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Cómo está afectando a los directivos la llegada del populismo
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ENTREVISTA CON SANTIAGO ÍÑIGUEZ

Cómo está afectando a los directivos la llegada del populismo

Uno de los españoles más reconocidos en el ámbito de las escuelas de negocio explica los cambios que pueden producirse debido al populismo y a la robotización

Foto: Santiago Íñiguez.
Santiago Íñiguez.

Presidente de la IE University y decano de la IE Business School, Santiago Íñiguez es uno de los españoles más reconocidos en el ámbito de la formación empresarial. Acaba de publicar 'Cosmopolitan managers. Executive development that works' (Ed. Palgrave MacMillan), un recorrido por los propósitos y los retos de la formación de directivos. El Confidencial ha conversado con él acerca de unos tiempos que parecen agitados y de cómo están afectando a quienes toman las decisiones en las grandes firmas.

PREGUNTA. ¿Cuál es el papel que deben jugar los directivos y los empresarios en nuestra época? Hasta ahora, y era evidente en las ideas que surgen de las escuelas de negocio, se abogaba por el cosmopolitismo. Pero en tiempos de repliegue nacional y de regreso de los postulados proteccionistas, quizá empiecen a tomarse en consideración otras posturas.

RESPUESTA. Es un tema importante, precisamente por esta deriva que están tomando algunas políticas y algunos gobiernos en su toma de decisiones, aunque es cierto que aflora más en la superficie que en la toma de decisiones reales: estamos a la espera de conocer la agenda de la primera ministra británica y el plan de gobierno de la presidencia norteamericana. En la UE, por otra parte, también hay razones para el optimismo, porque algunos indicadores señalan a un repunte del sentimiento europeo.

Empresarios y directivos tienen que actuar como un balance: los buenos negocios contrapesan o equilibran las malas políticas internacionales

Los directivos y los empresarios, el 'top management', en este contexto, tienen que cultivar el espíritu cosmopolita, combatir el negacionismo (esa oposición a las conclusiones y las posiciones que la ciencia ha demostrado) y su hostilidad hacia ideas que se han demostrado útiles para el desarrollo económico y social. Los empresarios y los directivos tienen que actuar como un balance: los buenos negocios contrapesan o equilibran las malas políticas internacionales; son el mejor antídoto. Si se atiende al perfil de las personas que integran el futuro gobierno estadounidense, que cuentan con trayectorias empresariales brillantes, y a la presencia en él de un secretario de Estado que siendo republicano ha defendido las propuestas de Bill Gates para la educación, en especial en temas de ciencia y de STEM, se puede tener una confianza prudente. Pero en todo caso, los empresarios y directivos tienen que cultivar el cosmopolitismo y lo que propongo es que formemos emprendedores formados y comprometidos que sepan cuál es el impacto de su actividad.

P. Se ha insistido mucho en la importancia del talento como motor del éxito, y así se refleja también en su libro. Pero también veremos novedades en este terreno, porque si bien parece que el talento será aún más importante en tiempos de la informatización, del 'big data' y de la inteligencia artificial, también será menos útil para muchas personas. Si es cierto que en el futuro habrá menos empleos, también habrá gente talentosa que no tenga un lugar en el que demostrarlo. ¿Cuál es el papel de los directivos en este futuro que está a la vuelta de la esquina?

R. La tecnología está sustituyendo la actividad de carácter manual y rutinaria, y eso hay que agradecerlo, porque sustituye tareas poco enriquecedoras y poco satisfactorias, pero también está generando múltiples empleos que no existían anteriormente, en el terreno de la gestión del entorno digital, del análisis del 'big data' o de la gestión global. Hay muchas nuevas funciones que surgen por el desarrollo de la tecnología. Por otro lado, tenemos datos de la UE y EEUU que demuestran el auge del trabajo por cuenta propia, de 'freelance' y autónomos. En España el entorno de los autónomos ha sido considerado como marginal desde el punto de vista del interés político, y hay que tomárselo en serio y promoverlo, ya que es algo genuinamente emprendedor. En EEUU, en 2020, una cuarta parte de la población laboral será de trabajadores autónomos. De modo que las grandes corporaciones tendrán menos trabajadores en términos absolutos.

El reto no es buscar compensaciones económicas para trabajadores cuyo contenido se queda obsoleto, sino cómo formar al nuevo perfil

Sin embargo, soy optimista y estoy seguro de que se van a generar nuevas oportunidades, nuevas habilidades y nuevos conocimientos. El reto no es cómo buscar compensaciones económicas para trabajadores cuyo contenido se queda obsoleto, sino cómo formar al nuevo perfil de talento para identificar esas nuevas oportunidades. Hay que tomar como referencia la formación continuada. Los directivos tendrán que fortalecer o desarrollar las nuevas habilidades digitales, como el manejo del 'big data', y deberán conocer herramientas tecnológicas básicas y lenguaje de codificación. La 'computer science' tendrá más importancia en sus programas de formación.

P. Pero más allá de que deban adquirir nuevos conocimientos en áreas concretas, me gustaría saber cómo va a cambiar su función. No solo porque gestionar máquinas y robots no va a ser lo mismo que gestionar personas, sino porque ya hay programas que cumplen las mismas funciones de los CEO. El directivo también puede ser reemplazado por los programas informáticos, no solo los trabajadores manuales.

