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Te dejan en evidencia: las 12 palabras que utilizas mal cuando hablas inglés
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TÉRMINOS QUE NO SIGNIFICAN LO QUE CREEMOS

Te dejan en evidencia: las 12 palabras que utilizas mal cuando hablas inglés

Presentamos aquí una docena de términos recogidos por el periodista Sir Harold Evans en su último libro y que los angloparlantes utilizan de manera equivocada

Foto: 'Diantres, no consigo recordar qué significaba exactamente esa palabra. Me vengaré'. (iStock)
'Diantres, no consigo recordar qué significaba exactamente esa palabra. Me vengaré'. (iStock)

Siempre que alguien se refiere a los errores en el uso del lenguaje, pensamos rápidamente en la ortografía, esas confusiones habituales entre “b” y “v” o las conocidísimas reglas del “m” antes de “b”, por poner dos ejemplos tradicionales. Es un reducto de nuestra infancia, porque lo más probable es que, de las muchas equivocaciones en que incurrimos en nuestro día a día, las ortográficas sean las menos frecuentes (y, todo sea dicho, las menos importantes).

Si somos adultos, lo más probable es que los “errores” –sería mejor llamarlos “equívocos”– sean léxicos, es decir, que hagan referencia al significado de las palabras. Si resulta reseñable es porque, siempre y cuando no seamos puristas, podemos entender la frase “se havecina tormenta porque ha caído un rallo” (aunque contenga dos errores ortográficos), pero la frase “sufre una enfermedad crónica y por lo tanto moriráresulta equívoca. Más que nada, porque “crónico” significa “largo” o “inveterado”, pero no “mortal”.

Si tenemos dos opciones, debemos usar “alternative”. Si hay más, mejor recurrir a “choices”

El célebre periodista inglés Harold Evans, editor de 'The Sunday Times' entre 1967 y 1981, acaba de publicar 'Do I Make Myself Clear? Why Writing Well Matters' (Little, Brown and Company), una guía para escribir correcta y claramente que incluye un glosario de algunos de los términos que más confusión causan. Aquí presentamos 12 de los seleccionados por 'The Guardian', que, en algunos casos (y así matamos dos pájaros de un tiro), pueden aplicarse también al uso del español.

Alibi

Muchas veces esta palabra que proviene del entorno legal se emplea como sinónimo de “excusa”, pero más bien debería emplearse como “coartada”. “Alibi” es demostrar que no estabas en un determinado lugar cuando algo que puede incriminarte ocurrió (“no estaba allí la noche de autos, señor juez”), no una mera “excusa” para no hacer algo.

Alternatives

Otra palabra que se utiliza a menudo en lugar de “choices” (“opciones”). En caso de que nos veamos obligados a seleccionar una opción entre dos posibilidades, deberemos utilizar “alternative”. Si hay un rango mayor de oportunidades de elección, debemos emplear “choice”. Aunque cuidado, porque en castellano la RAE sí define dicha palabra como “opción entre dos o más cosas”.

placeholder Sir Harold Evans en Nueva York, noviembre de 2009. (CC)
Sir Harold Evans en Nueva York, noviembre de 2009. (CC)

Continual/Continuous

Cuando dos palabras se parecen tanto, es normal que los no angloparlantes alberguen dudas, no digamos ya si aquellos cuya primera lengua es el inglés también las tiene. Por mucho que digan los diccionarios de sinónimos, “continual” estaría más cerca de “constante”, mientras que “continuous” lo está de “ininterrumpido”. De aquí que debamos utilizar “continual interruptions” (“interrupciones constantes”), pero “continuous rain”, siempre y cuando no haya dejado de caer agua ni un minuto (en ese caso, debemos decantarnos por “continual rain”).

Disinterested/Uninteresed

Los prefijos siempre confunden, pero no es lo mismo ser “neutral” (“disinterested”) que “desinteresado” (“uninterested”). Es decir, en el primer caso, el adjetivo describe a alguien imparcial, como un juez (“the judge is disinterested in the excuses of the defendant”); en el segundo, simplemente, le da igual (“Michael was uninterested in the game, so he switched off the TV”).

