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Lo mejor que puedes hacer si ya tienes un buen resfriado (o te queda poco para cogerlo)
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barato y comprobado

Lo mejor que puedes hacer si ya tienes un buen resfriado (o te queda poco para cogerlo)

Cuanto más común y más leve una dolencia, más probabilidades de que se extiendan supuestos remedios caseros que no sirven de nada. Estos están testados

Foto: No queremos esto. (Corbis)
No queremos esto. (Corbis)

Nos levantamos como si nos hubieran dado una paliza. Nos lloran los ojos, las voces se escuchan más lejanas y confusas (¿es el oído lo que falla, o el cerebro?) y nos duele un poco todo. Vamos por ahí con un cargamento de pañuelos de papel molestando a nuestros semejantes con toses, carrasperas, flemas incontenibles y estornudos. Se hace un pasillo a nuestro paso entre la multitud, y no es por admiración.

Además de las maravillosas 'drogas blandas' que alivian los síntomas de golpe (ventajas de vivir en un país con medicina moderna), hay consejos aplicables en casa que pueden mejorar un poco la situación.

Estos son algunos sugeridos por diversos estudios científicos.

Chocolate

El cacao contiene una sustancia química, la teobromina, derivada de la metilxantina, que puede combatir los síntomas del resfriado de forma similar a como lo hace la codeína, muy usada en productos para la tos. Lo comprobó un estudio del Department of Thoracic Medicine del Imperial College de Londres.

Lavarse las manos con frecuencia es efectivo para evitar la propagación del catarro. Un estudio español con más de 1500 pacientes lo demostró

La tos, explicaron estos científicos, "es un reflejo protector común, pero cuando es persistente debilita y compromete la calidad de vida". Y el remedio funciona, concluían, en cobayas y en seres humanos, en los que se consiguió separar los beneficios demostrados del efecto placebo, ya que se hicieron controles de doble ciego (ni el investigador ni los pacientes saben en el momento quiénes están recibiendo la dosis real).

La tos inducida por la capsaicina (sustancia que usaron para provocarla) se suprimía sin efectos secundarios y la teobromina afectaba directamente al nervio vago en los humanos, inhibiendo la activación del mismo que suele provocar la tos. Se pensó en la teobromina como un nuevo principio activo antitusivo, pero de momento no existen medicamentos de uso común basados en ella, así que tenemos excusa para lanzarnos, con moderación, al chocolate.

Conviene comprar el más oscuro posible, para obtener más porcentaje de cacao, y no aprovechar para tomar una tableta entera (ya sabemos que engorda, efecto secundario temido donde los haya). Con unas onzas es suficiente para notar el efecto, sobre todo si tenemos tos seca, improductiva (lo que a veces llamamos "tos nerviosa", porque no encontramos motivos para toser a primera vista), uno de los peores síntomas del resfriado común.

Vitaminas

Mantener un buen nivel de vitaminas te hará más resistente cuando llegue la temporada de constipados, porque son básicas para tu sistema inmunitario, pero ten en cuenta que no hay pruebas de que ayude tomar suplementos una vez que ha empezado el cuadro catarral.

Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Colorado, el Hospital General de Massachusetts y el Hospital Infantil de Boston asoció una menor presencia de vitamina D con un mayor número de resfriados recientes en una muestra de 19.000 personas. En España, aunque tenemos muchas horas de sol, solemos tener déficit de esta vitamina respecto de lo recomendado, y se les receta siempre a los recién nacidos.

Son ya muchos los estudios científicos que han demostrado que la vitamina C no cura el resfriado, ni lo evita, ni reduce los días ni los síntomas

Posteriormente otro estudio, esta vez de la Universidad de Otago, con 322 adultos, negó que hubiera una disminución significativa en el riesgo de catarros entre las personas a las que se administraba un suplemento de vitamina D. Si el primer estudio tenía razón, puede ayudar tomar el sol (con cuidado) y comer alimentos ricos en esta vitamina (pescados como el salmón y las sardinas, cereales, huevos y lácteos), pero no usarla como si fuera un medicamento.

En cuanto a la vitamina C, son ya muchos los estudios científicos que han demostrado que aquel lugar común surgido en los setenta es totalmente falso. Hay muchos buenos motivos para tomar zumo de naranja, pero no están relacionados con el catarro: ni lo evita, ni mejora los síntomas, ni reduce los días de duración.

La vitamina C es buena para otras cosas (por ejemplo, para combatir la hipertensión), y está, más aún que en las naranjas, en las fresas o en los mangos.

