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La nueva tecnología en filtros de tabaco que se va a comercializar en España
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TECNOLOGÍA

La nueva tecnología en filtros de tabaco que se va a comercializar en España

Un nuevo paso, de momento comercializado en pocos países, que puede cambiar la industria en los próximos años

Foto: Unas mujeres en una terraza de un restaurante. (E.V.)
Unas mujeres en una terraza de un restaurante. (E.V.)

La historia del tabaco es la de una larga lucha entre el placer y la salud. A pesar de que los estudios científicos no dejan lugar a dudas, no parece que la costumbre de fumar vaya a desaparecer en un futuro próximo. Los cigarrillos electrónicos fueron saludados hace unos años como la posible cuadratura del círculo (seguir fumando sin enfermar por ello), pero están lejos de ser una opción mayoritaria. Si bien son muy interesantes como camino para dejar un vicio indeseado, no funcionan como lo que muchos fumadores demandaban más o menos conscientemente: minimizar los daños preservando intacta la sensación que obtienen del cigarrillo convencional.

Para muchos, lo atractivo del tabaco es precisamente el humo entrando y saliendo de su cuerpo y no la posibilidad de personalizar sabores y olores que ofrece el pitillo electrónico, ni el ritual de llevarse algo a la boca. Otro problema es la nicotina, responsable en parte de la dependencia y también del disfrute asociado a los cigarrillos de siempre. Es indudable que eliminarla o reducirla hace menos tóxica la experiencia, pero a corto plazo aumenta el apetito, la irritabilidad y en general hace que fumar no parezca lo mismo.

La patente reduce la inhalación de algunos elementos más nocivos presentes en el tabaco según la OMS

Raymond Robertson, de la química estadounidense Celanese Corporation, que recibe en Madrid a El Confidencial, es rotundo: "Fumar es perjudicial" y la nueva tecnología de filtración que están presentando en nuestro país, CelFX, no cambia eso. La compañía, más conocida por sus patentes relacionadas con la pintura, la construcción y los polímeros plásticos para automoción, electrónica o medicina, tiene muchas líneas de negocio. Nutrinova es, por ejemplo, su empresa dedicada a manufacturar productos alimenticios, y tiene la patente de un sustituto del azúcar.

Filtrar los problemas

Robertson es uno de los desarrolladores de este avance de los filtros para tabaco convencional. Es doctor en Química Analítica por la Universidad de Georgia, profesor adjunto de química en la Universidad New Riter Community y lleva 27 años en la compañía, la mayoría de ellos dedicado a buscar formas de mejorar la filtración aplicada a la industria tabaquera. Se trata de reducir algunos de los elementos más nocivos presentes en el tabaco según la OMS y que inhala el consumidor en cada calada.

CelFX se utiliza para filtrar no solo humo, sino también agua y aire en otros contextos. Es una tecnología basada en una matriz de carbón activado (un material ya bien conocido y ampliamente utilizado en la industria tabaquera), aumentando la eficiencia de filtrado respecto de las soluciones anteriores.

La materia prima es interesante aunque no sea una novedad: el carbón que emplean se extrae de la cáscara externa del coco. Lo calientan a altas temperaturas y lo activan mediante un proceso de vaporización a 920º grados. El carbón activado obtenido así sirve también para otras aplicaciones, sobre todo para filtrar agua. Robertson nos explica que sus hijos lo usan en sus acuarios, para mantener el agua adaptada a los peces. En el tabaco, los países que más lo utilizan son Japón y Corea, en España es aún minoritario.

Las sustancias filtradas

Estos elementos, presentes en el tabaco, son los que puede reducir más eficientemente la tecnología CelFX.

Benceno: hidrocarburo aromático que se emplea también en combustibles para motores, disolventes de grasas, aceites, pinturas, detergentes, productos farmacéuticos y explosivos. Es uno de los veinte productos químicos más producidos en EEUU, aunque su toxicidad está bien comprobada. Respirarlo en niveles bajos puede causar somnolencia, mareo y taquicardias, y en cantidades más altas provoca vómitos, irritación del estómago, convulsiones e incluso la muerte. Es cancerígeno: cuando las concentraciones en el aire son altas está asociado a la leucemia y al cáncer de colon.

