdo en utilizar el amor de los demás para distraerse del odio hacia sí mismos”.

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Foto: iStock.

2. Expectativas realistas

El amor romántico es un peligro, advierte Manson. Se trata de un estado de enajenación transitoria que muy sabiamente la naturaleza impone en nosotros para ayudarnos a procrear… pero que al mismo tiempo es tremendamente irracional y que nubla, hormonas mediante, nuestro juicio. “El amor romántico es una trampa diseñada para conseguir que dos personas pasen por alto los defectos del otro el suficiente tiempo como para poder fabricar algún bebé”, señala de forma irónica.

Otra cosa es el amor verdadero, “inmune a los caprichos emocionales o las modas” y que, a diferencia del otro, es una elección. Este se encuentra definido por el compromiso, tanto hacia la otra persona, sean cuales sean sus circunstancias, como al hecho de que esta persona no siempre te va a hacer feliz.

3. El respeto es lo más importante

La mayoría de personas que llevaban con sus parejas entre 10 y 15 años solían contestar que lo más importante para el funcionamiento de sus relaciones era la comunicación. La cosa, sorprendentemente, empezaba a cambiar a medida que la duración del matrimonio se elevaba hasta los 20, 30 o incluso 40 años, cuando la comunicación empezaba a dar paso al respeto.

“Mi sensación es que esa gente ha descubierto que la comunicación, no importa lo abierta, transparente o disciplinada que sea, siempre se romperá en algún momento”, escribe Manson. No siempre es posible eludir el conflicto, y alguno de los dos (o ambos) se sentirá mal. Es en ese momento en el que el respecto hacia la otra persona –o hacia uno mismo– marcará la diferencia.

Si contamos lo que nos molesta, no solo solucionaremos el problema, sino que generaremos confianza e intimidad

¿Cuáles son las líneas rojas? No quejarte de tu pareja o meterte con ella cuando no está presente, respetar sus puntos de vista, 'hobbies' e intereses, admitir que las opiniones de ambos tienen el mismo peso y que no haya secretos entre ambos.

4. Hablad de todo

Manson recibe cada semana un buen puñado de correos electrónicos en los que sus lectores le piden consejo sobre diversos aspectos de la vida; sobre todo, de la comunicación con su pareja. El escritor respondía a todos de la misma manera: “Coge este correo electrónico que acabas de enviarme, imprímelo y muéstraselo a tu pareja. Entonces vuelve a preguntarme”.

La clave se encuentra en manifestar todo aquello que nos inquieta o preocupa, no solo para solucionarlo, sino también porque es una manera de construir confianza e intimidad. Y la confianza es esencial a largo plazo, sobre todo porque, cuando pasamos décadas con una persona, deberemos fiarnos de ella para cuidar a nuestros padres, criar a nuestros hijos o aguantar sus manías. “Cuanto más profundo sea el compromiso, cuanto más entrelazadas estén vuestras vidas, más tendrás que confiar en tu pareja para que actúe en tu interés cuando no estés”.

Cuatro sencillos consejos para comunicarte mejor: si algo te molesta, dilo; comparte con tu pareja los pensamientos espinosos que tanto te cuesta exponer a los demás; cumple tus promesas; y aprende a distinguir entre el comportamiento aparentemente sospechoso de tu pareja y tu propia inseguridad.

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5. Una pareja feliz = dos individuos sanos

En todas las relaciones, ambos miembros deben realizar sacrificios. El problema, recuerda Manson, aparece cuando “toda la felicidad de la relación depende de la otra persona y ambos se encuentran en un constante estado de sacrificio”. Como explica Karen, una de las personas que escribieron al terapeuta, “las relaciones de mierda son estables porque ambos están atrapados en un pacto implícito por el cual toleran el mal comportamiento de los demás a cambio de tolerar el suyo, y ninguno de los dos quieren”.

De ahí la fórmula que encabeza el epígrafe. Por muy cercanos que nos sintamos a nuestra pareja, seguimos siendo individuos, es decir, “gente con su propia identidad, sus propios intereses y puntos de vista, y cosas que hacen solos en su tiempo libre”.

6. Deja espacio a tu pareja

Es uno de los consejos más repetidos por parejas de todas condiciones y edades, y que puede abarcar una larga serie de comportamientos: desde salir de fiesta por separado un día a la semana a tener diferentes cuentas corrientes, dormir cada uno en una habitación o irse de vacaciones de verano cada uno por su lado (algo que el propio Manson hace y que considera que ha garantizado la salud de su relación).

Un día, dentro de mucho, te levantarás y tu esposa será una persona diferente, así que asegúrate de que también te enamoras de ella

Una vez más, se trata de una cuestión de confianza: “Si no puedes fiarte de que tu marido se vaya de viaje a jugar al golf con sus colegas, o tienes miedo de dejar que tu mujer se vaya a tomar una copa después del trabajo, ¿qué clase de respeto tienes hacia su habilidad para comportarse correctamente ellos solos?”

7. Todos cambiamos; aprende a aceptarlo

En una de las cartas que recibió, uno de sus lectores le contaba que en su boda, un pariente mayor le explicó que “un día, dentro de mucho tiempo, te levantarás y tu esposa será una persona diferente, así que asegúrate de que también te enamoras de ella”. Es una bella manera de resumir que el cambio está asociado con el tiempo, y que tanto nosotros como nuestro compañero seremos muy diferentes.

No tiene por qué ser simplemente una evolución en los gustos o las preferencias personales, sino también un cambio drástico propiciado desde fuera. Los contactos de Manson exponían una larga lista de aspectos que pueden variar con el tiempo: religión, país, ideas políticas, la muerte de familiares (incluso hijos), padres que envejecen… o, incluso, preferencias sexuales y de género.