Lavarse las manos a menudo

Bien lo saben en colegios, hospitales y residencias de ancianos: lavarse las manos con frecuencia es muy efectivo para evitar la propagación de las infecciones.

Un estudio de tres años dirigido por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) y el Centro de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) con más de 1500 pacientes ingresados con gripe A demostró que "el lavado de manos demostró un efecto preventivo de casos de gripe que hubieran requerido ingreso hospitalario". Además, la frecuencia afecta: "La reducción del riesgo de ingreso hospitalario fue mayor al aumentar la frecuencia del lavado de manos. Se recomienda al menos cinco veces al día (y mejor diez o más)".

Conviene hacerlo al menos durante 20 segundos, con agua y jabón o con algún limpiador con alcohol. Los virus pueden estar en las manos aunque haga rato que contactamos con el agente infeccioso, así que, si tardas en poder lavarte, intenta no tocarte la cara o el pelo. También son peligrosas las superficies: limpiar mesas, juguetes o pomos de las puertas parece algo neurótico pero funciona sin duda.

Miel

Uno de los pocos 'remedios de abuela' que se mantienen en pie, aunque solo consiguen un alivio 'subjetivo', según algunas fuentes médicas. Como ese es el alivio que nos interesa, el que experimentan los sujetos al sentirse mejor, podemos recomendarla sin problema para la garganta y la tos.

Suele recomendarse mezclarla con leche o con limón y mejor con líquido no excesivamente caliente (ni frío, claro). No es menos efectiva que muchos antitusivos y es más barata. Cuidado con los dientes, la caries tampoco es agradable.

No te preocupes tanto por el frío: ventilar los interiores es importante para evitar que el ambiente se convierta en un criadero de virus y bacterias

Otro 'truqui' tradicional que nos encanta: las sopas. En el Centro Médico de la Universidad de Nebraska investigaron el caldo de pollo y demostraron que tiene efectos antiinflamatorios, que minimiza la mucosidad y que, gracias al pollo, contiene un aminoácido con propiedades similares a la acetilcisteína, un mucolítico estupendo para despejar los bronquios.

Lo que no funciona

Habrás oído a menudo estas leyendas urbanas sobre remedios naturales contra el resfriado:

Sudar. Hacer ejercicio moderado es un buen consejo en circunstancias normales y contribuye a evitar la inflamación. Es útil para prevenir: un estudio de la London School of Hygiene and Tropical Medicine concluyó que los que hacían ejercicio intenso (un par de horas y media a la semana o más) tenían un 10% menos de probabilidades de pescar una gripe. Sin embargo, si los síntomas (especialmente la fiebre) ya están aquí y son parte de un proceso gripal, es preferible quedarte tranquilo en el sofá. No es cierto que puedas "sudar los virus" (o las bacterias), y lo que sucede si te pones a hacer pesas o correr enfermo es más bien lo contrario: reduces la hidratación, aumentas (más) la temperatura de tu cuerpo y la presión arterial puede hacer que te duela (aún más) la cabeza.

Evitar el aire. No conviene, y de hecho suele ser mala idea cerrar las ventanas a cal y canto. Primero, porque el frío no influye directamente en la cantidad de resfriados (aunque sí ayude a reactivar infecciones que ya tengamos latentes) y segundo, porque ventilar es importante para evitar que el ambiente se convierta en un criadero de virus y bacterias. Ábrelas de par en par unos diez minutos al día, o un poco más si hay mucha gente o si pasas mucho tiempo en ese espacio. No te recrees, eso sí, en los cambios bruscos de temperatura.

Tomar mucho líquido. Todos lo hemos oído, incluso en la consulta de muchos médicos poco dados a recetar. Sin embargo hace ya tiempo que se llegó a la conclusión de que aumentar cualquier líquido (zumo, agua, infusiones) porque sí no hace mucho por nuestra salud cuando estamos constipados. Lo que sí puede ser es que tengas más sed por culpa de la fiebre. En ese caso, perfecto, satisfazla.

Nos levantamos como si nos hubieran dado una paliza. Nos lloran los ojos, las voces se escuchan más lejanas y confusas (¿es el oído lo que falla, o el cerebro?) y nos duele un poco todo. Vamos por ahí con un cargamento de pañuelos de papel molestando a nuestros semejantes con toses, carrasperas, flemas incontenibles y estornudos. Se hace un pasillo a nuestro paso entre la multitud, y no es por admiración.

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