R. Valoro mucho la aportación del 'big data' y de los algoritmos a la hora de tomar decisiones, pero el 'big data' no es la nueva religión y tampoco el oráculo que va a determinar qué decisión tomar ante dilemas serios. Quizá en Uber un algoritmo pueda coordinar la asignación de servicios, o que el pilotaje de avión se haga por ordenador, pero nadie tomaría una decisión clave en una empresa, ni dejaría una decisión judicial importante, como la del Tribunal Supremo o la de un Tribunal Superior de Justicia en manos de robots o algoritmos. Ya hay algoritmos que están en consejos de administración, pero nadie nombraría presidente del consejo a un algoritmo. Hay estudios que aseguran que los trabajos rutinarios sí serán sustituidos, pero todos los que tengan que ver con una dimensión cualitativa o relacional necesariamente pasarán por la actividad humana.

Las humanidades tienen una importancia decisiva que no se puede condensar o codificar en un algoritmo porque tienen una dimensión irreductible

Comento en el libro la anécdota de Sarkozy, que decía que era absurdo que en un examen para ingresar en la administración preguntaran por un libro conocido de la cultura francesa, cuando lo que tenían que hacer era preguntar por los procedimientos administrativos. Mas al contrario, leer una novela que refleja muy bien las costumbres, la historia y la personalidad de un pueblo ayuda a interactuar con otras personas mucho más que un procedimiento que cambiará el año próximo. Las humanidades tienen una importancia decisiva que no se puede condensar o codificar en un algoritmo porque cuentan con una dimensión irreductible. En la educación, por ejemplo, la tecnología ayuda, y quizá en el futuro el profesor pueda ser un robot, pero desde luego no ahora y tampoco a medio plazo.

P. ¿Las grandes empresas van a contratar a más directivos nacionales? ¿Van a vivir un repliegue cultural debido al regreso de los nacionalismos? ¿La diversidad se verá afectada?

R. La diversidad hay que entenderla en muchas dimensiones. Pasa con la diversidad cultural: hay gente en Gran Bretaña que cree que con un pasaporte y cerrando fronteras se construye una cultura común, pero no sé cómo; tampoco sé a qué se refiere Trump cuando habla de identidad nacional, cuando su país es muy diverso desde el punto de vista étnico y cultural desde hace dos siglos. No sé cómo se construye esa identidad única de ciencia ficción. Y, más allá de anuncios alarmantes que hacen los políticos, la globalización es irreversible, de modo que es mejor que pensemos no en cómo contener la inmigración construyendo barreras o vallas sino en cómo generar una distribución de la riqueza más igualitaria y construir una sociedad más equilibrada y balanceada donde los intereses de distintos ciudadanos se vean satisfechos razonablemente.

Tendremos que buscar fórmulas en las pensiones con dedicaciones parciales, segundas o terceras carreras profesionales o con emprendedores

Pero en la diversidad hay otras elementos, como el generacional, que serán conflictivos. Habrá que ver cómo integrar a gentes de muy diversas edades, y más ahora cuando las expectativas de vida se alargan de forma insospechada y cuando las pensiones de retiro también cambiarán. El sistema de pensiones actual, que se creó en la Prusia del siglo XIX, cuando los soldados que volvían de la guerra tenían serias discapacidades y su vida media no alcanzaba los 45 años, es insostenible hoy. Tendremos que buscar fórmulas con dedicaciones parciales, con segundas o terceras carreras profesionales o con emprendedores séniores que creen nuevas empresas o iniciativas de impacto social. El generacional es un vector de la diversidad interesante para una sociedad como la española, ya que tendremos que ver cómo compensar mediante la inmigración esa evolución demográfica y cómo la población sénior puede seguir trabajando de acuerdo con sus aspiraciones y capacidades pero ya con un sistema de pensiones que sea razonable y sostenible. La educación es una de las soluciones al problema, ya que en fases adultas permite la regeneración neuronal: las personas no solo podrán actualizar sus habilidades profesionales sino que regenerarán su cerebro de forma que profesional y personalmente sigan muy activos.

P. La desigualdad es el tema más debatido en la actualidad. Es evidente que cada empresa puede ayudar en ese terreno, de forma que internamente sus retribuciones sean menos desiguales. Pero también pueden hacer algo socialmente. ¿Cuál es el papel de los directivos y de las empresas en un momento, como el actual, en el que la desigualdad se percibe como uno de los grandes problemas de las sociedades occidentales?

R. En cada generación hay una vuelta al debate filosófico sobre la igualdad. La discusión entre libertad e igualdad regresa cada 15 o 20 años porque cada vez que la sociedad avanza, hay tensiones entre esos polos. Pero hay conquistas sociales que son irreversibles en el ámbito de los derechos humanos, más allá de lo que diga el líder de un determinado partido político. Hay que hacer un ejercicio en el ámbito político, en la sociedad y en la empresa para que se puedan crear condiciones de igualdad más ajustadas. Por ejemplo, la igualdad salarial para hombres y mujeres en puestos de igual rango está cerca de alcanzarse y con transparencia y comportamientos responsables de los directivos se irá alcanzando. Hay que ser transparentes a la hora de explicar las decisiones que se adoptan pero hay que ser conscientes de que en el ámbito empresarial o en el político hay ejercicio estratégico que impide la transparencia antes de tomar las decisiones. En este juego será importante la academia, porque analiza a medio y largo plazo la actividad social e individual; los medios lo hacen a corto plazo, la academia a medio y largo.

Presidente de la IE University y decano de la IE Business School, Santiago Íñiguez es uno de los españoles más reconocidos en el ámbito de la formación empresarial. Acaba de publicar 'Cosmopolitan managers. Executive development that works' (Ed. Palgrave MacMillan), un recorrido por los propósitos y los retos de la formación de directivos. El Confidencial ha conversado con él acerca de unos tiempos que parecen agitados y de cómo están afectando a quienes toman las decisiones en las grandes firmas.

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