El preocupante régimen de moda: la dieta de la bella durmiente

Rob llevaba seis semanas embarcado en la penosa empresa de perder peso con premura antes de la reunión con sus compañeros de universidad. Pero la báscula le echaba en cara siempre la misma cifra: casi 130 kilos. Desesperado, llamó a un programa de la televisión inglesa para que le diesen consejo. Y los presentadores, cada uno con su título de Medicina bajo el brazo, le recomendaron que intentara una dieta poco común: la de la bella durmiente.

La premisa es simple: si estás dormido, no puedes comer. No se trata, por tanto, de una dieta 'per se', ya que no prescribe nada para comer sino, más bien, mucha almohada y tiempo entre las sábanas. Es exactamente la misma idea que cuando aprovechas el fin de semana para dormir unas horas más y acabas saltándote el desayuno. "Total, ya son más de las 12". La técnica, sea de manera consciente o no, se ha utilizado durante décadas (se rumorea que Elvis Presley la siguió en los 70) y la verdad es que tiene su lógica. Aunque no estés despierto, tu cuerpo sigue necesitando nutrientes y, por lo tanto, vas a perder peso.

Dicha dieta no fue mencionada por primera vez en ni un ensayo ni un estudio, sino en una novela publicada en 1966. Las protagonistas de 'El valle de las muñecas', actrices de Hollywood, se retiraban a clínicas en las montañas suizas para adelgazar mientras dormían, básicamente el mismo consejo que le dieron a Rob.

Tomo analgésicos que hacen que duerma horas. Consiguen frenar el hambre durante un rato, así que los consumo todo el tiempo

Seis semanas después de aquella llamada atormentada, invitaron a Rob al programa. Le pusieron sobre la báscula y, efectivamente, había perdido más de ocho kilos. Estaba extasiado: “Soy una persona más viva”, dijo entre palmaditas en la espalda y sonrisas forzadas. Pese a los evidentes resultados, hay pocos nutricionistas que la recomienden, excepto los del programa de la televisión inglesa y aquellos que la comercializan, entre ellos el doctor Michel Bruce y su libro 'The Sleep Doctor's Diet Plan: Lose Weight Through Better Sleep'. Y existe una razón que lo explica.

Los foros, foco del problema

El programa ocultaba a sus espectadores que la dieta de la bella durmiente cruza fácilmente la línea de lo razonable, ya que la mayoría de los foros de Internet proponen un enfoque algo más drástico que el que usó Rob. Si uno bucea por lo más recóndito de la web, se encuentra con páginas que recomiendan dormir durante periodos largos, muy largos, e incluso (sobre todo mujeres) aconsejan usar sedantes para evitar que claudiques ante la tentación de la comida.

Esta dieta aumenta el aislamiento social, afecta al estado de ánimo y podría desembocar en una depresión

La dieta es la última moda en los foros de adelgazamiento, donde se comparten regímenes y prácticas más propios de la anorexia que de una pérdida de peso responsable. “Solo tomo algunos analgésicos muy fuertes que normalmente me colocan y hacen que duerma durante horas. Más o menos te remueven el estómago y consiguen frenar el hambre durante un rato, así que los consumo todo el tiempo”, señala una de las usuarias. “Me encanta dormir para evitar comer. Es muy fácil para mí, pues estoy cansada el 99% del tiempo”, dice otra. “Simplemente me adelanto al hambre y me quedo dormida para evitar picotear”, agrega una tercera.

Si duermes 20 horas al día, no tienes vida

Si a pesar de la evidente insensatez que supone secundar las recomendaciones foreras, sigues escuchando una tenue voz que te dice “bueno, no suena tan mal...”, desengáñate, y pronto. “Si la gente tiene que depender de los medicamentos (como las benzodiazepinas) para dormirse, corren el riesgo de crear una adicción”, asegura la doctora Tracey Wade, profesora de Psicología de la Universidad de Flinders, a 'The Independent'. “No es solo obligar al cuerpo a dormir más de lo que necesita, sino que tendrá que usar niveles cada vez más altos para obtener el efecto deseado”.

Lo que está claro es que si duermes 20 horas al día, no tienes vida. “La dieta aumenta el aislamiento social y afecta al estado de ánimo, que podría desembocar en una depresión”, señala Wade. Todo forma parte del mismo círculo vicioso: “La idea de apartarse de la vida y permanecer en la cama podría ser atractivo para aquellos que ya sufren trastornos alimentarios o depresivos”, asegura el doctor.

Al no comer se adelgaza, sí. Pero pronto surgirán otros efectos secundarios como los dolores de cabeza, las alucinaciones visuales y auditivas, la pérdida de equilibrio, el deterioro de la capacidad cognitiva, los cambios de humor, el desarrollo de la depresión y la posterior incapacidad para dormir de manera normal. Por no hablar del efecto rebote, y con ello unas ganas enormes de comer durante las pocas horas que se esté despierto.