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"Prefiero que mi hija se case con un rico a que vaya a la universidad"
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comodidad contra prestigio

"Prefiero que mi hija se case con un rico a que vaya a la universidad"

Todos los buenos padres desean lo mismo para sus cachorros: la felicidad y una vida plena. Los caminos elegidos para intentar lograrlo no pueden ser más diferentes

Foto: Jocelyn Cook. (LinkedIn)
Jocelyn Cook. (LinkedIn)

Recientemente hemos hablado en El Confidencial de las cosas que tienen en común quienes educan bien a sus hijos. La tendencia que más abunda entre la clase media es la de buscar su éxito académico y prepararles el camino a una carrera profesional lucrativa. A veces, a los pequeños se les traslada una presión tal acerca del futuro que puede llegar a emborronar su infancia.

Jocelyn Cook es redactora y reportera, vive en la zona más acomodada de Tunbridge Wells, en el condado de Kent (Reino Unido) y tiene una hija de unos ocho meses, Megan. Ha contado a 'The Daily Mail' sus ambiciones para ella y no tienen nada que ver con las que hemos mencionado. Juzguen ustedes si son mejores o peores: "Quiero que mi hija se case bien y he elegido a un joven que creo que será un excelente marido para ella", asegura. Él tampoco ha cumplido aún el primer año: "Se llama Edward, tiene una sonrisa encantadora, pelo oscuro, ojos azules y siempre va impecablemente vestido. Y lo que es más pertinente, tiene padres de buena posición, con dos acres de terreno en Kent, un prado con caballos, un paseo de grava con dos coches de lujo y piscina con vistas a las colinas".

¿Frivolidad sensata?

La vida que quiere para Megan es la que tiene la madre de este niño: "Privilegiada, mimada y, sobre todo, rica. El padre de Edward, Dan, es agente de bolsa en la City. Ella es un ama de casa con ocio y con dinero para almorzar con regularidad con amigos, incluida yo. Es exactamente lo que deseo con fervor para Megan". Antes de juzgarla, comparémosla con otras posibilidades: "Igual que otros padres solicitan la entrada en Eton para sus hijos, yo ya he decidido cómo conduciré a mi hija a su vida adulta. Es una bebé guapísima, rubia, con hoyuelos monos, grandes ojos azules y rasgos femeninos y delicados. Confío en que se convertirá en una mujer hermosa y su atractivo físico, espero, será una ventaja".

Una esposa educada e ingeniosa durante la cena es un activo. A los hombres poderosos no les atraen las mujeres tímidas como ratoncitas

Entonces, ¿va a concertar su matrimonio como se hacía antiguamente? "Por supuesto, no puedo elegir a su marido por ella, pero puedo crear situaciones sociales en las que se sienta cómoda, poniéndola en buena situación cuando comience a buscar a un compañero. Sé que esto indignará a mis amigas feministas, pero estoy contenta de confesar que, si tiene que elegir, aconsejaría a Megan que optara por un hombre rico en lugar de por un título universitario. No son opciones excluyentes, pero tiene que tener claras sus prioridades". La elección le parece "evidente" y su argumentación no está exenta de lógica: "Aunque el 57 por ciento de los graduados de primera clase de Gran Bretaña son mujeres, ellas representan menos del 10% de los ejecutivos de las grandes empresas". Cuando valoramos tanto lo académico, ¿no estaremos pensando demasiado en su prestigio en lugar de en su bienestar?

"La brecha salarial entre sexos es cada vez más grande", continúa. "Megan puede partirse el lomo durante 50 años y seguir ganando 300.000 libras menos [unos 334.000 euros] que un hombre por el mismo trabajo. Sé que me expongo a que me acusen de venal y materialista. Las hermanas feministas pensarán que doy marcha atrás más de un siglo a la lucha de las mujeres, pero ¿por qué no animarla a tomar el camino fácil, el que la hará más feliz?".

