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¿Comes en el trabajo? Este es el secreto para perder muchos kilos y ahorrar
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¿Comes en el trabajo? Este es el secreto para perder muchos kilos y ahorrar

El horario laboral es uno de los mayores culpables de que no podamos llevar una buena alimentación. Grupos de trabajadores se están organizando para resolver este problema

Foto: Por mucho que sea una ensalada, comer en estas condiciones te traerá consecuencias a largo plazo. (iStock)
Por mucho que sea una ensalada, comer en estas condiciones te traerá consecuencias a largo plazo. (iStock)

Oficialmente pasamos ocho horas al día en la oficina, pero el tiempo de trabajo real, entre transporte, horas extras y descansos puede superar hasta las 12 horas. ¿Qué sucede con nuestra dieta si cuando llegamos a casa no nos queda un momento libre para cocinar una cena saludable y preparar la comida del día después que tenemos que llevar en el tupper?

A lo largo de nuestra jornada laboral ingerimos, además, todo tipo de alimentos y bebidas que no son particularmente provechosos para nuestro organismo. El café con cruasán de primera mañana, el sandwich envasado del almuerzo y el mayor peligro para nuestra salud: los productos de la máquina de vending. Las prisas por acabar el informe requerido por nuestro jefe también juegan en nuestra contra: no permitirnos una merecida pausa para comer con calma, puede hacernos ganar peso de manera inesperada.

Una trabajadora de una empresa de publicidad de Toronto ha llegado a perder hasta 65 kilos con esta solución

Además de muy perjudiciales, estas costumbres nos están haciendo gastar importantes cantidades de dinero sobre las que no reparamos. Como ya vimos en un artículo anterior, los más irresponsables pueden llegar a gastarse hasta 3.000 euros al año en la máquina de vending.

Por lo que respecta a comer fuera, seis de cada diez españoles lo hacen por motivos laborales, y los gastos en este sentido pueden alcanzar hasta los 1.700 euros.

Cocina cooperativa

Conscientes de todo este despilfarro de dinero y calorías, un grupo de trabajadores de la Academia de Música de Brooklyn ha encontrado una original solución para mejorar su dieta y su bolsillo.

Tal y como cuenta el diario ‘New York Post’, para ahorrar dinero, cocinar de manera más eficiente y comer más saludable, los empleados de esta oficina están renunciando a almorzar fuera y al socorrido ‘take away’. El sistema consiste en que en un determinado día alguien cocina para el resto del grupo, y los días sucesivos los demás le devuelven el favor. La singular comunidad comenzó con solo tres miembros y ante las ventajas que el resto de trabajadores vieron en semejante práctica, más y más compañeros se fueron agregando hasta llegar a los 30 componentes. El grupo ha tomado el nombre de CS&Wich y el sistema lleva ya dos años funcionando a las mil maravillas en esta empresa.

Los paladares de los miembros que participan en estos grupos se ven enriquecidos por las especialidades aportadas por cada uno

Los socios de esta cooperativa contribuyen con apenas 20 euros al mes. Claire Frisbie, una empleada de 35 años, comenta: “Hay un montón de establecimientos cercanos para almorzar, pero acabas harto de ellos y los precios pueden ser muy altos a veces. Así que quisimos hacer algo que generase una mayor sensación de comunidad”.

Más y más grupos de trabajadores de distintas empresas han comenzado a crear sus propios grupos para compartir comida casera. Los beneficios son evidentes. Jamie Lanigan, de 29 años, que trabaja en una empresa de publicidad de Toronto, y cocina para otras tres personas, reconoce que el sistema le ha ayudado a perder hasta 65 kilos (y su peso sigue bajando).

La nutricionista Keri Glassman señala las propiedades de esta singular idea: “Sin duda hará que la gente experimente en la cocina y aprenda de los demás, aumentando, asimismo, la variedad en la dieta”.

Buenos ejemplos de estas prácticas están surgiendo por todas partes. La profesora neoyorquina Alivia Nuzzo comenzó a compartir las comidas con una de sus compañeras de trabajo que llegó a perder, con esta solución, hasta cinco kilos en poco tiempo. Los paladares de los socios que se fueron uniendo a su propuesta se han visto enriquecidos por las especialidades aportadas por cada uno: salmón con fideos soba y col china o ensaladas de col rizada y calabaza son algunos de los platos que estos miembros han podido incorporar a sus regímenes: “Lo que resulta tan motivador es que me inspira para probar cosas nuevas, ya que quiero impresionar a la gente para la que cocino”.

A veces, las cooperativas tienen tanto éxito que llevan a cabo pequeños castings para incorporar a nuevos socios: “Una de las señoras que quería entrar cocinaba soso, así que no pasó el corte”, afirma Jamie Lanigan. Nuzzo declara que ella también recibe continuas peticiones de ingreso, pero que el objetivo no es el comenzar un negocio con este método ni acabar preparando platos para toda la plantilla de la empresa.

Crea tu propio grupo

¿Te parece una inciativa interesante? El diario neoyorquino da algunos consejos para organizar una cooperativa de comidas caseras.

Lo primero es empezar con grupos pequeños para probar si funciona, verificando que el trabajo en casa sea, al principio, ligero y llevadero.

Lo importante no es preparar platos en los que se demuestre nuestra maestría culinaria, sino comidas que sean, simplemente, saludables

Por lo que respecta a los alimentos, es fundamental tener en cuenta que los miembros pueden estar limitados por motivos de dieta e incluso religión. Cocinar, en principio, con productos que todos suelen considerar como saludables es un valor seguro.

Hay que preparar los platos como si cocináramos para nuestra familia, poniendo especial cuidado en la higiene y en las condiciones en que se encuentran los alimentos. Por último, es necesario que nos olvidemos de los platos excesivamente elaborados. A todos nos gusta sorprender a los demás con nuestras habilidades culinarias, pero el objetivo de esta propuesta es compartir comida saludable sin que su preparación conlleve demasiado sacrificio para la persona encargada, y sin que los fondos aportados por el grupo se liquiden rápidamente.

Oficialmente pasamos ocho horas al día en la oficina, pero el tiempo de trabajo real, entre transporte, horas extras y descansos puede superar hasta las 12 horas. ¿Qué sucede con nuestra dieta si cuando llegamos a casa no nos queda un momento libre para cocinar una cena saludable y preparar la comida del día después que tenemos que llevar en el tupper?

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