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Dije que sí a todo durante un año y esto fue lo que pasó
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Cuando no hay elección

Dije que sí a todo durante un año y esto fue lo que pasó

La protagonista de esta historia descubrió que analizaba en exceso las decisiones que tomaba. Ante su insatisfacción decidió dar un giro radical a su vida

Foto: Si solo afirmas, tienes que adaptarte al nuevo desafío. (iStock)
Si solo afirmas, tienes que adaptarte al nuevo desafío. (iStock)

“Empecé en un nuevo trabajo, pero me sentía bastante perdida. Involucrándome en lo que interiormente me pareció un gran acto de amor propio, decidí abrazar todo lo que necesitaba hacer ese año (sin una razón de fondo). Si tenía el tiempo y la capacidad financiera para llevarlo a cabo, diría siempre que sí, y resolvería los detalles más tarde”.

Así comienza su narración Karen Schneider, una ejecutiva que trabaja en el mundo de la distribución vinícola reconvertida ahora, como consecuencia de su curiosa resolución, en periodista.

Dejar de repensar las cosas significa mostrarnos vulnerables, pero también más abiertos de mente y conectados con el mundo

Esta mujer relata cómo fue su particular experimento al medio ‘The Muse’. Tras esta prueba llevada al extremo, Karen reconoce que no siente remordimiento alguno y que por el contrario ha conseguido aclarar muchas de las dudas que oprimían su mente. ¿En qué consistió su proceso y cómo modifico su existencia?

Los primeros momentos

Como en todos los cambios de conducta, Karen cuenta que el inicio fue particularmente incómodo e incluso llegó a aterrorizarla. Abrazar la doctrina de "decir sí" comportaba superar su particular tendencia a sobreanalizar todas las opciones que hasta entonces había tomado en su vida.

La periodista invita, sin embargo, a entender la adrenalina como un estimulante, más que como un freno ante el miedo. Dejar de repensar las cosas significa mostrarnos vulnerables, pero también más abiertos de mente y más conectados con el mundo.

Me di cuenta de que podía quedarme en mi caja, pero me seguiría equivocando igualmente

Para Karen, cuando se elimina la complejidad de tener que tomar decisiones, la vida se vuelve menos estresante y te sientes más libre para centrarte en aquello que te resulta fundamental. Al no existir la posibilidad de rechazo se abrieron, al mismo tiempo, más oportunidades.

Actuar es distinto que imaginar

“Siempre soñé con escribir, pero no estaba segura de por dónde empezar. Decidí iniciar un blog, y empecé a mandar mis artículos a diferentes medios online”. Confiesa Karen con estas palabras que fantasear es a veces un truco que tiene nuestra mente para relegar una necesidad. Como sucede con el desplazamiento en el psicoanálisis, redirigimos con frecuencia, a través de la imaginación, la realización de lo que nos inquieta en vez de acometer su culminación.

Si uno dice sí a las situaciones que rehúye, tendrá que ajustarse, automáticamente, al nuevo reto que ha asumido

No hay duda de que el miedo al fracaso juega también un importante papel. ¿Qué pasaría, sin embargo, si en vez de adoptar ese miedo, uno probara a fallar de manera estrepitosa? ”Me di cuenta de que podía quedarme en mi caja, pero me seguiría equivocando igualmente”.

Cuenta como ejemplo la resolución que tomó a la hora de presentar un nuevo proyecto a su empresa. Tras entregar el consiguiente dossier y llevar a cabo la presentación, el director le preguntó si sabía cuál era la situación de sus competidores, algo que la dejó con la mente en blanco. “Estaba tan excitada que olvidé una pregunta tan simple”. Su idea no salió adelante, pero reconoce que aprendió una valiosa lección para sus futuras propuestas.

Nuevas habilidades

El ser humano es el animal que mejor se sabe adaptar a su entorno. Si uno dice sí a las situaciones que rehúye, automáticamente tendrá que ajustarse al nuevo reto que ha asumido. Esta simple acción lleva a que a veces descubramos que aquello en lo que nos creíamos torpes, se acabe convirtiendo en una nueva competencia: “Al darme cuenta que era tímida, me animé a intentar hablar en público. Me atrevo a decir ahora que soy terriblemente buena a la hora de hacer presentaciones”

Esta mujer reconoce,con todo, que al final del proceso no ha terminado amando todo lo que intentó. Sin embargo, de forma general sí se atreve a asegurar que el resultado ha sido provechoso: "Me crucé en el camino con mucha gente que no hubiera conocido de otra manera. Decir sí me llevó a descubrir importantes lecciones que en última instancia me convirtieron en una persona más exitosa incrementándose mi felicidad”.

“Empecé en un nuevo trabajo, pero me sentía bastante perdida. Involucrándome en lo que interiormente me pareció un gran acto de amor propio, decidí abrazar todo lo que necesitaba hacer ese año (sin una razón de fondo). Si tenía el tiempo y la capacidad financiera para llevarlo a cabo, diría siempre que sí, y resolvería los detalles más tarde”.

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