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Ocho cosas que la gente inteligente no cuenta nunca en el trabajo
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Ocho cosas que la gente inteligente no cuenta nunca en el trabajo

Saber tratar aspectos personales en la oficina es todo un arte. Revelar ciertos temas demasiado íntimos puede poner en riesgo tu carrera

Foto: Si decir algo no te beneficia, mejor callar. (iStock)
Si decir algo no te beneficia, mejor callar. (iStock)

Transcurrimos de media mucho más tiempo con los compañeros de trabajo y con nuestros jefes que con nuestra familia y nuestros amigos. Buscamos en estos dos últimos grupos apoyo y comprensión para abrirnos y compartir penas y alegrías, sin embargo, el mundo laboral es un entorno más complejo, y también más codificado, en el que es mejor evitar ciertos asuntos.

Debido precisamente a todas las horas que se comparten en el puesto de trabajo, es imposible que algunas veces no salten chispas. Con todo, se pueden prevenir algunas situaciones embarazosas si sabemos manejar con cautela ciertos temas personales.

El Doctor Travis Bradberry, coautor del libro ‘Emotional Intelligence 2.0’, ofrece varios consejos sobre tu vida personal que debes tener muy en cuenta para triunfar en el mundo laboral. Según este especialista en liderazgo, estos son los ocho aspectos que nunca debes revelar sobre ti mismo en la oficina.

1. Ideas políticas

Basta un comentario inoportuno en el muro de Facebook para que una amistad de toda la vida se rompa de repente. Si algo así puede suceder entre personas afines, imagínate el riesgo que implica exponer estas ideas de forma explícita en el ambiente laboral.

Si entre compañeros intercambiáis cifras de vuestros salarios no volveréis a miraros igual

Mostrar desacuerdo con alguien en política es la mejor manera de que el otro pueda cambiar rápidamente su punto de vista sobre ti. Poner en duda ciertos valores es una de las mayores ofensas que se puede hacer a un compañero.

Rara vez rebatir las ideas de alguien sirve para cambiarlas. Lo que realmente se consigue con ello es que se acabe siendo juzgado, o peor aún, prejuzgado.

2. Cuánto dinero ganas

Seguro que tus padres se sienten muy orgullosos de lo bien que te va y de que no te tengas que enfrentar a las penurias económicas por las que pasan hoy muchos desafortunados.

Intenta encontrar, sin embargo, algo positivo que derive de confesar cuánto ganas en tu trabajo. No te estrujes el cerebro porque no lo encontrarás. Según Bradberry: “En cuanto se sepa cuánto ganas, todo lo que hagas en el trabajo jugará en tu contra. Resulta muy tentador intercambiar cifras entre compañeros sobre sueldos, pero en el momento en que lo hagáis no volveréis a miraros el uno al otro de la misma manera".

3. Lo que haces en la cama

Ni presumir de ligues ni confesar que no te comes un colín trae nada bueno en las conversaciones entre compañeros. Cualquier aspecto de tu vida sexual solo puede jugar en contra de tu reputación.

Cuando confiesas que estás ampliando tus perspectivas laborales, te conviertes para tus jefes en 'el tipo que no quiere seguir aquí'

Por otro lado, muchas personas no se sienten cómodas hablando de estos asuntos, por lo que el sexo y las relaciones de pareja no suelen ser temas muy apropiados para ser tratados durante el café del descanso.

4. Que estás buscando otro empleo

Desde el momento en que confiesas que estás ampliando tus perspectivas laborales, te puedes convertir para tus jefes en “el tipo que ya no quiere seguir aquí”. Las consecuencias pueden ser desde que no te encarguen más trabajos y tengas que pasar muchas horas vacías sin hacer nada hasta que que te empiecen a mandar las tareas menos agradecidas. Hasta que nadie te garantice un nuevo trabajo, mejor que en tu puesto actual nadie se entere de que estás haciendo lo posible para marcharte.

5. Que crees que alguien es un incompetente

Si trabajas para una gran empresa, la plantilla estará compuesta por cientos de trabajadores. Si crees que entre tanta gente todo el mundo efectúa su trabajo con una efectividad incontestable, despierta. Como en cualquier grupo humano, en las empresas se crean simpatías y poner a parir a un compañero puede hacer que los demás te vean como un persona prepotente o demasiado dura, sobre todo si la persona atacada goza de su simpatía.

Si te atreves a tratar asuntos íntimos sobre tus compañeros, que no te sorprenda después recibir contestaciones cargadas de indignación

Por otro lado, no descubrimos América si aseguramos que en muchos trabajos existen lazos familiares que permanecen velados. Si no conoces muy bien las conexiones que hay entre tus compañeros, sobre todo si eres un recién llegado, mejor que te contengas y que aceptes que los motivos por los que alguien ocupa un determinado cargo no tienen por qué tener ninguna relación con el mérito.

6. Tu alocado pasado

Borracheras, pequeños robos, excesos de la adolescencia… Consideramos que somos consecuencia de nuestra pequeña historia personal. Si no admitirías tales anécdotas en una entrevista, ¿por qué deberías declararlas una vez obtenido el puesto?

A no ser que tengas unas buenas habilidades como relaciones públicas, y sepas manejar estas anécdotas con humor para que jueguen en tu favor y no en tu contra, mejor que no reveles tu pasado más gris.

7. Cómo es otro compañero en la intimidad

Desde especular con la orientación de un compañero hasta si crees que está liado con otro sujeto de la oficina, piensa que estás tocando aspectos muy personales que mucha gente desea guardarse.

Machacar a los demás con lo poco que la empresa reconoce tu esfuerzo crea una sensación de negatividad que mina la moral del grupo

Si te atreves a tratar estos asuntos, que no te sorprenda después recibir contestaciones cargadas de indignación. Quien juega con fuego...

8. Blasfemar sobre tu trabajo

Hemos tenido la gran desgracia de no haber nacido ricos y poder vivir de las rentas. Como la mayoría de los mortales, nos toca ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente y lo normal es que como a casi todos los curritos del planeta no nos satisfaga al 100% lo que nos hacen. ¿Por qué ahondar más en la herida?

Machacar a los demás con lo poco que la empresa reconoce el esfuerzo, con lo escaso que es el salario o con lo mal que se portan los jefes no hace más que crear una sensación generalizada de negatividad que mina la moral del grupo. Haz lo posible para no convertirte en una persona tóxica.

Transcurrimos de media mucho más tiempo con los compañeros de trabajo y con nuestros jefes que con nuestra familia y nuestros amigos. Buscamos en estos dos últimos grupos apoyo y comprensión para abrirnos y compartir penas y alegrías, sin embargo, el mundo laboral es un entorno más complejo, y también más codificado, en el que es mejor evitar ciertos asuntos.

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