Es noticia
Los 10 errores que cometes después de hacer ejercicio
  1. Alma, Corazón, Vida
y pueden estar estropeando tu entrenamiento

Los 10 errores que cometes después de hacer ejercicio

Aunque acabes hastiado de tantas pesas y tanto cardio, debes hacer una serie de cosas tras tu entrenamiento. O, de lo contrario, podrás sufrir graves consecuencias

Foto: Tu trabajo no acaba después de salir del gimnasio. (iStock)
Tu trabajo no acaba después de salir del gimnasio. (iStock)

Haces ejercicio, sudas la gota gorda y ya crees que tienes todo hecho. Pues no, amigo. Tu trabajo no acaba después de salir del gimnasio. Aunque acabes hastiado de tantas pesas y tanto cardio, debes hacer una serie de cosas tras tu entrenamiento. O, de lo contrario, podrás sufrir graves consecuencias. Bueno, tampoco muy graves, pero sí pueden hacer que tu próxima visita a la sala de musculación no dé sus frutos o que caigas enfermo.

Desde no quitarte el chándal a consumir bebidas energéticas, estas son los diez errores que cometes después del gym. Deja de pifiarla.

1) No cambiarte de ropa

Que sí, que da mucha pereza cambiarse de ropa después de ir al gimnasio. Y más aún llevar una mochila con ropa de repuesto. Lo entendemos. Pero, ¿qué te cuesta pasar por el vestuario cinco minutos y ponerte ropa seca? Tu casa está cerca, pero es indiferente. Todos los minutos que pases con la ropa sudada puesta estarás tentando a la posibilidad de coger una enfermedad o, incluso peor, que te salgan granitos por todo el cuerpo.

Al salir con la ropa empapada, haces que las bacterias se aferren a tu cuerpo y que te entre un escalofrío del que no puedes huir. Los expertos de 'Men's Health' son claros: "Da igual que te duches o no, lo imprescindible es que cambies tu ropa, calcetines y calzado para mantener tus músculos calientes y sueltos". Esto promueve una buena circulación que ayuda al proceso de recuperación de tu cuerpo tras el entrenamiento.

No debes ducharte justo después de entrenar. Lo mejor es que esperes una o dos horas desde que sales del gym hasta que te metes bajo remojo

Los que más saben inciden en el calzado. Hay mucha gente que se cambia de arriba pero se deja las zapatillas de running puestas. Error. Los músculos de los pies también trabajan, y se cansan, por ello debes ponerte otras zapatillas o zapatos.

Además de destemplarte, si sales con la ropa húmeda a la calle –y más ahora que hace un frío que pela– corres el riesgo de coger una infección o de sufrir una irritación en la piel, la cual identificarás a la perfeccción al ver una parte de tu cuerpo llena de granitos. Eso sin contar con el catarrazo que te pillarás.

2) Parar inmediatamente

Este es el típico error en el que solemos caer casi todos. Estás con tu tabla de ejercicios o en una clase de spinning, y al principio todo va bien. Estás supermotivado y despierto, pero según va llegando el final del entrenamiento empiezas a perder energía. Solo visualizas tu sofá y la pedazo de cena que te vas a meter. Por eso, en cuanto llega la hora, coges tus bártulos y te vas derecho a casa (sin cambiarte de ropa, encima).

Pues es un gran error, colega. No puedes frenar de inmediato la actividad de tu cuerpo, por mucho que tu cabeza haya dejado de entrenar desde hace un buen rato. Debes realizar una actividad ligera (andar en la máquina, por ejemplo) para que a tu cuerpo le dé tiempo a recuperarse y para mantener la sangre en movimiento. Es imprescindible como mecanismo de reabastecimiento de combustible del cuerpo.

3) No estirar

Al error de parar el entrenamiento en seco se suma el hecho de no estirar. Debes hacer una rutina de estiramiento siempre que acabes con tu quehacer en el gym. ¿Por qué? Estirar tras entrenar ayuda a que el corazón recupere su ritmo normal y relajas los músculos, los cuales han sido sometidos a un gran estrés en la sala. Así evitarás posibles lesiones, calambres musculares y te irás mucho más relajado a tu casa. Además, y por si fuera poco, lograrás una musculatura mucho más estilizada.

4) Ducharse de inmediato

Los expertos recomiendan cambiarse de ropa tras el entrenamiento, pero eso no significa que tengas que pasar por las duchas. De hecho, es contraproducente. Lo mejor es que esperes una o dos horas desde que sales del gimnasio hasta que te metes bajo los chorros de la bañera.

Debes cambiarte de ropa antes de salir del gimnasio, pues de lo contrario las bacterias se aferrarán a tu cuerpo y pueden provocarte un resfriado de aúpa

La razón es la temperatura que alcanza tu cuerpo tras el ejercicio, que suele ser de 38-39 grados. Exponerte así al frío del agua puede hacer que tu circulación y presión arterial se vean afectados.

5) No comer ni beber nada

Otro de los grandes errores entre los pseudodeportistas es el de no ingerir nada tras el ejercicio o, peor aún, hacerlo justo después del entrenamiento. Los expertos sugieren que lo mejor es hacerlo pasados 20 o 30 minutos tras la rutina física.

"Ay, es que justo me voy al trabajo", "no tengo tiempo de comer nada"... Deja de poner excusas baratas, por favor. No te cuesta nada llevarte una fiambrera con un par de bocadillos saludables y comértelos aunque sea en el coche o metro.

