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Por qué se están disparando las muertes entre los treintañeros
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Por qué se están disparando las muertes entre los treintañeros

Un reciente estudio realizado por investigadores de los Estados Unidos revela que la mortalidad entre los menores de cuarenta está en aumento. Comparamos el caso con lo que ocurre en España

Foto: ¿Consecuencia de los nuevos estilos de vida? (iStock)
¿Consecuencia de los nuevos estilos de vida? (iStock)

En los países desarrollados, las tasas por muerte prematura tienden a disminuir debido a las mejoras sanitarias y a la práctica de unos hábitos más saludables entre la población. Por otro lado, los tratamientos de enfermedades que en su momento eran funestas, como el VIH, han mejorado hasta convertirlas en afecciones crónicas y no mortales.

Como sucede con todas las estadísticas, las conclusiones varían cuando miramos el detalle y no el conjunto. Si nos limitamos a los segmentos de población más joven, hallamos la sorpresa: la muerte prematura podría estar aumentando entre los treintañeros.

La noticia ha cobrado relevancia en los Estados Unidos a raíz de un estudio publicado el pasado mes. A pesar de parecer un problema local, el ejemplo puede extrapolarse a otras realidades.

Consecuencias entre la población blanca

En la nación de las barras y las estrellas lleva mucho tiempo señalándose esta aciaga tendencia en etnias concretas, como en los indios nativos y en los indígenas de Alaska. De hecho, en estos dos grupos la tasa de muerte prematura no desciende desde el año 1948. La novedad del trabajo, que analizaba datos que van desde 1999 a 2014, se halla en que el incremento de la mortalidad está sucediendo también entre los individuos jóvenes de raza blanca.

Los datos son comparables a los picos de muerte prematura que ocurrieron en los peores momentos de la epidemia del SIDA

"La muerte a cualquier edad es devastadora para los que se quedan, pero la muerte prematura lo es especialmente, sobre todo para los hijos y los padres", señaló la autora principal del estudio, Amy Berrington, del Instituto Nacional del Cáncer de EEUU.

Las tasa de mortalidad para las mujeres de raza blanca había subido en este periodo en un alarmante 2,3%, mientras que para los hombres el resultado había sido de un 0,6%. Números nada desdeñables, considerando que las cifras en otros grupos, como los ciudadanos americanos de raza hispánica, los afroamericanos o los asiáticos, sí están disminuyendo.

La explicación hay que buscarla entre los motivos que llevan al fatal desenlace: muertes accidentales, sobredosis, enfermedades crónicas del hígado como la cirrosis y el suicido. Causas de la vida moderna que, de manera general, podrían haberse evitado.

El número de suicidios en nuestro país duplica al de muertes por accidentes de tráfico

Los investigadores aseguran que este tipo de incrementos son "extremadamente inusuales en los países con una economía desarrollada" y apuntan a que son perfectamente comparables a los picos de muerte prematura que se dieron en los peores momentos de la epidemia del SIDA (desde mitad de los 80 a mitad de los 90) o a lo sucedido en Rusia durante la crisis económica que afectó a esta nación a finales del pasado siglo.

El caso español

Los datos de los últimos años sobre mortalidad en nuestro país muestran un incremento de la tasa general, registrándose 422.568 defunciones en 2015. La mayoría de fallecimientos se explican por causas naturales (enfermedades), lo que revela que, a pesar de existir un aumento, este encuentra su explicación en el envejecimiento progresivo que la población padece.

Este tipo de muertes son un importante problema para la salud pública. Lo trágico es que podrían haber sido evitadas

Las cosas cambian de nuevo cuando ponemos el foco en el grupo poblacional que está por debajo de los cuarenta años. En este segmento, los fallecimientos se debieron sobre todo a causas externas, siendo las principales el suicidio; las caídas accidentales; el ahogamiento, la sumersión y la sofocación; y los accidentes de tráfico. Un informe publicado en el 'Boletín Epidemiológico Semanal' apunta que "se trata de una mortalidad evitable por su posibilidad de prevención".

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Con todo, los datos en el caso español deben interpretarse de manera positiva: "estas causas en su conjunto han tenido un descenso mantenido desde finales de los noventa". Existe, sin embargo, una razón clara para esta caída: la reducción de muertes por accidentes de tráfico. La alarma aparece cuando se comprueba que la tasa de suicidios se está viendo incrementada, tanto en hombres como en mujeres, y cobra cada día más relevancia. De hecho, el número de suicidios duplica al de muertos por accidentes de tráfico. Se estima que más de diez personas al día deciden acabar con su vida en nuestro país.

Las conclusiones de este artículo son significativas: "A pesar de que España presenta unas tasas de las más bajas de Europa en este tipo de mortalidad, su característica de muerte prematura y evitable, la convierte en un importante problema de salud pública que debe ser abordado desde distintos ámbitos como los educativos, legislativos, y sanitarios".

En los países desarrollados, las tasas por muerte prematura tienden a disminuir debido a las mejoras sanitarias y a la práctica de unos hábitos más saludables entre la población. Por otro lado, los tratamientos de enfermedades que en su momento eran funestas, como el VIH, han mejorado hasta convertirlas en afecciones crónicas y no mortales.

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