Acetaldehído: compuesto orgánico, factor principal en la resaca alcohólica y el rubor facial. Se usa en combustibles sólidos, síntesis de plásticos, pinturas, lacas, cuero y para conservar alimentos entre otras cosas, y provoca varios efectos negativos para el organismo, contribuyendo a la obesidad que llamamos comúnmente "barriga cervecera". Es también un posible cancerígeno.

Acrilonitrilo: líquido sintético de olor similar al de la cebolla o el ajo, que se usa en la fabricación de plásticos y fibras textiles especialmente resistentes. 

Formaldehído: compuesto químico inflamable presente en concentraciones altas en el humo del tabaco y confirmado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer como cancerígeno del grupo uno (comprobado para humanos).

Butadieno: alqueno que se produce en la destilación del petróleo. Es también muy común en EEUU, dentro de las 40 sustancias químicas que más se fabrican en ese país. La mayor parte del butadieno se usa para hacer caucho sintético que se aplica en neumáticos, plásticos acrílicos y, en menor cantidad, en gasolina.

Isopreno: es un compuesto orgánico, tóxico y contaminante para el ambiente en grandes cantidades. El cuerpo humano lo genera de forma natural y está en algunos alimentos. Inhalado, hay estudios con ratones que lo asocian con una frecuencia mayor de adenoma testicular benigno, anemia y una disminución de fuerza muscular, peso y de esperma en los machos (recuento, concentración y movilidad).

Acroleína: líquido de olor desagradable que se evapora cuando se calienta. Se usa como plaguicida en algas, plantas acuáticas, bacterias y moluscos y está en los humos de tubos de escape y en el tabaco. Produce ardor de nariz y garganta y causa problemas en los pulmones. En cantidades bajas puede provocar lagrimeo de los ojos y reducción del ritmo respiratorio, y en altas puede ser mortal.

Tolueno: hidrocarburo aromático que se usa en poliuretano, medicamentos, colorantes, perfumes, TNT o detergentes. Se ha encontrado en pequeñas cantidades en el humo del tabaco y es tóxico para el ser humano. Los vapores de tolueno adormecen ligeramente, irritan los ojos y provocan mareos. En cantidades altas, se puede llegar a perder el conocimiento... o la vida.

Una de las claves del avance actual está en el tamaño que han conseguido: con diez gramos de carbón activado, estos filtros pueden llegar a una superficie de un campo de fútbol. Es un sistema de vaporización que crea una matriz de microporos muy finos de distintos tamaños, lo que permite capturar partículas muy pequeñas y en diámetros también muy pequeños, por lo que es idónea para usarse en cigarrillos.

Los nuevos filtros ya los comercializa la empresa tabaquera Monte Paz, fundada en 1880 en Uruguay, donde es líder de mercado

Otra característica que destacan es que el filtro cuenta con un tramo de acetato, similar al de los filtros encontrados en los cigarrillos del mercado, y otra sección con la tecnología CelFX. En su conjunto, los cigarrillos con esta tecnología tienen la misma apariencia que los cigarrillos que se venden hoy en España. Mientras que los generalizados actualmente reducen sobre todo el contenido de alquitrán, este sistema disminuye también los elementos nocivos mencionados en su fase gaseosa (el momento en que las partículas son más pequeñas) y sin afectar al flujo, de forma que no se notan trompicones en el gas que el fumador inhala.

Los filtros fabricados con la tecnología CelFX los usa ya la empresa tabaquera Monte Paz, fundada en 1880 en Uruguay, donde es líder de mercado. En España, la industria del tabaco ha aumentado por primera vez en cinco años, así que es un mercado interesante para cualquier avance en los sistemas de filtración. Oiremos más sobre esta nueva tecnología.

La historia del tabaco es la de una larga lucha entre el placer y la salud. A pesar de que los estudios científicos no dejan lugar a dudas, no parece que la costumbre de fumar vaya a desaparecer en un futuro próximo. Los cigarrillos electrónicos fueron saludados hace unos años como la posible cuadratura del círculo (seguir fumando sin enfermar por ello), pero están lejos de ser una opción mayoritaria. Si bien son muy interesantes como camino para dejar un vicio indeseado, no funcionan como lo que muchos fumadores demandaban más o menos conscientemente: minimizar los daños preservando intacta la sensación que obtienen del cigarrillo convencional.

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