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8. Pelea bien

El escritor recuerda el clásico experimento de John Gottman, el gran investigador del éxito en la vida en pareja, en el cual juntaba a un matrimonio en una habitación y les pedía que peleasen. Gracias a su experiencia, el autor de 'Siete reglas de oro para vivir en pareja' terminó siendo capaz de predecir qué parejas iban a divorciarse y cuáles iban a seguir juntas a partir de la manera en que se enfrentaban.

¿Cuáles eran exactamente los cuatro jinetes del apocalipsis que determinaban que un matrimonio no iba a terminar bien? La crítica al carácter de la persona (“eres tonta”), ponerse a la defensiva (“me tengo que enfadar porque siempre estás igual”), el desprecio (hacer que la pareja se sienta inferior) y las evasivas (ignorar los argumentos de la otra persona).

Cuatro consejos que proporciona el autor para evitar que esto ocurra: nunca insultar o definir a tu pareja con una palabra; no recuperar viejas discusiones o sacar a relucir antiguos trapos sucios; si la situación se sale de madre, dejarlo y contar hasta diez; y recordar que lo importante no es siempre tener razón.

9. Perdona

Si has discutido con tu marido o esposa y te han dado la razón, déjalo ya y cállate; no hace falta que se lo restriegues por la cara. Como recuerda Manson, la principal lección que aprendió de la obra de Gottman era que las parejas más felices no siempre cerraban todas sus desavenencias ni resolvían sus problemas; simplemente, aprendían a vivir con ellos. Por el contrario, “las parejas que necesitan ponerse de acuerdo en todo terminan pasándolo mal y rompiendo”.

Cosas tan sencillas como decir “te quiero” o dar la mano mientras se ve una película pueden marcar una gran diferencia

Es tan sencillo como intentar, en la medida de lo posible, no cambiar a la otra persona y aceptar sus diferencias. La pareja perfecta, señala el escritor, “no es aquella que no genera ningún problema en la relación, sino alguien que provoca problemas a los que no te importa enfrentarte”. Tres cosas que debemos recordar: cuando una discusión se acaba, se acaba para siempre; no hay un marcador como en un partido de fútbol, nuestro objetivo no es ganar el partido; y cuando tu pareja haga algo mal, distingue ese comportamiento de sus verdaderas intenciones.

10. Las cosas pequeñas importan

Tan esencial es dejar de lado los insignificantes detalles negativos como no dejar de realizar pequeños gestos que parecen prescindibles pero que apuntalan la relación, especialmente después de tener hijos. Se trata de cosas tan sencillas como “decir 'te quiero' antes de acostarse, cogerse las manos durante una película o hacer pequeños favores”. Puede costar cierto esfuerzo, pero muchos de los testimonios reconocían obligarse a tener una cita con su pareja o salir de escapada de fin de semana regularmente.

11. El sexo importa mucho

Uno de esos puntos en los que parece no haber acuerdo. Aunque haya quien relativice la importancia de este aspecto, las respuestas a Manson sugerían que era clave a cualquier edad y en cualquier relación. Para él, se trata de un termómetro de la salud de la relación. Cuando va bien, el sexo es bueno. Cuando no, y hay “problemas sin resolver y emociones negativas”, es lo primero que se deja de lado.

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Pero también puede funcionar en el sentido opuesto, es decir, como una herramienta para suavizar las tensiones. Algunos de los testimonios señalan que cuando la cosa empieza a ponerse fea, tienen el pacto tácito con sus parejas de hacer el amor, lo cual contribuye a ver las cosas desde otro punto de vista.

12. Sé práctico y diseña reglas

Ambos consejos pueden parecer contradictorios, pero no lo son. Por una parte, Manson recuerda que es “práctico” establecer ciertas reglas para convivir de manera justa, por ejemplo en cuestiones como cuánto dinero se puede gastar cada cual en caprichos o qué decisiones se pueden tomar independientemente y cuáles se deben consultar con la pareja. Incluso hay quien lleva a cabo una revisión de objetivos anual con su pareja.

Eso no quiere decir que la ley sea inquebrantable, y que en muchos casos no resulte preferible ser prácticos. En resumidas cuentas y llevándolo al absurdo, por mucho que alguien tenga asignado en una semana dada ir a hacer la compra y el otro gestionar por teléfono las facturas, y el primero se ha roto la pierna, quizá sea poco razonable obligar al lesionado a ir al supermercado con muletas.

13. Surfea

Una enfermera escribió a Manson citando a uno de sus pacientes, un anciano de casi 90 años que un día le explicó cómo había conseguido pasar tanto tiempo al lado de su mujer: “Las relaciones son como las olas, necesitas aprender cómo surcarlas”. Todas las relaciones son sacudidas por eventos externos sobre los cuales no tenemos ningún control: perder el trabajo, la muerte de familiares cercanos, las mudanzas, enriquecerse o empobrecerse. “La clave”, concluye Manson, “es entender que muy pocas de estas olas tienen que ver con la calidad de la relación en sí”.

A estas alturas de la vida, es muy probable que haya leído unas cuantas decenas de artículos sobre los secretos de los matrimonios que funcionan. Quizá le hayan sido de cierta ayuda, pero también es posible que haya terminado confundido, ya que muchas de estas lecciones no solo no son complementarias, sino que resultan algo contradictorias. Al fin y al cabo, hay una fórmula perfecta del éxito marital por cada pareja que ha permanecido junta más de 30 años (y aunque cada vez sean menos, son unas cuantas).

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