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"Si no sales a cenar con el cliente, estás despedida"
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el caso de Suemaya Gerrard

"Si no sales a cenar con el cliente, estás despedida"

Una mujer, alto cargo de un banco de Abu Dabi, se ha visto obligada a dejar su trabajo y a demandar a la entidad por "discriminación sexual, acoso y despido constructivo"

Foto: Su superior la quiso utilizar para cerrar un negocio. (iStock)
Su superior la quiso utilizar para cerrar un negocio. (iStock)

El caso de Raquel Muñoz, la joven que denunció en 'El Confidencial' el trato sexista que recibió mientras trabajaba de azafata durante la celebración del torneo Conde de Godó, no es un incidente aislado. Apenas un día después surge otra noticia del mismo corte discriminatorio. Distinto país, diferente trabajo, pero misma situación. Se trata de la historia de la árabe Suemaya Gerrard, quien ha decidido dar un paso más que la española y ha puesto el caso en manos de la justicia.

La mujer, de 36 años, fue 'forzada' a dejar su trabajo tras rechazar una cita privada de dudoso gusto por parte de un cliente árabe. Gerrad, que desempeñaba un alto cargo en el Abu Dhabi Islamic Bank, abandonó su puesto por negarle una cena a un cliente árabe de la entidad para la que trabajaba. Dicho millonario había prometido abrir una cuenta en la sucursal por valor de 29,5 millones de euros.

La dama rechazó la invitación del cliente porque este comenzó a mandarle canciones de amor y mensajes de texto inapropiados. Le comentó la situación a su jefe, pero este la presionó para aceptara la cita. Le dijo, incluso, que de no ir estaría despedida. Gerrard presentó una queja contra su superior, quien, según ella, estaba actuando con ella "como un proxeneta", pero de poco le sirvió.

Gerrard, que desempeñaba un alto cargo en el sector bancario árabe se vio obligada a dejar su puesto tras sentirse acosada por un cliente y por su jefe

La situación en el banco se volvió tan incómoda que la mujer se vio obligada a abandonar su puesto el pasado noviembre, no sin antes demandar a la entidad por "discriminación sexual, acoso y despido constructivo", detalla 'The Sun'. La exempleada le pide a sus entonces jefes una suma de 94.4000 euros.

En el juicio, que se está llevando a cabo en Londres, Gerrard ha revelado lo que, según ella, sucedió. "Ese caballero dejó claro que estaba atraído por mí. Me enviaba canciones de amor y empleaba términos cariñosos que me parecieron inapropiados. La situación me parecía muy incómoda y no me gustaba, pero creía que si mantenía una actitud profesional y me negaba a cruzar la línea podría seguir mis negocios con él", dijo en los tribunales.

Aunque ella intentó que el cliente cesase en su actitud poco profesional, el remate lo puso su propio jefe cuando, consciente de la situación, le dijo a su empleada que invitase al susodicho a un partido de Wembley. "Mi jefe intentó utilizarme para hacer negocios (...) El cliente dijo que no le interesaba acudir al fútbol pero que seguía interesado en llevarme a cenar". Ella declinó la invitación "de forma educada", pero él "siguió insistiendo", decía que tenía "un regalo" que darle.

Tras estos hechos, Gerrard informó a su jefe, y su actitud fue tan inapropiada como la del cliente: "Me dijo que tenía que aceptar la invitación a la cena y me dijo que si lo cancelaba estaría despedida. Le contesté que él sabía que era una mujer casada y con hijos, entonces mi jefe me dijo que estaba en la profesión equivocada".

"Mi superior me dijo que tenía que aceptar la invitación del cliente a la cena, y me advirtió que si la cancelaba estaría despedida"

Tras el desagradable suceso, Gerrard se desahogó con su compañera Shukri Hassan: "Me dijo que mi jefe estaba actuando como un proxeneta". También se lo contó después a su marido, quien se puso en contacto con su representante sindical, Geoff Saunders, quien le aconsejó que planteara una queja formal.

Tanto el banco como su jefe niegan todas las acusaciones. Al respecto, Talia Barsam, representante de la entidad, afirmó que Gerrard había amenazado con ir a la prensa si no recibía una recompensa. El superior, por su parte, asegura que atender a los clientes bien forma parte del trabajo: "Independientemente del sexo, independientemente del cliente, siempre hay que interactuar con los clientes y siempre hay que cenar con ellos. Eso es lo que ocurrió". El juicio aún está en curso.

Qué hacer en caso de acoso

Además de la carga sexista que hay tras el caso de Raquel Muñoz y de Suemaya Gerrard, no hay que olvidar que se trata de acoso laboral o ‘mobbing’, una realidad que es más común de lo que creemos y, es más, probablemente alguien de nuestro entorno lo haya sufrido, incluso aunque no nos hayamos dado cuenta. También es posible que lo hayamos sufrido nosotros pero hayamos tratado de excusarlo, dado que, ya sea por desconocimiento o por no 'hacer ruido', el acoso laboral es difícil de identificar.

La psicóloga experta en acoso laboral y presidenta de la asociación ACAL (Acción Contra el Acoso Laboral), Mª Esperanza Hernández Serradilla, contó a este diario todas las formas de acoso laboral que existen y nos dio las claves de cómo podemos afrontar el problema. "Los jefes que ejercen el acoso laboral son perfectamente conscientes de lo que están haciendo. Otra cosa es si desde el punto de vista moral llegan o no a plantearse si sus actos están bien, pero saben perfectamente que están hostigando a la otra persona", asegura.

Desde ACAL afirman que, en la mayoría de los casos, es posible que el jefe tenga una visión incorrecta de cómo ejercer la autoridad, resultando un ejercicio abusivo. Pero los casos que ocurren con más frecuencia en España atienden a motivos mucho más racionales: "Hay bastantes casos en los que se hace la vida imposible al empleado para forzarle a que abandone el trabajo y que la empresa no tenga que pagar los costes del despido".

Hay casos en los que se hace la vida imposible al empleado para forzarle a abandonar el trabajo y que la empresa no tenga que pagar el despido

Hernández hace hincapìé en las dificultades extra que atraviesan las mujeres en el entorno laboral, donde en algunas ocasiones el hecho de tener hijos sigue viéndose como un obstáculo lícito para excluir del mundo laboral a la mujer: “Yo me he encontrado muchos casos de ‘mobbing’ a mujeres que han pedido la conciliación por razones de maternidad".

Si estás ante un caso de acoso laboral, desde esta asociación recomiendan seguir el ejemplo de Gerrard y emprender enseguida acciones legales "denunciando o recurriendo a un abogado que les asesore sobre cómo llegar a un acuerdo de conciliación con la empresa".

El caso de Raquel Muñoz, la joven que denunció en 'El Confidencial' el trato sexista que recibió mientras trabajaba de azafata durante la celebración del torneo Conde de Godó, no es un incidente aislado. Apenas un día después surge otra noticia del mismo corte discriminatorio. Distinto país, diferente trabajo, pero misma situación. Se trata de la historia de la árabe Suemaya Gerrard, quien ha decidido dar un paso más que la española y ha puesto el caso en manos de la justicia.

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