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Epidemia de gripe: la guía definitiva para saber qué debes hacer
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Epidemia de gripe: la guía definitiva para saber qué debes hacer

Este año ha llegado antes que nunca y con particular dureza. Te explicamos todo lo que debes saber si quieres evitarla, aliviar los síntomas y no contagiar a los que te rodean

Foto: Lo mejor que puedes hacer. (iStock)
Lo mejor que puedes hacer. (iStock)

Todos los inviernos vuelve la gripe, pero a veces nos pilla con el pie cambiado. Es lo que ha ocurrido esta temporada, cuando se ha adelantado seis semanas respecto al año pasado, lo que, unido a la situación precaria de muchos hospitales, ha provocado el colapso de muchos centros. De ahí que tan importante o más que el tratamiento de los síntomas sea prevenir la enfermedad o saber en qué casos debemos acudir a un médico (y en cuáles no, o puede ser peor para todos).

Como señala el sistema de vigilancia de la gripe en España, el ascenso que han experimentado los casos de gripe durante la última semana (de 138 a 174,5 por cada 100.000 habitantes) confirma que la enfermedad ha llegado para quedarse con nosotros un buen tiempo. La mayor parte de casos están vinculados al virus A, la mayoría de ellos A(H3N2). Hasta el momento, se han registrado 53 defunciones: 49 de estos casos eran personas mayores de 65 años, y el 90% tenía factores de riesgo.

Intente quedarse en casa hasta al menos 24 horas después de la desaparición de la fiebre

En otras palabras, debemos intentar protegernos de la gripe, pero no volvernos locos. Se trata de una enfermedad que, en la amplia mayoría de casos, no requiere la visita a un centro sanitario. Sin embargo, como han denunciado diversos sindicatos, hay hospitales como el del Tajo en Aranjuez, el de Getafe, Alcalá o Moisés Broggi de Barcelona saturados ante la masificación de pacientes y la falta de recursos. Como recordaba el médico Rafael Bravo en un artículo, la mayor parte de visitas no tienen otro objetivo que conseguir un justificante para certificar la enfermedad, un trámite burocrático que dificulta que los profesionales lleven a cabo su trabajo.

¿En qué casos sí debemos acudir al médico? Si pertenecemos a los grupos de riesgo, como los mayores de 65 años (el sector de la población que debe vacunarse en otoño), menores de dos, embarazadas de más de tres meses o pacientes con afecciones cardíacas, pulmonares o renales crónicas. También si aparecen claros síntomas de alarma como insuficiencias respiratorias o ruidos en el pecho. Entre la población sana, deberíamos consultar con un médico tan solo si después de dos semanas no vemos ninguna mejoría en nuestro cuerpo.

Qué debes hacer si tienes gripe

En la mayor parte de casos, no se puede hacer nada contra la gripe, más allá de aliviar los síntomas y evitar el contagio. De ahí que lo mejor sea quedarse en casa, tanto para descansar como para evitar que la enfermedad se transmita (cada individuo contagia a una o dos personas durante su recuperación). Olvídese de los antibióticos, ya que la gripe está causada por virus y no por bacterias, por lo que son inútiles.

Los antibióticos no hacen nada contra la gripe, pero sí podemos intentar aliviar la molesta fiebre a través de medicamentos antitérmicos

Así que si siente alguno de los síntomas habituales —fiebre y escalofríos, dolor de cabeza, congestión nasal, molestias de garganta, malestar general, dolores musculares, pérdida de apetito o tos seca—, lo mejor es hacer caso a los consejos que el Ministerio de Sanidad ofrece en su página y que, aunque parezcan de sentido común, no siempre seguimos:

  • Descanso. Ya que la única cura para la gripe es pasarla, debemos intentar minimizar los síntomas más dañinos a través del reposo. Los dolores musculares deberían desaparecer relativamente rápido, entre los tres y cinco primeros días. Intente quedarse en casa hasta al menos 24 horas después de la desaparición de la fiebre.
  • Beber abundante líquido. Una de las complicaciones leves derivadas de la enfermedad puede ser la deshidratación, así que beber agua es una manera eficaz de mantenerla a raya, reemplazando los fluidos perdidos.
  • No beber alcohol ni fumar. No, a la hora de hidratarse no vale una cerveza, que, de hecho, deshidrata.
  • Consumir antipiréticos. Los antibióticos no hacen nada contra la gripe, pero sí podemos intentar aliviar la molesta fiebre a través de medicamentos antitérmicos como el ibuprofeno o el paracetamol.
  • Cuidado con la aspirina. Todas las guías de tratamiento de la fiebre recuerdan que, aunque no sea habitual, el consumo de aspirina entre niños y adolescentes puede dar lugar al conocido como síndrome de Reye, un daño cerebral y hepático súbito.
  • Higiene. Conviene lavarse las manos frecuentemente y de manera correcta para evitar el contagio. Tápese la boca al toser y utilice pañuelos desechables. Por supuesto, nada de compartir alimentos o utensilios de comida.

Aunque hay antivirales que pueden ser utilizados durante las primeras fases de la enfermedad, estos apenas se recetan

  • No frecuente lugares atestados. La proporción afectada cada año oscila entre el 5 y el 15% en grandes poblaciones, pero puede ascender hasta el 50% en grupos cerrados, como residencias de ancianos o internados escolares.
  • ¿Antivirales? El ministerio señala en su página que existen determinados fármacos que, administrados durante los primeros días, pueden reducir la duración de la enfermedad. Dado que pueden causar importantes efectos negativos, deben ser recetados por un médico, pero su uso es limitado. Se dividen en dos grupos: la amantadina y rimantadina (eficaces solo en las primeras 48 horas, que pueden causar ansiedad, insomnio y problemas gastrointestinales, por lo que son poco utilizados) e inhibidores de la neuraminidasa (eficaces en 48 horas y con efectos secundarios como reagudización del asma o alteraciones gástricas).

La mejor arma, el autocuidado

Dado que la gripe no tiene tratamiento, lo mejor para hacerle frente es la prevención. Principalmente, a través de la higiene y la campaña de vacunación a los siguientes grupos: mayores de 65 años, sobre todo aquellos que vivan en instituciones cerradas, menores de 65 años con alto riesgo (enfermedades cardiovasculares, metabólicas, obesidad mórbida, insuficiencia renal, enfermedad hepática, asplenia, hemoglobinopatías, anemias, enfermedad neuromuscular, inmunosupresión, implante coclear y disfunción cognitiva) así como personas con un mayor riesgo de transmitir la gripe, como los trabajadores de los centros sanitarios.

Todos los inviernos vuelve la gripe, pero a veces nos pilla con el pie cambiado. Es lo que ha ocurrido esta temporada, cuando se ha adelantado seis semanas respecto al año pasado, lo que, unido a la situación precaria de muchos hospitales, ha provocado el colapso de muchos centros. De ahí que tan importante o más que el tratamiento de los síntomas sea prevenir la enfermedad o saber en qué casos debemos acudir a un médico (y en cuáles no, o puede ser peor para todos).

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