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La realidad sobre los rollos de una noche (y el dilema de los hombres)
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LA OTRA BRECHA DE GÉNERO

La realidad sobre los rollos de una noche (y el dilema de los hombres)

Suena divertido, ¿verdad? Una nueva encuesta que confirma algo que ya sospechábamos muestra una diferencia esencial entre el placer masculino y el femenino

Foto: Creen que lo pasarán bien, pero uno de ellos tiene ventaja. (iStock)
Creen que lo pasarán bien, pero uno de ellos tiene ventaja. (iStock)

El sexo casual ha dejado de ser un tabú: si hace no tanto tiempo gran parte de la sociedad juzgaba con dureza a las mujeres que mantenían varias relaciones de una noche (a los hombres se les premiaba, cómo no), actualmente tan solo los más retrógrados utilizarán distinto listón para ambos sexos. La realidad es que los encuentros casuales abundan entre ellos y ellas.

Lo que no queda tan claro es la satisfacción que cada uno de los miembros de la pareja obtiene de estas relaciones. Y es posible que aquí sigan saliendo peor paradas las mujeres, por las propias características de esta clase de encuentros. No se trata únicamente del sexo casual, claro. Como mostró una investigación realizada por el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, los hombres heterosexuales llegan al orgasmo en el 85,5% de ocasiones y las mujeres heterosexuales, tan solo en el 61,6%.

Alrededor del 40% de mujeres alcanzaban el clímax durante un encuentro casual, por un 80% de hombres

Estas cifras se trasladan también al terreno de los encuentros nocturnos esporádicos. Una reciente encuesta realizada por la empresa Dr. Ed a partir de las respuestas de 1.000 europeos y 1.000 estadounidenses ha mostrado que el 64% de los hombres llegan al orgasmo durante el sexo casual, por tan solo un 11% de mujeres. ¿El problema? Que la relación entre orgasmos de unos y otros y el tiempo que han pasado juntos es inversamente proporcional. Es decir, a medida que la relación avanza, ellas obtienen más orgasmos, mientas que ellos disfrutan menos.

No es la primera investigación que pone de manifiesto esta amplísima brecha entre hombres y mujeres en lo que concierne al disfrute ocasional. Una investigación publicada en 'American Sociological Review' a partir de los datos de 24.000 estudiantes de 21 universidades distintas descubrió que alrededor del 40% de mujeres alcanzaba el clímax durante un encuentro casual, por un 80% de hombres. El dato es aún más revelador si tenemos en cuenta que el porcentaje ascendía hasta el 75% entre las mujeres cuando el hombre con el que se habían acostado era su pareja estable.

¿Qué está fallando?

Hay otro dato recogido en la encuesta que puede explicar el porqué de esta brutal brecha: los hombres prefieren estar borrachos cuando se acuestan con alguien por primera vez. En concreto, el 48% de ellos lo afirmaban, por un 29% de ellas… Un porcentaje que iba descendiendo a medida que pasaban los años. Un 44% si la relación duraba entre seis meses y un año, un 37% si abarcaba de dos a tres años, un 33% de cuatro a cinco años, un 28% de 6 a 10 años y un 18% si son más de 11 años.

Los hombres prefieren el sexo casual cuando están borrachos, lo que provoca que solo busquen su propia satisfacción

El consumo de alcohol es uno de los factores que más perjudica el rendimiento en la cama: no solo provoca que disminuya la libido del consumidor, sino que también limita la intensidad del orgasmo y hace más difícil alcanzar el clímax. Pero este dato puede interpretarse de una forma más general, no únicamente relacionada con el rendimiento entre las sábanas: para los hombres, el sexo casual está más vinculado a la ebriedad que para las mujeres. De ahí que los incentivos para satisfacer a la mujer sean mucho menores, y el hombre tan solo busque su propia satisfacción.

No solo eso, sino que los datos de la encuesta también sugieren que el conocimiento de los gustos y preferencias de la mujer es un factor importante a la hora de conseguir su satisfacción. Hay una brecha sustancial entre aquellas parejas que acaban de conocerse y las que ya han pasado bastante tiempo juntas: mientras que los ligues de una noche (11%) y las nuevas relaciones (14%) presentan porcentajes muy bajos de satisfacción femenina, si la historia de amor va en serio (29%) o se trata de la esposa (29%), el porcentaje aumenta sensiblemente… pero, aun así, tampoco es para echar cohetes.

¿Cuál es la moraleja para los hombres? Otro dato recogido en la investigación del Instituto McKinsey nos puede dar una buena pista. Si bien las mujeres heterosexuales tenían orgasmos en el 61,6% de los casos, el porcentaje aumentaba hasta el 74,7% entre las mujeres homosexuales. Pista: como explicaban los autores, “las mujeres lesbianas se encuentran más a gusto y están más familiarizadas con el cuerpo femenino, y por ello, tienen una mayor capacidad para inducir el orgasmo en sus compañeras”. El conocimiento es importante, pero también lo es la práctica. No cualquiera, sino la que nos lleva a aprender qué es lo que le gusta a nuestra compañera.

El dilema de los hombres

Las malas noticias para ellos, si nos atenemos a los resultados de la encuesta, se encuentran en el largo plazo. Precisamente cuanto mejor lo pasan ellas, más parecen aburrirse los hombres, aunque pueden darse con un canto en los dientes: ni siquiera en el peor de los casos llegan a los bajos porcentajes de ellas. Según la encuesta, los hombres casados solo tienen orgasmos en un 49% de los encuentros. Pero hay otro grupo de hombres que disfrutan aún menos: sorprendentemente, aquellos que acaban de arrancar con una nueva relación, con un 47%. ¿Los que mejor se lo pasan? Los que tienen rollos de una noche (64%).

La duración de la vida en pareja no solo aumenta la posibilidad de que emerja la insatisfacción en la vida sexual, sino también que se produzca una infidelidad. El 80% de los consultados que llevaban menos de seis meses con su pareja estaban contentos con su vida sexual, pero el porcentaje descendía hasta el 65% cuando llevaban juntos más de cuatro años. La correlación entre insatisfacción sexual y probabilidad de ser infiel era casi perfecta… Incluso en el caso de que se hiciese el amor al menos una vez a la semana. No es la cantidad, es la calidad.

El sexo casual ha dejado de ser un tabú: si hace no tanto tiempo gran parte de la sociedad juzgaba con dureza a las mujeres que mantenían varias relaciones de una noche (a los hombres se les premiaba, cómo no), actualmente tan solo los más retrógrados utilizarán distinto listón para ambos sexos. La realidad es que los encuentros casuales abundan entre ellos y ellas.

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