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¿Tu hijo no rinde en el colegio? Vigila su desayuno
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¿Tu hijo no rinde en el colegio? Vigila su desayuno

Saltarse el desayuno provoca problemas de rendimiento y falta de energía a los niños. Introducir el hábito del desayuno en su rutina diaria es fundamental

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Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo. Seguro que estás harto de oir que el desayuno es la comida más importante del día, sin embargo, es la que menos se respeta y más gente se salta. Los niños sufren aún más las consecuencias de no ingerir ningún alimento a primera hora de la mañana, ya que el ayuno afecta a su estado de salud y su rendimiento físico y mental, provocando cansancio, irritabilidad, dificultad para concentrarse y falta de memoria.

A pesar de las advertencias, entre el 20 y el 40% de los niños van al colegio sin desayunar, según datos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), y más del 50% no toma los nutrientes que necesita. La concienciación es fundamental y el hábito del desayuno debe transmitirse a los pequeños desde sus primeros años de vida. El estudio 'El desayuno en la infancia: más que una buena costumbre' insiste en que esta comida tiene aún más importancia para los niños en edad preescolar, “a quienes les resulta más difícil cubrir con el resto de las ingestas diarias todas sus necesidades nutritivas”.

La pediatra María José Galiano, coautora de este estudio destaca que no desayunar, además de que puede afectar al rendimiento escolar, “les produce una sensación de hambre constante, por lo que tienden al picoteo con más frecuencia, y además suelen ser 'alimentos menos saludables'. Y el picotear y además alimentos más calóricos se ha visto que favorece la obesidad”.

Las mañanas pueden ser un momento complicado. Sueño, prisas, estrés… preparar a los más pequeños de la casa para ir al colegio es una odisea para muchos padres y el momento del desayuno una pesadilla de terror. Los expertos destacan la importancia de la familia de dar ejemplo para que los pequeños establezcan una rutina y lo identifiquen como una tarea más cada mañana, igual que vestirse o ir al colegio.

Tampoco vale comer cualquier cosa. El desayuno debe ser equilibrado y contener todos los nutrientes necesarios para que los niños puedan afrontar el día. Sin embargo, “sólo el 30% consume una ración adecuada de un desayuno que se considera completo: lácteos, cereales y fruta”, según el estudio 'Dime como comes' realizado a 322 niños y 212 familias distribuidos por toda la geografía española. Además, según la Dra. Galiano, “la leche sería un alimento fundamental para cualquier persona por su alto contenido en calcio (difícil cubrir necesidades sin ingerir leche), y más en niños porque están en fase de crecimiento. Además la absorción de calcio de la leche se ve favorecida por la lactosa que contiene”.

Para completar el desayuno, los niños cuentan además con las leches de energía y crecimiento, especialmente pensadas para satisfacer las necesidades nutricionales de esta etapa de sus vidas y que maximizan los beneficios para la salud de un buen desayuno. “Las leches modificadas para niños de uno a tres años de edad tienen un menor aporte proteico, y de sal (menor riesgo de sobrecarga renal) y con menos grasas saturadas (puede contribuir a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en la vida adulta), y están enriquecidas con calcio, vitamina D, y hierro (fundamental en determinadas funciones del organismo)”, explica la Dra. Galiano.

No desayunar favorece la obesidad


Además de la falta de rendimiento se ha observado que saltarse el desayuno podría tener una directa influencia sobre el Índice de Masa Corporal. Esta relación se produce por dos aspectos, la influencia del desayuno en el apetito durante el resto del día y en su influencia sobre la dieta global y los nutrientes que se deben consumir.

El consumo de hidratos de carbono complejos, como pan y cereales (sobre todo si son integrales), ayudan a mantenerse saciados más tiempo y por tanto, no llegar con tanta hambre a la comida y a mantener una dieta más equilibrada el resto del día. Además la energía que nos aportan también es gradual. El estudio 'El desayuno en la infancia: más que una buena costumbre' resume estos aspectos en que 'puede prevenir la obesidad y otras enfermedades crónicas relacionadas a través de diversos mecanismos biológicos y conductuales'.

Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo. Seguro que estás harto de oir que el desayuno es la comida más importante del día, sin embargo, es la que menos se respeta y más gente se salta. Los niños sufren aún más las consecuencias de no ingerir ningún alimento a primera hora de la mañana, ya que el ayuno afecta a su estado de salud y su rendimiento físico y mental, provocando cansancio, irritabilidad, dificultad para concentrarse y falta de memoria.

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