Gourmet/Gourmand

No todo lo que empieza por “gour-” y viene del francés es lo mismo. Un “gourmet” es, recurriendo a la RAE, una “persona de gustos exquisitos en lo relativo a la comida y a la bebida”, y dudamos mucho que le gustaría que le confundiesen con un “gourmand”. Este es “una persona que disfruta comiendo, a veces demasiado”; más bien, un glotón. Como explica el diccionario de Oxford, el significado de ambas palabras se superpone, pero “gourmand” tiene un matiz mucho más negativo.

Aunque ambos signifiquen “menos”, “less” se utiliza para términos incontables y “fewer” para contables

Inflammable/Flammable

Esta distinción nos puede parecer un poco ridícula a los hispanohablantes, teniendo en cuenta que sabemos perfectamente que “inflamable” (en castellano) significa “que se enciende con facilidad y desprende llamas”. La diferencia se encuentra en que en nuestro idioma no existe “flamable”, pero en inglés sí “flammable”, lo que puede hacernos pensar que hay una diferencia entre esta e “inflammable”. No, no la hay: ponga “inflammable” o “flammable”, no debemos acercarle una cerilla.

Insidious/Invidious

Evans explica que estas dos parecidas palabras, tanto en su escritura como en su significado, dan quebraderos de cabeza a los escritores ingleses. Ambas pueden traducirse por algo así como “artero” o “traicionero”, pero hay un importante matiz de significado, explica el periodista; mientras que el “insidious” lo hace con más disimulo, el “invidious” lleva a cabo sus fechorías de forma mucho más abierta.

Less/Fewer

Un clásico de las Escuelas de Idiomas y cursillos acelerados de inglés con el que parece que también tienen serios problemas los angloparlantes. Tan sencillo como que “less” se utiliza para cantidades incontables (como el café o el azúcar), mientras que “fewer” se emplea para términos que se pueden contar (casas, personas). Evans recuerda que nadie utiliza “fewer sugar”, pero sí se oye a menudo algo así como “less houses”.

placeholder Lo estás haciendo mal. Pero no tanto. (iStock)
Lo estás haciendo mal. Pero no tanto. (iStock)

Momentarily

En español, “momentáneamente” no es tampoco un sinónimo de “en unos momentos”, pero en inglés suele causar confusión. Si tienes dudas respecto al uso de esta palabra, nada menos que intentar sustituirla por “durante unos instantes”; si no tiene sentido, es porque la estamos empleando de forma incorrecta.

Replica/Reproduction

Por lo general, utilizamos ambos términos como si fuesen sinónimos, pero Evans nos recuerda, una vez más, que hay una sustancial diferencia entre uno y otro. Para que algo pueda considerarse una réplica, debe haber sido recreada por su autor original; de lo contrario, estamos hablando de una reproducción. Esta distinción no se realiza en castellano, en la que la réplica puede estar realizada por cualquier otra persona. La RAE define dicho término como la “copia exacta de algo, especialmente de una obra artística”.

Hemos empezado a emplear “virtually”/“virtualmente” como sinónimo de “casi todo”, cuando su significado no es exactamente ese

Sceptic/Denier

Esta confusión, más que lingüística, puede considerarse hasta argumentativa. No, el hecho de que mantengamos una posición escéptica (“desconfianza o duda de la verdad o eficacia de algo”) no quiere decir que seamos unos “negacionistas” (una traducción bastante libre de “denier”). Pedro negó tres veces a Jesucristo, pero fueron los discípulos de Emaús los que se mostraron un tanto escépticos.

Virtually

Terminamos con otro de esos términos que también se emplean de manera incorrecta en español. “Virtualmente” significa, recurriendo a la RAE, “tácitamente, implícitamente” o “casi, a punto de, en la práctica, en la realidad”. Sin embargo, hemos empezado a emplearlo como sinónimo de “casi todo”, cuando su significado no es exactamente ese. Es decir, resulta adecuado señalar que alguien es “virtualmente nuevo jugador del Real Madrid”, porque está a punto de ser fichado, pero no tanto decir que “nos hemos bebido virtualmente todas las cervezas”.

Siempre que alguien se refiere a los errores en el uso del lenguaje, pensamos rápidamente en la ortografía, esas confusiones habituales entre “b” y “v” o las conocidísimas reglas del “m” antes de “b”, por poner dos ejemplos tradicionales. Es un reducto de nuestra infancia, porque lo más probable es que, de las muchas equivocaciones en que incurrimos en nuestro día a día, las ortográficas sean las menos frecuentes (y, todo sea dicho, las menos importantes).

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