Eso sí, debes tener cuidado con lo que te metes a la boca, ya que cualquier cosa no sirve. Tu tentempié postentrenamiento debe incluir proteínas, un poco de grasa y carbohidratos completos para que puedas reponer la energía consumida. Unas buenas opciones son un sándwich de pan integral y pavo, un puñadito de almendras, fruta o yogur. Lo que debes evitar ingerir son alimentos de difícil digestión, como pan blanco, chocolate o carnes rojas.

También es imprescindible que te hidrates, y no solo después de salir del gym, sino durante todo el día. Por ello deberás ser un sujeto pegado a una botella.

6) Ingerir bebidas energéticas

Hemos dicho agua. Water, eau, wasser... como quieras llamarlo. Podemos decírtelo en más idiomas y más alto, pero tampoco creemos que sea necesario. Después del entrenamiento debes hidratarte con agua, ¡y no con bebidas energéticas! Se trata de un error bastante común que si no se corrige de inmediato puede conllevar alguna que otra consecuencia no deseable.

Como bien sabes, las bebidas energizantes están cargadas de estimulantes (cafeína, gingseng, taurina, azúcar...), lo que solo conseguirá ponerte nervioso y, en ocasiones, provocarte problemas cardíacos.

No es bueno que tras un entrenamiento intenso de pronto te quedes sin hacer nada, y da igual lo cansado que estés. Debes mantenerte en movimiento

Si tienes manía al agua o beber un trago de este líquido incoloro te da una pereza tremenda, puedes optar por bebidas deportivas. Ojo, no hemos dicho energéticas. Las primeras son buenas tras un entrenamiento, pues reponen minerales y electrolitos. No obstante, también contienen una buena cantidad de azúcares y aditivos poco recomendables. Así que, ya sabes, siempre que puedas optar por el agua de toda la vida, mucho mejor.

7) Cenar demasiado

Este también es otro de los clásicos errores. Crees que lo has dado todo en el gimnasio y luego te pegas una cena que ni en Nochebuena. Muy mal. Tus ansias de comer se deben en parte a que no has hecho lo anteriormente descrito: tomar un tentempié sano ni beber suficiente agua. Llegas a casa harto de todo (trabajo, reunión con Fulanito y la paliza del gym), y el cuerpo solo te pide una pizza con una buena cerveza fresquita.

Lo entendemos, pero en estos casos debes pararte antes y pensar: ¿de verdad quiero arruinar todo mi día por 20 minutos de placer? Si no obtienes una respuesta clara de ti mismo, vuélvete a hacer la pregunta. La respuesta correcta es NO. Y lo mismo da que creas que te lo mereces, espérate al fin de semana o a un día que no hayas entrenado, así no serás tan loser.

Mantén la cabeza fría y regálate una cena saludable cargada de proteínas y grasas buenas. Descansarás mucho mejor y al día siguiente te levantarás como nuevo. Ya verás.

8) Quedarte quieto

Este punto está relacionado con el anterior. A tomarte la birra se suma el tumbarte en el sofá. Hala, ahí, sudado y todo y con los calcetines chorreando. Sí, conocemos esa sensación, pero desde ahora se va a acabar. No es bueno que tras un entrenamiento intenso de pronto te quedes sin hacer nada, y da igual lo cansado que estés.

Podrías, por ejemplo, poner lavadoras, planchar, limpiar la casa... Se te está haciendo la boca agua. Normal. Pero aun así es algo que no te debes plantear. Te mantendrás en movimiento y tendrás tu casa como los chorros del oro.

Si no duermes bien tras haber entrenado, tus tejidos cerebrales y físicos no podrán repararse al 100%, lo que tendrá efectos negativos en tus músculos

¿Y por qué tengo que hacer esta mierd*?, pensarás. Pues porque hacer cosas como agacharse, subir escaleras, llevar cosas de un lado a otro... evitará que puedas sufrir lesiones. No es nada recomendable que tus músculos paren en seco horas después de entrenar.

9) No limpiar tu equipamiento

Crees que solo debes meter a la lavadora tus mallas y tu camiseta sudada, pero no. También es imprescindible que laves, aunque sea superficialmente, tu botella de gimnasio y tu colchoneta, en el caso de que la uses. ¿La razón? La humedad que se queda en estos utensilios, que se convierten en un caldo de cultivo para las bacterias. Basta con que pases un paño o esponja enjabonada por los bártulos, y dejarla secar al aire. ¿Ves qué fácil?

10) No dormir bien

Este punto es quizá el que más escapa de tu control, pero no por ello es menos importante. Si no duermes bien por la noche después de haber entrenado, tus tejidos cerebrales y físicos no podrán repararse al cien por cien. Es decir, si no descansas al menos siete horas, tus músculos no podrán restablecerse por completo, pudiendo provocar agarrotamientos o incluso lesiones en el próximo entrenamiento. Aquí tienes una serie de tips para dormir bien por las noches.

Haces ejercicio, sudas la gota gorda y ya crees que tienes todo hecho. Pues no, amigo. Tu trabajo no acaba después de salir del gimnasio. Aunque acabes hastiado de tantas pesas y tanto cardio, debes hacer una serie de cosas tras tu entrenamiento. O, de lo contrario, podrás sufrir graves consecuencias. Bueno, tampoco muy graves, pero sí pueden hacer que tu próxima visita a la sala de musculación no dé sus frutos o que caigas enfermo.

Ejercicio físico