Un hombre se ha enterrado vivo, y tiene muy buenas razones para hacerlo

No se trata de Ryan Reynolds en 'Buried', la película que catapultó a la fama a Rodrigo Cortés, sino de John Edwars, que va a estar tres días enterrado vivo en los terrenos de una iglesia al este de Belfast. Para muchos será una pesadilla hecha realidad pero él lo ha decidio así.

Edwars es un exdrogadicto de 61 años que lleva más de dos décadas sobrio. Él mismo se ha ofrecido para estar dentro del ataúd durante estos días con el objetivo de ayudar a las personas al borde de la desesperación y del suicidio.

John confiesa haber perdido a más de 20 amigos por culpa de la drogadicción y el suicidio y por eso ahora se dedica a aconsejar a la gente que se siente angustiada y desesperada. Además dice haber experimentado "un encuentro con una fuerza superior hace 27 años" donde tuvo una revelación, por lo que estableció una serie de centros de rehabilitación y refugios para desamparados.

La estructura donde John pasará tres días, es de madera y tiene unas proporciones más grandes de lo normal: 2,5 metros de lardo, 1 metro de largo y 1,3 de ancho. Está equipado con un orinal especial, suministros de aire y agua, iluminación y una tuberías por donde le pasan los alimentos. Pero no solo cuenta con las necesidades básicas, el señor Edwars tiene wifi para poder retransmitir en las redes sociales todo lo que siente estando ahí abajo.

Durante un largo periodo de tiempo ha estado recogiendo testimonios, llamadas, textos y correos electrónicos de todas aquellas personas que buscan ayuda. "Mi plan es hablar con ellos desde la tumba antes de que sea demasiado tarde y mostrarles esperanza", explica el irlandés. "Cuando bajan la tapa, sientes que estás bajo tierra y oyes cosas en la parte superior, es bastante extraño, aunque no sea la primera vez", explica.

El hombre que cavó su propia tumba

En julio de 2016 pasó un fin de semana bajo tierra en Halifax, retransmitiendo también en vivo desde su smartphone y a través de las redes sociales todo lo que sentía. Confesó sentirse cansado y mareado, "deseando usar un retrete y tomarme una ducha". Según él, quizá sea una medida muy dura pero es por una buena causa: "Tiempos extremos requieren medidas extremas".

Su mujer Trish posaba ante las cámaras con una lápida de cartón piedra que simulaba una real mientras amigos, familiares y periodistas miraban ya encima de la "tumba" de su marido.

Se ha elegido el hastag #GraveChat para difundir esta campaña y que todo el mundo pueda ver cómo se encuentra John en todo momento, intentando ayudarles antes de que sea demasiado tarde, dando un mensaje esperanzador de primera mano.