Predicar con el ejemplo

Puede parecer que Jocelyn tiene un miedo irracional a que su hija repita algún error propio, pero por lo que dice se trata más bien de seguir sus pasos: "Estoy casada con el hombre al que amo. Llevamos juntos cinco años y nos casamos hace dos, y tenemos una vida envidiablemente cómoda y una casa con terraza victoriana en la mejor zona de Tunbridge Wells. Pero me ha costado lo mío conseguirlo. Los dos tenemos salarios que se consideran altos, pero seguimos lejos de la liga de muchos de mis amigos. Me gustaría no haber tenido que trabajar tanto y no haber tenido tanta presión financiera. ¿A quién no le pasa? Cuando Megan tenía tres meses, volví a ponerme al ordenador para que podamos permitirnos nuestras vacaciones de invierno en el Caribe, las de verano en Europa y nuestras salidas a los mejores gastrobares. Y pretendo criar a mi hija en estándares altos".

Quiere que le encanten la moda y los bolsos. Claro que es deseable una buena conversación y talento académico, pero sobre todo porque, según Jocelyn, "una esposa bien informada que pueda defenderse charlando durante la cena y deslumbrar con su ingenio es un activo. Pocos hombres poderosos se sienten atraídos por las mujeres tímidas como ratoncitas, por muy bonitas que sean". No obstante, el objetivo principal es una buena boda, y asegura que, por ejemplo, le dejaría ir a cenar con un novio rico la noche antes de un examen importante con la condición de que volviera pronto.

En abril Megan celebra su cumpleaños. No en un parque de bolas de McDonalds dejado de la mano de Dios, sino en un café chic

¿Y si elige a un rebelde o un macarra? Intentaría no perder los papeles: "Lo peor que podría hacer sería prohibir su unión". Si se diera esa eventualidad "poco probable y horrible", se sentaría con ella y le explicaría amablemente el futuro que puede labrarse si persevera en su elección. Algo terrorífico, desde luego: "Casa alquilada. Niños chillando. Una triste sucesión de escapadas a campamentos de verano, con suerte. Adiós a una boda bonita en una casa majestuosa y a la luna de miel en la Costa Amalfitana. Y sí, lo sé, soy una completa snob, pero ¿qué madre no estaría de acuerdo conmigo?".

"Parece que os oigo: ¿y si los chicos están enamorados? Mi respuesta es que el amor se marchita y muere rápido cuando no se nutre con una generosa rociada de dinero en efectivo".

Agencia matrimonial con ínfulas

No es que esta madre no haya pensado en los encantos de una buena educación universitaria, pero le parece que una carrera no es una inversión que merezca la pena a la hora de conseguir un buen partido: "¿Qué es la universidad, después de todo, sino una agencia de citas con pretensiones? Nunca en su vida Megan se rodeará de tantos solteros". Pero tienen que venir de buenas familias, así que solo le valdrían instituciones como Oxford, Cambridge, Bath o St Andrews.

Reconoce que no sabe qué cualidades tendrá su hija y que duda de que pueda acceder a todos sus sueños para ella, pero no va a rendirse antes de tiempo: "Todos soñamos lo mejor para nuestros hijos. ¿Por qué desearles la mediocridad, quedarnos en lo segundo mejor? Por eso he puesto mis ojos en el joven Edward. El próximo abril Megan celebra su primer cumpleaños. No en un parque de bolas de McDonalds dejado de la mano de Dios, sino en un pequeño café chic que ya he reservado por teléfono para la fiesta. Mi primera tarea será entregar una invitación con bordes dorados en la puerta de Edward".

Esperamos que su futura suegra esté enterada del plan.

Recientemente hemos hablado en El Confidencial de las cosas que tienen en común quienes educan bien a sus hijos. La tendencia que más abunda entre la clase media es la de buscar su éxito académico y prepararles el camino a una carrera profesional lucrativa. A veces, a los pequeños se les traslada una presión tal acerca del futuro que puede llegar a emborronar su infancia.

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